Sí, puedes ir al concierto Rosalía en el Zócalo y no significa que estés vendiendo tu voto

Debo decir que no soy fan de la música de Rosalía. Es necesario establecerlo para evitar los eventuales reproches de que escribo las siguientes líneas desde un sesgo. No es el caso. Como tampoco soy fan de Grupo Firme. Por decir un poco más: también pienso que el gobierno de la Ciudad de México debería tener mil prioridades antes que promocionar un concierto. Y cualquiera puede identificar el tinte electoral que tiene el concierto masivo del próximo 28 de abril: Claudia Sheinbaum está en plena campaña y no tiene rubor en utilizar los recursos del gobierno capitalino para organizar conciertos que son gratis en acceso, pero no en organización.

La decisión está tomada, de cualquier modo. Habrá un concierto como ya los hubo antes. Y en esta ocasión la invitada no pudo ser mejor en términos de popularidad. Rosalía se escucha todos lados y, en pocas palabras, la está rompiendo. Así que la propuesta es clara: una artista que está en la cima dará un concierto gratis en el Zócalo. ¿Quién puede decir que no? Pero hay muchas cosas que pensar, muchos cargos de consciencia que vuelven nebulosa la fotografía que has imaginado de ese día, la de disfrutar y punto. Esta vez no es tan fácil.

El dilema está claro: sabes que ir al concierto, y formar parte de la masiva concurrencia que abarrotará la Plaza de la Constitución (porque sí, sabemos que va a estar lleno), le dará argumentos a la jefa de la Ciudad para regodearse en el éxito de su evento y, de paso, le dará oportunidad de hacer unos cuantos TikToks con las ideas que alguien le dice que son muy divertidas y la harán encajar con las "nuevas generaciones".

Eso pasará y lo sabes. Estás poniendo en juego tu congruencia: si está mal que se gaste dinero en esto, ¿por qué formo parte del problema? Si todos dicen que esto es un acto de propaganda, y tienen razón cuando lo dicen, ¿qué cara puedo tener para criticar al gobierno después de ir al concierto?. Pero en realidad todo es mucho más sencillo de lo que parece. No tiene gran ciencia, dirían algunos. No hay que caer en la disonancia cognitiva.

Ya lo dijo el maestro ideológico de la propia Claudia Sheinbaum. Todos lo recuerdan, cuando López Obrador lo explicó mejor que nadie: "Están entregando despensas, frijol con gorgojo, tarjetas, pollos, patos, chivos... hay que decirles que sí. Pero a la hora de la hora: toma tu voto. El voto es libre y es secreto", decía el presidente en un video de hace seis años, previo a las elecciones en el Estado de México. Ellos, los del contrapoder que ahora tienen poder, los que viven en eterna campaña, han aprendido muy bien de los de antes, los que criticaban: qué mejor que un concierto masivo y lustroso para encubrir (o intentarlo) todos los problemas irresueltos de la Ciudad de México.

Pero en ese aprendizaje han descuidado las lecciones que ellos mismos desperdigaron en su ascenso: toma lo que te den y luego "toma" tu voto. Es un muy sabio consejo, a decir verdad. Te dirán que es pan y circo, que es una vergüenza, que no te vuelvas a quejar nunca del Metro —no hagas caso; si quieres, hasta puedes llegar en Metro al concierto—. Rosalía es más popular, mucho más, que Sheinbaum o que cualquier político mexicano. Y a ese concierto, como a cualquier otro, la gente irá a cantar y bailar por una persona. Y esa persona no es Sheinbaum.

¿Le estás siguiendo el juego? ¿O ellos te están siguiendo el juego a ti? Porque los recuerdos y, principalmente, la evaluación del gobierno del Sheinbaum seguirán siendo los mismos con concierto y sin él. Y, como lo dijo el presidente, el voto es libre y secreto. Si ya hay un concierto de todas formas, si te gusta Rosalía, si quieres pasar un viernes divertido, ¿qué te impide ir? Igual los eruditos que opinan en Twitter encontrarán el modo de sacar su clasismo (como hicieron en el concierto de Firme) y se pondrán la máscara de la superioridad moral: mira, yo no fui y quiere decirle a todo el mundo que no fui.

Da lo mismo. Puedes ir al concierto y también criticar todo lo que quieras del Metro, la inseguridad, la frivolidad de Sheinbaum, y eso no te hará menos congruente. Puedes subir las historias que quieras a Instagram y que todos se enteren que fuiste al concierto de Rosalía organizado por Sheinbaum. Total, cuando estés en la casilla ni Rosalía ni Sheinbaum se van a dar cuenta por quién votaste.

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