De las sombras a la gloria: Jimmy Caicedo, paratleta ecuatoriano que busca el podio en París 2024

QUITO (AP) — Hace diez años el mundo de Jimmy Caicedo se cubrió de sombras. Jamás imaginó que esa enorme barrera que le impuso la vida sería una catapulta a la gloria.

Ahora se encuentra a las puertas de asistir a los Juegos Paralímpicos de París 2024.

Un accidente de tránsito no sólo lo dejó totalmente ciego a los 16 años, sino que lo sumió en una profunda depresión por esa inesperada discapacidad.

“Mi papá y mi mamá siempre han estado ahí, su amor y su apoyo me han ayudado a salir adelante”, relató.

Dijo que jamás olvidará que en aquellos días, cuando la tristeza era su única compañía, le visitaron algunas personas con discapacidad que le animaron a practicar algún deporte. Eso cambió su historia.

Aceptó el desafío conectando con aquel pequeño que solía correr con su padre por las frías calles de Julio Andrade, un poblado rural, 140 kilómetros al norte de Quito, en la provincia de Carchi, fronteriza con Colombia.

Aunque entonces sólo era una diversión, con el tiempo allanó el camino hacia su futura pasión.

Caicedo, de 26 años, no se considera un guerrero, pero le motiva ser un ejemplo para los niños y jóvenes. Con convicción señala que, pese a las dificultades, “todo se puede alcanzar” con disciplina y perseverancia.

Es temprano y una ligera llovizna cae sobre la capital de Ecuador, a donde se mudó hace seis años. Creció en una zona fría y por eso las bajas temperaturas no son un inconveniente para el fondista, que llega puntual a la pista Los Chasquis, en el norte de Quito, donde entrena cada mañana.

“Cuando empecé en el deporte me puse como meta mejorar mis marcas y entrené para eso”, aseveró.

Luego se fue fogueando en competencias hasta que se planteó llegar a los Paralímpicos. Obtuvo la marca requerida para Tokio 2021, pero errores administrativos le impidieron participar, según contó.

Ahora, París 2024 es una realidad.

Caicedo se clasificó a los Juegos tempranamente, al ubicarse cuarto en el Mundial de paratletismo en julio pasado con un tiempo de 4.10.23 en la categoría 1.500 metros planos. En el Gran Prix realizado en marzo en Jesolo, Italia, alcanzó el primer lugar en las pruebas de 1.500 y 5.000 metros.

Esas son las distancias que correrá en la cita olímpica de París, que se inaugurará el 28 de agosto.

“Hay que seguir trabajando. Sería muy bonito hacer podio y, por qué no, soñar con una medalla para el país”, afirmó emocionado.

Las victorias del paratleta, sin embargo, no son en solitario. En la vida y en las pistas lo acompañan siempre sus guías deportivos, Daniel Taramuel e Israel Arellano, con quienes, además, comparte la vivienda.

Freddy Moposita, su entrenador, explicó que un atleta con ceguera total (categoría T11) debe participar obligatoriamente con un guía, una persona que compite junto a él unido por una cinta reglamentaria. Ambos deben seguir el mismo ritmo y otras reglas para no ser descalificados.

“Vamos a ir a pelear, Jimmy puede ubicarse entre los mejores del mundo, este es su primer juego paralímpico”, confió.

Los guías de Caicedo no sólo son atletas de alto rendimiento, sino que también se encargan de la movilización, alimentación y de acompañarlo a sus sesiones de fisioterapia.

Taramuel, uno de los más destacados atletas de los 1.500 metros planos en el país y que conquistó junto a Caicedo la clasificación a los Juegos Paralímpicos, reconoce que hay retos en la adaptación al trabajo con un atleta paralímpico

“Pero tratamos de comprendemos y seguir adelante”, comentó. “Admiro su coraje, sus ganas de estar aquí, de entrenar y superarse, porque ha sufrido bastante”.

Aunque las competencias cesen, Caicedo no se detiene, su vida es correr y siempre ir por más. Su tenacidad y deseo de superarse no se quedaron en la pista, sino que se extendieron a las aulas, donde gracias a una beca universitaria se graduó como abogado en 2021.

Y tiene un consejo para los demás.

“He tenido momentos muy complicados, pero persistan, que con disciplina y perseverancia todo lo van a poder lograr, los límites no existen, están en la mente”