El pelo es quizá el desecho más desaprovechado del mundo (y se usa para recoger los derrames petroleros )

El cabello humano sirve para limpiar los derrames petroleros de una forma amigable con el medio ambiente (Foto:Getty)
El cabello humano sirve para limpiar los derrames petroleros de una forma amigable con el medio ambiente (Foto:Getty)

Bajo condiciones normales, en promedio, el ser humano pierde unos 100 o 150 cabellos al día, que van cayendo en el piso, en la bañera, en la almohada, en el cepillo o en la ropa y, en la mayoría de los casos, ese pelo que abandona las cabezas, se va a la basura.

Pero resulta que el pelo es uno de los desechos más desaprovechados del mundo porque, entre otros increíbles usos, es una de las soluciones más eficaces para recoger los derrames petroleros que se producen por miles cada año en muchas partes del planeta.

La razón de ser del cabello no es otra que proteger. Es una estructura permeable y resistente a la tracción. Además, tiene muchas cualidades que tienen el fin último de cuidar la cabeza de la persona aunque ahora se sabe que también puede ayudar a limpiar el planeta.

Y no solo se puede aprovechar el cabello humano, el pelo y la pelusa de otros animales son, asimismo, materiales que ayudan en esta tarea, porque comparten la proteína llamada queratina en sus composiciones biológicas.

La idea de utilizar pelo como recolector de fugas de hidrocarburo fue de Phil McCrory, un peluquero de Alabama al que se le prendió el bombillo cuando vio las noticias acerca de un derrame petrolero en el Golfo de Alaska en 1989 y observó a una nutria cubierta de crudo.

McCrory contó que cuando vió el pelo de la nutria cubierto de petróleo se le ocurrió que el cabello humano también podría tener la misma capacidad para absorber el crudo, así que empezó a hacer pruebas vertiendo aceite en una piscina infantil en el patio de su casa.

Entonces recogió cabello, lo introdujo en una media panti de su esposa y echó ese peculiar y rudimentario cojín en la piscina. McCrory tuvo que esperar muy pocos minutos para ver cómo el pelo absorbía toda la mancha de aceite.

El peluquero continuó haciendo más pruebas y estudios serios antes de, finalmente, recibir la patente por su invento en 1995. McCrory lanzó su compañía OttiMat que produce esterillas de cabello humano especiales para recolectar las manchas de petróleo.

McCrory logró que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) se interesara en su invento y tras someter la idea a pruebas más sofisticadas, la institución confirmó que, en efecto, el pelo es realmente un buen material para recoger los derrames petroleros.

Además, como ha dicho el mismo McCrory, se trata de una técnica que no daña el medio ambiente al ser 100 % pelo.

Porque lo usual es que para los casos de derrames se utilicen esteras de polipropileno, un material que no es biodegradable y que utiliza, igualmente, combustibles fósiles como los que debe limpiar durante los accidentes para su extracción.

El cabello, además de ser parte armónica del medio ambiente, y por tanto, biodegradable, es capaz de absorber de tres a nueve veces su peso en aceite.

Así lo ha comprobado la organización Matter of Trust, una institución que nació en sociedad con Phil McCrory y que ahora, a través de su programa Clean Wave, se ocupa de hacer esterillas y “hair booms” o cojines cilíndricos con pelo obtenido de peluquerías de humanos y de animales, así como con lana de las granjas e incluso con la pelusa de las lavanderías.

Con estos pelos y motas se fabrican estos utensilios que después se ubican en el lugar del derrame, sea este causado por el hundimiento de un buque petrolero o por el goteo de aceite de un automóvil.

Lisa Gautier, fundadora de Matter of Trust, dice que la organización con sede en San Francisco recibe paquetes de cabello humano todos los días que pasan a convertirse en esterillas para absorber derrames en tierra o en hair booms para los vertidos en el agua.

Matter of Trust asegura que medio kilo de cabello puede absorber un litro de aceite en menos de un minuto.

Lo cierto es que quienes ahora son expertos en hacer esterillas y cojines de recolección de vertidos, hallan nuevas formas de aprovechar estos materiales en la medida en la que salen al paso a los desastres.

La queratina ayuda a que el pelo absorba los aceites (Foto:Getty)
La queratina ayuda a que el pelo absorba los aceites (Foto:Getty)

Pero, ¿qué hace al cabello tan adecuado para estas faenas de limpieza de derrames petroleros?

Uno de los componentes más importantes del pelo, y que además le confiere esas cualidades absorbentes de líquidos aceitosos es la queratina, una proteína fibrosa que es muy rica en azufre.

El cabello es permeable, una característica que se hace evidente por la capacidad de absorber los químicos que se usan para teñirlo.

Es resistente, por eso es capaz de soportar la tracción. Además, tiene plasticidad y elasticidad, lo que lo hace moldeable, capaz de cambiar su longitud y diámetro.

Por si fuera poco, el cabello también es muy resistente al calor y aguanta elevadas temperaturas que superan los 140 grados centígrados de calor seco y hasta los 220 grados centígrados de calor húmedo.

Todas estas condiciones, además del hecho de ser un producto 100 % natural, hacen al cabello tan perfecto para resolver los derrames petroleros.

Decenas de vertidos de petróleo o sus derivados se producen al año en todo el planeta (Foto:Getty)
Decenas de vertidos de petróleo o sus derivados se producen al año en todo el planeta (Foto:Getty)

En agosto de 2020 un buque de bandera japonesa encalló frente a las costas de la isla de Mauricio, en el océano Índico. Entonces, el gobierno y los habitantes de la isla se empeñaron en buscar paja, caña y pelo para recoger rápidamente el desastre y salvar el reconocido santuario de la peculiar vida silvestre y humedales de importancia internacional.

Las peluquerías de la isla ofrecieron descuentos en los cortes de pelo y decenas de voluntarios se dispusieron a hacer cilindros de cabello para contener las 4.000 toneladas de crudo derramadas en el mar.

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Derrames ocurridos en otras partes del mundo también han sido abordados con técnicas que incluyen pelo como el que sucedió en 2006 en la isla de Guimarás, en Filipinas, un evento en el que se recogieron 130.000 galones de aceite de combustión.

Estos son apenas dos ejemplos de cómo el pelo ha ayudado en estos desastres que han ocurrido y seguirán ocurriendo.

El petróleo y sus derivados como la gasolina, el diesel y subproductos como aceites, son derramados en mares, océanos y también en suelos por buques tanqueros, plataformas de perforación y pozos, y esto ocurre por error, negligencia, actos deliberados o desastres naturales como los huracanes o los sismos que desequilibran instalaciones o voltean buques.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica señaló que en 2021 se perdieron unas 10.000 toneladas métricas de petróleo en el medio ambiente por derrames petroleros.

Matter of Trust calcula que en promedio ocurren unos 2500 vertidos de diferentes magnitudes en todo el planeta al año de combustibles, lubricantes o petróleo.

Los derrames petroleros pueden causar daños irreversibles al planeta, además de que, a corto plazo, son capaces de contaminar el agua que tomamos, afectar la salud pública, matar animales y plantas e impactar la economía de los países en los que ocurre.

Hay estudios que demuestran que los peces de arrecifes cambian drásticamente después de estar en contacto con los hidrocarburos y que especies de corales de aguas profundas y artrópodos pueden tardar décadas en recuperarse de este impacto.

Las esterillas y cojines fabricados para recoger derrames están hechos de una combinación de pelos humanos y de perros (Foto:Getty)
Las esterillas y cojines fabricados para recoger derrames están hechos de una combinación de pelos humanos y de perros (Foto:Getty)

Tras el derrame petrolero causado por la plataforma marina Deepwater Horizon frente a las costas del Golfo de México de 2010 se usaron los cojines o hair booms y fue con este evento, en el que fueron vertidos 800 millones de litros de crudo, que se comprobaron las cualidades y las fallas del método.

Por un lado se confirmó que era posible recoger el crudo con los hair booms pero también se vio que muchos de estos cojines se hundieron debido a la turbulencia de las aguas.

La experiencia sirvió entonces para mejorar el sistema y un estudio de la Universidad Tecnológica de Sydney (UTS) publicado en 2020 demostró que el cabello humano, combinado con el pelo de los perros, hacen más efectivos los cojines recolectores.

También se ha demostrado que el pelo y estas fibras de origen animal son buenas para recolecciones de crudo en agua o tierra, pero no en arena.

Lo que ha quedado claro es que es posible aprovechar el pelo y puede que este recurso llegue a utilizarse casi tanto como la lana de las ovejas, no solo para recoger derrames de petróleo o sus derivados, sino también para otros increíbles fines como hacer sombreros, cuerdas de instrumentos musicales, suturas e incluso, como ingrediente de la salsa de soya, aunque esto último tenga un tono desagradable, porque nadie quiere encontrarse un cabello en la comida.

Pero en el caso de los derrames de crudo, las organizaciones que ya se han hecho expertas fabricando esterillas y cojines de pelo como Matter of Trust, aseguran que cualquier persona puede hacerlos.

En Finlandia, Japón, Chile y Ruanda, entre otros países, ya hay centros especializados que replican el trabajo de producción de las esteras al estilo de Matter of Trust y otros que han diseñado sus modelos como la institución Green Salon Collective, radicada en el Reino Unido.

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