Israel: el relato de un argentino que no sabe nada de sus hijos desde que los secuestró Hamas

Itzik Horn, papá de los argentinos Eitan y Iair, aun secuestrados en Gaza
Itzik Horn, papá de los argentinos Eitan y Iair, aun secuestrados en Gaza - Créditos: @Elisabetta Piqué

TEL AVIV.- Itzik Horn, argentino de 72 años que vive en Israel desde hace más de dos décadas, sobrevivió a la dictadura militar y al atentado de la AMIA. Pero jamás se imaginó que, en un país como Israel, al que emigró hace más de veinte años por elección, le tocaría enfrentarse a la pesadilla de no saber nada de sus dos hijos desde el 7 de octubre del año pasado.

Ese 7 de octubre, como le pasó a todos los israelíes, Itzik dejó de sentirse seguro y protegido por Israel. Ese sábado negro su hijo más pequeño, Eitan (35) que vivía en Kfar Saba, había ha ido a pasar el fin de semana largo al kibutz Nir Oz, a lo de su hermano mayor, Iair (45): los dos terminaron siendo tomados como rehenes en el salvaje asalto del grupo terrorista Hamas.

“¿Qué siento un año después? Una mezcla de impotencia, de rabia, de no saber qué hacer y de esperanza… No puedo creer que ya pasó un año y los chicos y no sólo ellos, sino que son 101 rehenes, siguen en manos de los terroristas de Hamas”, dice Itzik, que no oculta su bronca hacia el primer ministro israelí, Benjamín Bibi Netanyahu.

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“Tampoco puedo creer que no pasa nada, no hay absolutamente nada, no hay negociaciones y tengo que estar reclamando por la liberación de los rehenes y lo peor de todo es que Netanyahu ha abierto un frente de guerra en el norte y se prepara para una respuesta a Irán, con lo que es obvio que la atención de la opinión pública está en eso y los rehenes han pasado a un segundo, tercer, cuarto plano”, lamenta.

Cartel de la ciudad de Tel Aviv que dice
Cartel de la ciudad de Tel Aviv que dice "Now", exige por la vuelta urgente de los rehenes a sus hogares - Créditos: @Elisabetta Piqué

Para Itzik esta ampliación del conflicto es parte de la estrategia de Netanyahu para seguir en el poder. Porque si hay una guerra, no puede haber una comisión investigadora. “Él quiere salvar su pellejo político y lo hace a costa de nuestros familiares”, denuncia. “A Irán hay que contestarle (por el ataque con misiles del martes pasado), pero no ahora”, afirma.

Aunque Tel Aviv para este primer aniversario luce repleta de banderas amarillas -el color de los rehenes-, empapelada de pancartas que reclaman “tráiganlos a casa ahora”, banderas negras que recuerdan “un año” y fotos con los rostros de los secuestrados empapelando paredes, Itzik lamenta que el país está dividido, lacerado, polarizado. “A veces hay gente que pasa y nos grita ‘¡traidores!’ o ‘¡viva Bibi!’. Algunos creen que si hacemos manifestaciones de protesta es para dañar al gobierno, pero nosotros lo único que queremos es que, a través de negociaciones, nos devuelvan a nuestros familiares. ¿Quién puede llegar a pensar que reclamar la liberación de rehenes es algo político?”, se pregunta.

Así se ve la camioneta de Itzik Horn, con imágenes de sus hijos
Así se ve la camioneta de Itzik Horn, con imágenes de sus hijos - Créditos: @Elisabetta Piqué

Vestido con una remera con la fotos de sus dos hijos, con dos chapitas militares al cuello también símbolo de la catástrofe y pulseritas con sus nombres, Itzik admite que hasta entre las familias de rehenes hay divisiones. Una pequeña parte respalda la presión militar implementada, mientras que la mayoría no está de acuerdo. “Lo militar sólo nos ha traído muertos y rehenes asesinados: la mayoría creemos que hace falta una negociación”, como la que hubo en noviembre pasado, que logró que salieran con vida un centenar de rehenes. “Incluso hay divisiones en el seno de las familias al respecto”, indica. Una grieta que también se refleja en el hecho de que se han organizado diversos actos para recordar el primer aniversario del 7-10.

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Aunque por dentro no oculta estar destruido, Itzik no baja los brazos. Y dice que lo mantiene vivo la esperanza de que sus chicos estén con vida en algún túnel de Gaza, rodeándolo a Yahya Sinwar, el líder de Hamas más buscado.

La ciudad de Tel Aviv está plagada de referencias al pedido de la vuelta de los rehenes
La ciudad de Tel Aviv está plagada de referencias al pedido de la vuelta de los rehenes - Créditos: @Elisabetta Piqué

A Sinwar no lo bajan porque está rodeado de rehenes, eso es su seguro de vida. Si pudieron llegar al búnker de Nasrallah (Hassan, líder de Hezbollah asesinado), seguro saben también en qué zona está Sinwar, pero seguramente, está rodeado de secuestrados”, asegura, ilusionado. “Si no llego a tener esa esperanza, estoy liquidado, es lo que me mantiene en pie”, reconoce. Recuerda que lo último que supo de Eitan y Iair fue en noviembre pasado, cuando rehenes que salieron dijeron haberlos visto y que no estaban heridos. “Pero eso es de noviembre”, precisa.

Itzik no es el único que tiene a dos familiares aun secuestrados en Gaza. También están los padres de los israelo-argentinos David y Ariel Cuneo y los de la familia Bibas.

La ciudad de Tel Aviv está plagada de referencias al aniversario del 7 de octubre
La ciudad de Tel Aviv está plagada de referencias al aniversario del 7 de octubre - Créditos: @Elisabetta Piqué

En medio de un clima sombrío, marcado por la tensión y la incertidumbre por lo que vendrá, Itzik resolvió no participar de ninguno de los actos de este primer aniversario. “Yo me quedo en mi casa y por supuesto no pienso participar del acto organizado por el gobierno… ¿Es más, no sé cómo tienen el coraje de hacer un acto, un acto de qué? Lo único que debería hacer este gobierno es declarar día de duelo nacional el 7, que se baje la bandera a media asta, que suene una sirena y que públicamente pidan perdón y que renuncie, pero no lo hacen. Tampoco estoy de acuerdo con el acto alternativo, pero bueno, decidí no ir a ningún lado y tampoco tengo fuerza para ir a ningún lado”, afirma.

Itzik, que trabajó toda su vida en educación, no oculta su agotamiento después de haberse pasado el día dando entrevistas en uno de los pisos que tiene el Family Forum en el centro de Tel Aviv. Es su manera de enfrentar el dolor y de recordarle al mundo que es necesario no olvidar y seguir reclamando a viva voz la liberación de los rehenes. Afuera de este edificio, salta la vista su camioneta azul de “propaganda”, marcada por banderas amarillas, las fotos de sus dos hijos y un sticker que dice: “Iair y Eitan están en Gaza. ¿Y vos dónde estás para el Año Nuevo (judío)? No será un buen año con los secuestrados aún en Gaza”.