Máxima tensión en Medio Oriente: crecen las señales de que Israel prepara una respuesta “significativa” contra Irán por el ataque con misiles

Un soldado israelí cubierto con un chal de oración reza en una posición de artillería móvil en el norte de Israel. (AP/Baz Ratner)
Un soldado israelí cubierto con un chal de oración reza en una posición de artillería móvil en el norte de Israel. (AP/Baz Ratner) - Créditos: @Baz Ratner

JERUSALÉN.- ¿Ataque inminente de Israel en respuesta al desafío de los ayatollahs iraníes del martes pasado? Al finalizar este sábado las festividades por el Año Nuevo Judío y en víspera de cumplirse el primer aniversario del horroroso ataque de Hamas del 7 de octubre, esa es la gran pregunta-sensación que reina en Israel, donde parece inminente un ataque del Estado judío contra Irán, en respuesta a la lluvia de 200 misiles lanzados por Teherán el martes último.

Israel “prepara una respuesta”, anunció este sábado un responsable militar israelí a la agencia AFP, bajo condición de anonimato. Confirmó lo anterior el vocero del ejército, el general Daniel Hagari, al decir que “la manera de la respuesta será en el tiempo y en el lugar que decidamos”, en una conferencia de prensa en la que también aseguró que las fuerzas armadas están en alerta máxima por posibles ataques terroristas en vista del primer aniversario del 7 de octubre. En tanto, los diarios Haaretz y Times of Israel también dieron cuenta de la misma versión de que el ejército israelí preparaba una respuesta “seria y significativa” al ataque iraní del martes, aunque no citaron fuentes ni detallaron los supuestos preparativos militares.

El martes último Teherán lanzó contra Israel unos 200 misiles -la mayoría interceptados por el sofisticado y eficiente sistema de defensa israelí-, en venganza por los asesinatos del líder de Hamas, Ismail Haniyeh (en julio pasado, en Teherán); del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah (el viernes de la semana pasada), y de otros miembros de la cúpula de este grupo chiita radicado en el sur del Líbano.

Este sábado, fuentes libanesas dijeron que luego de otro diluvio de bombas de Israel se perdió el contacto con Hashem Safieddine, primo de Nasrallah, considerado su heredero o sucesor al frente de Hezbollah, grupo cada vez más diezmado, pero que sigue combatiendo. Fuentes de seguridad israelíes señalaron que habría sido abatido. El vocero del ejército, Hagari, por su parte, informó que 440 combatientes de Hezbollah murieron desde el inicio de la ofensiva terrestre lanzada el lunes pasado.

En otro indicio de que era inminente la venganza por esa nueva afrenta de los ayatollahs iraníes en menos de seis meses -el anterior ataque había sido el 13 de abril-, varias ceremonias para recordar el primer aniversario del 7 de octubre, previstas para este domingo, fueron canceladas y postergadas.

Un evento que tendría que haber reunido el domingo en Tel Aviv a familiares de los casi 250 rehenes llevados por los terroristas a Gaza, embajadores, empresarios y organizaciones de todo el mundo, por ejemplo, fue aplazado al 13 de octubre. Y reinaba la incertidumbre acerca de varios otros actos en memoria de la peor masacre sufrida por el pueblo judío después del Holocausto, en la que perdieron la vida 1200 personas, pero opacada, 365 días después, por una intensificación del conflicto y un enfrentamiento directo con Irán, el máximo enemigo de Israel.

El funeral de un soldado israelí muerto en una zona fronteriza con el Líbano, en Jerusalén. (Ahmad GHARABLI / AFP)
El funeral de un soldado israelí muerto en una zona fronteriza con el Líbano, en Jerusalén. (Ahmad GHARABLI / AFP) - Créditos: @AHMAD GHARABLI

Debido a restricciones del comando israelí, por otra parte, anunciaron también que sólo iba a poder asistir una audiencia mínima a otra ceremonia que se llevará a cabo este lunes y que será retransmitida en directo en todo el país.

En un clima de compás de espera, en tanto, el canciller iraní, Abas Araghchi, prometió este sábado que Teherán responderá con “más fuerza” si Israel lanza una ataque en respuesta al bombardeo iraní con misiles del martes. ”Nuestra reacción a cualquier ataque del régimen sionista es clara”, declaró en una visita a la capital siria, Damasco, donde se reunió con el presidente Bashar al-Assad, aliado de Irán.

En un discurso a la nación, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el sábado que el Ejército logró destruir “gran parte” del arsenal del grupo terrorista Hezbollah en el Líbano y cambió el curso del conflicto. ”Destruimos gran parte del arsenal de misiles y de cohetes que Hezbollah acumuló a lo largo de los años”, dijo el premier en la declaración televisada. “Cambiamos el curso de la guerra”, agregó. “Irán está detrás de todas las amenazas contra nosotros. Nos lanzaron cientos de misiles en uno de los mayores ataques de la historia. Ningún país del mundo aceptaría un ataque así, e Israel tampoco lo aceptará. Israel tiene el deber y el derecho de defenderse y responder a tales ataques, y eso es lo que haremos”, también dijo, confirmando la sensación de ataque inminente.

La supuestamente inminente respuesta militar contra Irán parecía un intento de desviar la atención de este dramático primer aniversario del 7-10, de parte del gobierno de ultraderecha de Netanyahu. El primer ministro, en el ojo de la tormenta por las falencias que propiciaron el ataque del 7 de octubre, jamás pidió disculpas ni se hizo responsable del desastre de inteligencia implícito en el asalto del que, según trascendió más tarde, había habido advertencias y avisos, que no fueron escuchados ni tenidos en cuenta.

Al acercarse este primer aniversario de una humillante falla de inteligencia, que representó y sigue representando un trauma para todos los israelíes, que descubrieron de repente que su país ya no era esa fortaleza invencible, Netanyahu incluso redobló su apuesta a todo o nada en su guerra contra el eje de la resistencia del mal. Y en las últimas semanas decidió abrir más frentes y ampliar peligrosamente la guerra hasta hace poco centrada en la Franja de Gaza, con una ofensiva terrestre en el sur del Líbano, bastión de Hezbollah, que ya significó la decapitación de su cúpula y una escalada en Medio Oriente de consecuencias impredecibles.

¿La respuesta contra Irán será contenida, como ocurrió después del ataque con misiles del 13 de abril, o esta vez la venganza irá más allá? ¿El blanco serán sus centros nucleares o su infraestructura petrolera? Y cómo responderá al ataque Teherán, que para muchos analistas no quiere entrar en una guerra ni con Israel, ni con Estados Unidos, pero que, a este punto, podría verse obligado a hacerlo al ver bajo una clara amenaza al régimen?

Manifestaciones

Más allá de la incertidumbre por lo que vendrá y el temor a que una situación ya de por sí al rojo vivo pueda escaparse de las manos, en Tel Aviv y en otras localidades, como todos los sábados desde el inicio de la guerra, hubo manifestaciones de protesta de familiares de rehenes y simpatizantes de su causa. Aunque ninguna fue multitudinaria porque, debido a los últimos acontecimientos, el comando central impuso restricciones y no pueden manifestarse más de 1000 personas en algunos sitios y al máximo 2000, al cumplirse el primer aniversario de la masacre, las protestas fueron igualmente fuertes, simbólicas.

“Hasta que Netanyahu esté en el poder, vamos a conmemorar tres años de su captividad, si es que alguno sobrevive”, comentó ante la prensa Omri Lifshitz, hijo de Oded Lifshitz, aún retenido en Gaza. “A lo largo de todo este año vimos como Netanyahu reiteradamente obstruyó las negociaciones a través de acciones dañinas”, agregó, según Haaretz.

Einav Zangauker, que tiene a su hijo Matan secuestrado en Gaza, fue más allá y acusó a Netanyahu de “haber elegido sacrificar la vida de los rehenes para preservar el poder”.

“Aunque termine la guerra en el norte, Netanyahu quiere que la guerra en el sur continúe… Mientras dure la guerra, su coalición se mantendrá estable. Mientras esto continúe, no habrá una comisión estatal de investigación. Y mientras siga en Gaza, la guerra nunca terminará”, vaticinó, desesperada.

Le hizo eco Danny Elgarat, cuyo hermano, Itzik, también sigue en Gaza: “En lugar de asegurar un acuerdo de rehenes en el sur antes de dirigirse al norte, como aconsejaron los funcionarios de seguridad, Netanyahu mantuvo intencionalmente abierto el frente de Gaza durante todo un año”, afirmó. “Durante todo un año, 101 ciudadanos abandonados por él permanecen atrapados en los túneles de la muerte. Netanyahu no solo se niega a asumir la responsabilidad, sino que también elige abandonarlos e intenta hacerlos olvidar”, añadió.