El pase de Franco Colapinto a Red Bull: una reunión cumbre entre Horner y Vowles acelera los rumores
SAN PABLO.- Cuando en los garajes los mecánicos se aprestaban a poner en marcha los motores para el entrenamiento de los autos de Fórmula 1 en Interlagos, Christian Horner -jefe de Red Bull- ingresó al hospitality del equipo Williams. Estuvo alrededor de 15 minutos allí, cuando lo normal es que estuviera encima de los autos de sus propios pilotos, faltando tan poco (menos de media hora) para el comienzo de la acción en pista. ¿Para que iría Horner a las oficinas de James Vowles en Williams, mientras el posible pase de Franco Colapinto a la escudería campeona del mundo circula de boca en boca con mucha fuerza? ¿Y para qué lo iba a recibir el anfitrión? ¿Para decir que no quiere liberar al argentino? Por supuesto que no: se trató de un eslabón más de la cadena que llevaría al promisorio piloto a Red Bull en 2025.
Joe Saward, el periodista inglés que tiene acceso fluido a ambos “team principal” y vocero oficioso de lo que ambos quieren transmitir sin comprometerse oficialmente, afirmaba a este enviado de LA NACION: “Sí, lo de Red Bull con Colapinto y Williams va para adelante. Ahora discuten de dinero.” Horner salió de las oficinas brasileñas de Williams con una semi sonrisa dibujada en el rostro y caminando ágilmente. Tenía el semblante de un tipo satisfecho. Ambos “team principal” estacionaron por un momento ese tema tan materialista para concentrarse en la primera sesión de entrenamientos. Tregua, consulta a sus respectivos patrones, James Mathew (Dorilton Capital) y Olivier Mintzlaff (Red Bull Holdings) en Austria para cerrar o para continuar.
— Williams Racing Arg 🇦🇷 (@WilliamsF1arg) November 1, 2024
La FP1 obligó a una impasse. A falta de declaraciones oficiales, los periodistas se nutren de fuentes cercanas y la vigilancia de los “domicilios” en el paddock. En Interlagos se pasó de estudiar los movimientos en torno al hospitality de Williams y aquellos, ahora con más intensidad, los de la zona de Red Bull. En torno a 130 metros por debajo de una cúpula de tensa lona semitraslúcida que protege del sol.
Aunque Checo Pérez, piloto Red Bull en entredicho, afirmaba por la mañana que en 2025 va a seguir en Red Bull, existe una seguridad de que eso no va a ser posible. Cuando los motores se apagaron tras la FP1, la planilla indicaba que Lando Norris había sido el más rápido y Colapinto, con un programa conservador y preparando el coche para la carrera del sábado, había termiando en la 13ª posición. Luego, en la prueba de clasificación para la carrera sprint, el argentino concluyó 14º. Pero fuera de la pista, las negociaciones entre Red Bull y Williams continuarían. Una situación cambiante que parece avanzar hacia los sueños de Franco. Muy rápido, tanto como ha crecido el muchacho de 21 años en apenas cinco carreras en la Fórmula 1.
Todos los rumores lo sitúan en Red Bull en 2025 si se confirma la salida de Sergio Pérez y mediante una transferencia de dinero del equipo campeón a Williams, que estaría en torno a 20 millones de dólares. Tan alta es su cotización como una acción que sube en incontrolada espiral cada día que pasa.
Williams estaría dispuesta a “prestarlo” para recuperarlo después de una o dos temporadas sin ceder los derechos comerciales. Red Bull ya repitió hasta el cansancio que en préstamo no, que no quiere entrenar y mejorar a un piloto para que después vuelva al equipo original y sea rival de ella. Y Williams, por menos de 20 millones o quizás más, podría ceder los derechos aunque a regañadientes, porque no tendrá fácil reemplazarlo si, como se espera, Carlos Sainz, que ocupará la butaca que hoy tiene Franco, decide irse por tener una oferta de un equipo de mayores aspiraciones en 2026 y 2027.
El viernes, en la conferencia de prensa que inauguró el fin de semana de la carrera, Colapinto dejó una frase: “Si Williams no puede ofrecerme un asiento [en 2025], lo normal es que me deje ir a otro lado y conseguir una mejor oportunidad para el futuro”. Vale la pena, de todas maneras, poner sus palabras en contexto. “Si tienes la oportunidad de pilotar para otro equipo, ¿crees que Williams te facilitará las cosas?”, se le preguntó. Podía contestar como hace unas semanas, pero hizo alguna salvedad: “Quizás no soy yo aquél al que deban preguntarle esas cosas. Por supuesto que desconozco la respuesta. Si Williams no puede ofrecerme un asiento [el año próximo], lo normal es que me deje ir a otro lado y conseguir una mejor oportunidad para el futuro”.
En la presentación que hizo Mercado Libre en el hospitality de Williams para describir sus esfuerzos comerciales y el respaldo al piloto bonaerense, Franco retornaba a su versión más cómoda, más políticamente correcta, que ya se conocía cuando no había ese interés tan comentado de Red Bull (y difundido por diversos medios cercanos al equipo). Ante una pregunta para LA NACION sobre si soñaba su futuro y veía un cambio de colores, contestaba, rápido como un rayo: “No cambio de colores. Yo quiero seguir con el amarillo de Mercado Libre”, generó risas. Y completó: “Después veremos en qué auto se da. Si no es en el ‘25 será en el ‘26, pero mi objetivo es seguir en el futuro en la Fórmula 1. Obviamente, es aquello para lo que estamos luchando, tanto mi equipo como todos los que están siguiendo muy de cerca”.
Lo de la mañana del jueves podía ser interpretado como una grieta entre Franco y Williams; lo de la tarde, como un regreso al redil. Por un lado, el piloto quiere correr. Después de ganarse el sitio en la grilla, quedar un año en reserva no le gusta para nada, pero cualquier cosa puede pasar. Está bajo contrato y pretende afianzar ese contrato en la Fórmula 1 sin menoscabar en principio los intereses de Williams. Franco ha sido como un estudiante estadounidense que saca un crédito para pagarse los estudios en Harvard y que una vez recibido debe empezar a devolverlo.
Sin embargo, la caminata de sábado pasado por el paddock junto a Carlos Slim colocó a Franco en la cresta de una ola que sube y sube. Slim, el CEO del holding que controla la empresa de telecomunicaciones Claro, dijo expresamente que quería hacer “algo” con él. Con Pérez supuestamente fuera de Red Bull, y con Colapinto llegando junto a un fuerte respaldo de Claro, más sus patrocinadores de origen argentino Mercado Libre y Globant, y la multinacional Uber, ¿cuánto vale ahora Colapinto para Red Bull o cualquier otro equipo?