Salpa: La criatura marina transparente que come toneladas de CO2 al día

Estos invertebrados, también llamados zapaticos,son pocos conocidos porque suelen ser confundidos con medusas o con envases de plástico

Las salpas suelen estar unidas a otras y juntas hacen más eficiente el trabajo de movilizarse, de alimentarse y de limpiar las aguas (Foto:Getty)
Las salpas suelen estar unidas a otras y juntas hacen más eficiente el trabajo de movilizarse, de alimentarse y de limpiar las aguas (Foto:Getty)

Hay un animal transparente llamado salpa que a veces es confundido con un tóxico envase de plástico que fue lanzado como basura al mar. Resulta que es exactamente lo contrario, es un animal que aporta grandes beneficios a los océanos y, en realidad, a todo el planeta, porque es capaz de absorber miles de toneladas de dióxido de carbono (CO2).

El extraño ser también ha sido confundido con medusas pero, a diferencia de las llamadas aguamalas, este animal no libera toxinas ante la presencia de los potenciales depredadores. Es decir, la salpa es una criatura totalmente benigna que, para el beneficio de todos, no es muy apetitosa para el paladar humano, aunque sí son alimento para tortugas, atunes o bacalaos.

En el verano de 2019 los bañistas de las playas de Málaga, Almería y Granada se encontraron con estos peculiares e inofensivos invertebrados que llegaron en masa debido a la alta presencia de fitoplancton, el alimento de la salpa.

La mayoría de los que presenciaron la visita de los también conocidos como “zapaticos” desconocían que este animal existe y, lo más importante, que debe ser respetado y protegido porque es un protector natural del medio ambiente.

Los salpas viven en el agua y por el agua. Se mueven a través de ella, la introducen en la parte delantera de sus cuerpos transparentes y la expulsan bombeándola por la parte trasera en una dinámica propulsión a chorro.

Este sistema de desplazamiento por contracción de agua a través del cuerpo es propio de la familia de las salpidea a la que pertenecen los vulgarmente conocidos zapaticos cuyo nombre científico de Maggiore salpa.

Se han descrito como pequeños barriles gelatinosos casi transparentes con dos orificios o sifones, uno por donde entra el agua y otro por el que sale, y en ese entrar y salir se filtra el fitoplancton del que se alimentan.

A través de sus cuerpos cristalinos se pueden ver sus aparatos digestivos que son de un color rojizo y también las vísceras que se agrupan en un núcleo más opaco.

Son invertebrados que puede reproducirse de forma sexual y asexual, y bajo esta última manera es capaz de replicarse en cadenas que se comunican por corrientes eléctricas que las llevan a moverse de forma sincronizada.

En su forma sexual se reproducen como hermafroditas y llevan a un pequeño salpa en su interior.

La capacidad reproductiva doble de los zapaticos los ha definido como uno de los organismos multicelulares de más rápido crecimiento en la tierra.

Pero sin dudas, uno de los aspectos más interesantes de las salpas, es su complejo sistema nervioso que, por increíble que parezca, se parece al de los humanos.

Los zapaticos, cuando se unen a otros iguales, pueden formar hileras de más de un kilómetro de longitud que se conocen como "cinturón de Venus", por eso la visión de un conjunto de salpas no es la de un cardumen común.

A simple vista lucen como un grupo de botellones de plástico pegados que andan vagando libremente por el mar, pero al enfocar bien, se puede ver que tienen vida y que son animales transparentes unidos que se mueven juntos por el mar y de esta forma logran comer más y mejor.

Estas interesantes criaturas defecan una bola cargada de CO2 que cae rápidamente a las profundidades marinas (Foto:Getty)
Estas interesantes criaturas defecan una bola cargada de CO2 que cae rápidamente a las profundidades marinas (Foto:Getty)

Para entender el trabajo que las salpas hacen por la salud de las aguas hay que explicar que los océanos absorben el exceso de CO2 de la atmósfera -incluido el que emite la quema de combustibles fósiles- y las diminutas plantas marinas conocidas como fitoplancton lo usan para crecer.

Después, llegan los animales que se alimentan del fitoplancton y se lo comen con todo y su carga de dióxido de carbono, aunque buena parte vuelve a las aguas cuando los que lo consumieron defecan o se mueren.

Y aunque ese CO2 puede ser usado nuevamente por las plantas marinas, o volver al aire, las salpas hacen una intervención mucho más eficiente.

Los zapaticos, en cardúmenes o en solitario, son capaces de producir bolas fecales pesadas que se van rápidamente al fondo del mar y quedan aisladas de la atmósfera de forma definitiva con toda su carga de gases contaminantes.

Es por eso que en algunos lugares también los llaman "aspiradoras de los océanos".

Científicos de la Universidad de Connecticut y del Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI), analizaron el ciclo de vida de las salpa y observaron que un cardumen consumía cada día hasta el 74 % de las plantas microscópicas de las aguas superficiales que contenían carbono y que sus bolas fecales, que transportaban hasta 4.000 toneladas de carbono diariamente, se hundían rápidamente en aguas profundas donde se sedimentan.

Los biólogos del WHOI, Laurence Madin y Richard Harbison, observaron que las bolas de desechos de los zapaticos transparentes se hunden hasta mil metros enviando el carbono a las profundidades, y que cuando estos animales mueren también descienden hasta 475 metros por día, llevándose el contenido contaminante al inframundo marino.

Esta criatura desciende a profundidades de hasta 800 metros durante el día porque por lo general la luz del sol favorece la presencia de sus depredadores naturales.

Entonces, el salpa prefiere la vida nocturna en las aguas superficiales y es en esas horas oscuras se alimenta, reproduce y multiplica masivamente.

A mediados de 2006, fue publicado un estudio en la revista Deep Sea Research en el que se indica que los salpas, del tamaño de un pulgar, pululan por miles de millones en "puntos calientes" transportando toneladas de CO2 por día desde la superficie del océano hasta las profundidades del mar y evita que vuelva a ingresar a la atmósfera.

Existen unas cincuenta especies de salpas ubicadas en diferentes partes de las aguas del mundo. Algunas lucen como tubos o envases de plástico, otras como serpientes y algunas como raros candelabros. Sin embargo, y pese a las diferencias en las formas, todas operan de la misma manera, filtrando el agua por un sistema de bombeo que filtra el fitoplancton.

Y aunque parecen medusas, no causan urticaria en quienes las tocan y tienen más similitudes genéticas con los vertebrados.

El mecanismo de propulsión de las salpas unidas en cadenas ha inspirado a un grupo de científicos que han visto en este sistema una línea de investigación para crear artefactos sumergibles más eficientes.

El movimiento de las cadenas de salpas inspiran a quienes quieren diseñar submarinos más eficientes (Foto:Getty)
El movimiento de las cadenas de salpas inspiran a quienes quieren diseñar submarinos más eficientes (Foto:Getty)

Los análisis se están desarrollando en el Instituto de Biología Marina de la Universidad de Oregón (UO) y los científicos han adelantado algunas de sus reflexiones acerca de cómo el estudio de la forma en la que se mueven las salpas puede ayudar a crear una nueva tecnología marina.

El hecho de que las salpas se sumerjan profundamente durante el día y suban a las aguas superficiales en la noche constituye una interesante "mecánica de fluidos", dicen los investigadores.

De acuerdo con la profesora asociada de Biología de la UO, Kelly Sutherland, estos organismos "pueden ser plataformas de inspiración sobre cómo construir robots que atraviesen eficientemente las profundidades marinas" y por eso ha usado cámaras especializadas para hacer seguimiento a la ruta nocturna de los zapaticos marinos.

El equipo de Sutherland descubrió que aunque todas las salpas usan el sistema de propulsión a chorro, las cadenas más pequeñas de estos animales se movían en espiral como lo hace una pelota de fútbol cuando es lanzada al aire, mientras que las más grandes se desplazan con un patrón que simula un sacacorchos.

Dicen los investigadores que la novedad en estos nuevos análisis sobre las hileras es que cada una de las salpas que forman parte de estas cadenas liberan sus chorros de agua en momentos ligeramente diferentes lo que se traduce en una movilización suave y armónica de toda la colonia.

Sutherland describió el movimiento como el de una "serpiente elegante" que se mueve "muy suavemente".

El biólogo Alejandro Damian-Serrano, que también lideró el estudio, dijo que si bien es cierto que el diseño de muchos robots submarinos se han inspirado en criaturas marinas, los hallazgos de este estudio pudieran conducir a la creación de submarinos más grandes y eficientes que se desplacen con menos turbulencias.

Fuentes: National Geographic, Science Daily, WHOI, New Atlas

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