El aislamiento y la soledad aumentan hasta un 20 % el riesgo cardiovascular
Somos una especie social. Durante cientos de miles de años hemos evolucionado al calor de nuestros congéneres y, desde los primeros restos fósiles descubiertos en África hasta nuestros días apiñados en grandes metrópolis, los seres humanos siempre hemos buscado generar comunidades. Protección, capacidad para mayores proyectos, desarrollo del lenguaje para comunicación, sistemas de ayuda y colaboración… las ventajas son claras y fáciles de intuir pero además, en los últimos años, los estudios científicos están añadiendo a esta conducta social innata algunos beneficios físicos menos evidentes.
La soledad incide de muchas maneras en la salud tanto mental como fisiológica y, de hecho, ya contamos con una amplia literatura científica de estudios que señalan que las personas solitarias poseen un sistema inmunitario más débil, son más vulnerables a enfermedades infecciosas, presentan una presión sanguínea más elevada o incluso se asocia con un aumento de hasta el 30% del riesgo de muerte prematura.
La soledad afecta a tu corazón y no es solo una manera poética de explicarlo… los estudios realizados señalan que la soledad y el aislamiento social son uno de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en todas las edades. Sin ir más lejos, esta misma semana ha aparecido el que podría ser el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre este tema. Se ha publicado en el journal JACC: Heart Failure y ha contado con acceso a los datos del estudio Biobank del Reino Unido que siguió los resultados de salud de cientos de miles de personas durante más de una década incluyendo no solo factores médicos sino también elementos psicosociales, como la soledad y el aislamiento, mediante cuestionarios autoinformados. Los investigadores tuvieron acceso esta gran base de datos y las conclusiones del estudio han contado con una población de más de 400.000 adultos.
Antes de analizar estos resultados, es interesante diferenciar los dos conceptos a los que se refiere el estudio (soledad y aislamiento social) ya que, aunque están directamente conectados, poseen algunas matizaciones fundamentales. Los investigadores entienden como “aislamiento social” al hecho de estar objetivamente solo o tener conexiones sociales poco frecuentes, mientras que la “soledad” se define más como un sentimiento doloroso causado por un nivel de interacción social insatisfactorio. En definitiva, se puede estar aislado y no sentir soledad, o viceversa, sentirse solo a pesar de tener un gran número de personas alrededor.
Los datos muestran que tanto el aislamiento social como la soledad aumentan el riesgo de hospitalización o de muerte por insuficiencia cardíaca entre un 15 % y un 20 %. Sin embargo, también descubrieron que el aislamiento social se comporta como factor de riesgo mayor cuando la soledad está presente. “Nuestros hallazgos indican que el impacto de la soledad, ese sentimiento subjetivo, tiene más peso que el factor de aislamiento social objetivo”, explican los autores en el American College of Cardiology.
Por otro lado, los resultados también indican que ambos factores, soledad y aislamiento social, son más comunes en los hombres y además se asocian con comportamientos y estados de salud adversos, como el consumo de tabaco y la obesidad. Otro punto social a tener en cuenta en estos datos es el nivel económico ya que el estatus bajo se muestra claramente relacionado tanto con el aislamiento como con la soledad.
Como conclusión final los autores destacan que los datos son especialmente relevantes ya que la pandemia de COVID-19 ha “resaltado los impactos del aislamiento social y la soledad en una amplia gama de resultados de salud”. Recomiendan a los sistemas nacionales de salud prestar más atención a aquellas personas que manifiestan soledad. En el futuro los investigadores adelantan su objetivo de investigar el impacto de estos factores en poblaciones más específicas y vulnerables a problemas cardiovasculares y también están trabajando en estudios experimentales para comprender mejor los mecanismos a través de los cuales el aislamiento social y la soledad afectan el sistema cardiovascular.
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Referencias científicas y más información:
Goodlin, Sarah J., Sheldon H. Gottlieb. «Social Isolation and Loneliness in Heart Failure». JACC: Heart Failure, febrero 2023, DOI:10.1016/j.jchf.2023.01.002.
Sam Roth “Social Isolation, Loneliness Increase Risk for Heart Failure” American College of Cardiology