Sacramento cierra el Camp Resolution y desaloja a personas mayores sin hogar y discapacitadas. ‘Experimento fallido’

(English below)

En una operación sin precedentes, los agentes de policía de Sacramento declararon el lunes un campamento de personas sin hogar como escena de crimen, lo cerraron con cinta adhesiva y luego rompieron una reja de metal con excavadoras y equipos de soldadura.

Fue el fin del Camp Resolution (Campamento Resolución), un campamento unido compuesto en gran medida por personas mayores discapacitadas que la ciudad ahora llama un “experimento fallido”.

Después de más de dos años en los que se permitió que unas 50 personas sin hogar vivieran en remolques emitidos por la ciudad en propiedades de la ciudad, el lote de North Sacramento está nuevamente vacío.

El cierre del campamento fue relativamente pacífico, y la mayoría de los residentes se marcharon voluntariamente. Aunque un puñado de manifestantes le gritaron a los agentes, el ambiente general fue sombrío. La policía citó a cuatro personas por resistirse, obstruir o retrasar a los agentes, un delito menor, aunque los espectadores dijeron que no eran residentes del campamento.

Antes de cerrar el campamento, la ciudad ofreció a todos los residentes del Campamento Resolución un lugar para dormir en un refugio. Algunos lo aceptaron, mientras que otros no, alegando que les habían prometido vivienda permanente, no un refugio.

Betty Edwards, de 60 años, aceptó una habitación de motel de la ciudad donde podría quedarse indefinidamente y traer a sus dos perros pequeños (que normalmente no se permiten en los moteles de la ciudad). Pero su remolque descompuesto, un regalo de su hermano lleno de artículos sentimentales, todavía estaba estacionado dentro de las rejas cuando llegaron las gruas.

“¡Ésa es mi casa! Tengo todo ahí adentro”, gritó Edwards a través de la cinta policial mientras lloraba ante Brian Pedro, jefe del Equipo de Gestión de Incidentes de Personas sin Hogar de la ciudad. “¡Déjame sacar mi remolque de ahí! ¡Ahí es donde está todo!”.

A otras personas, como Satearah Murphy, de 35 años, de Sacramento, no se les dio la opción de quedarse con más de un perro si iban a un refugio. No quería tener que separarse de uno de sus pitbulls, Mississippi y Bane, así que no fue. Probablemente dormirá en una carpa en la banqueta esta noche, dijo.

Camp Resolution attorney Anthony Prince pushes Shonn Adams in a wheelchair as he listens to Satearah Murphy, center, as she talks about trying to save Adams’ trailer inside Camp Resolution on Monday, Aug. 26, 2024. Prince was moving Adams, who uses oxygen to breathe, from the encampment before the city cleared the camp. She was crying because she didn’t want to leave her dog or her home for the past two years.

“No me separaré de mis perros”, dijo Murphy, cuyo brazo está herido por una bala. “Uno es mi protección y el otro mi apoyo emocional”.

Otros residentes estaban preocupados por el hecho de que los remolques y las pequeñas casas en el refugio de Roseville Road de la ciudad no tienen electricidad para el aire acondicionado o la cocina.

Sin embargo, según el Alcalde Darrell Steinberg, la mejor opción para conseguir una vivienda permanente es permanecer en refugios.

“Hoy, los equipos de la ciudad y representantes de organizaciones de salud y servicios están en el lugar para ayudar a las personas a que se acerquen a los servicios y refugios”, dijo Steinberg en un comunicado el lunes. “Sin duda, espero que acepten porque es el camino más seguro para obtener una vivienda permanente”.

Sacramento police officers and other city workers enter Camp Resolution on Colfax Street to take back the FEMA trailers the state had loaned the city while homeless scrambled to get their belongings on Monday. Residents marked an X on the trailers occupied by disabled people.
Sacramento police officers and other city workers enter Camp Resolution on Colfax Street to take back the FEMA trailers the state had loaned the city while homeless scrambled to get their belongings on Monday. Residents marked an X on the trailers occupied by disabled people.

Cómo llegamos aquí

Camp Resolution surgió después de que Sacramento Bee informó que la ciudad había pagado $617,000 para pavimentar y cercar un terreno de la ciudad para un refugio para personas sin hogar que nunca abrió. Unas mujeres sin hogar se metieron y comenzaron a acampar en el terreno.

La ciudad, en lugar de desalojarlas de la propiedad como había hecho en el pasado, se unió a la causa. Firmó un contrato de arrendamiento con Safe Ground Sacramento, una organización sin fines de lucro dirigida por el abogado de derechos civiles Mark Merin, que administraba un Safe Ground en las calles 12 y C. Entregó remolques del estado que habían estado vacíos para que los usaran los huéspedes. A diferencia de otros refugios, que cuestan varios millones de dólares al año para operar, el sitio no le costó nada a la ciudad.

Debido a la contaminación por vapor, una agencia estatal permitió que las personas vivan en el lugar en remolques, pero no en tiendas de campaña en el suelo. El tipo de contaminación que está presente no es dañina para las personas en los vehículos porque están elevadas del suelo, dijo la Junta de Control de Recursos Hídricos del Estado de California.

Las cosas transcurrieron sin problemas durante más de un año.

Pero en una carta de abril, la ciudad dijo que había gente durmiendo en tiendas de campaña y que el campamento cerraría en mayo. La ciudad luego retrocedió en ese plan después de que los residentes rogaron al Ayuntamiento por más tiempo, y la gente dejó de acampar en la tierra. El 15 de mayo, el sindicato de personas sin hogar demandó a la ciudad, solicitando una orden judicial que prohíba a la ciudad cerrar el campamento hasta que todos los residentes estén en viviendas permanentes. El juez hasta ahora ha dictaminado a favor de la ciudad en ese caso, pero todavía está activo. Mientras tanto, en julio, Merin, el arrendatario, envió una notificación a la ciudad sobre los planes para la terminación del contrato de arrendamiento. Esos planes tomaron efecto el lunes.

Merin ha dicho que, aunque el contrato de arrendamiento está por terminar, dependerá de la ciudad si desaloja a los residentes del lugar. El contrato de arrendamiento establece: “al vencimiento o terminación de este contrato de arrendamiento, el arrendatario deberá desalojar pacíficamente las instalaciones y entregarlas a la ciudad vacías de todos los huéspedes”.

Sin embargo, como la propiedad y los remolques son de la ciudad, la ciudad podría haber dejado que el campamento se quedara.

A principios de este mes, la ciudad publicó avisos en el campamento indicando que los residentes estaban violando una ley estatal contra la intrusión ilegal.

El dueño de un negocio está agradecido

Aunque el campamento solo contaba con unos 50 residentes oficiales, atrajo a personas sin hogar que acamparon fuera de la cerca a lo largo del sendero para bicicletas, a veces quienes participaban en actividades criminales, parte de la razón por la que la ciudad se desanimó con el experimento.

Dmitriy Dolotov, propietario de Stellar Built, una tienda de vehículos todoterreno a dos cuadras del campamento, dijo que el cierre del campamento de personas sin hogar será beneficioso para su negocio.

Desde que comenzó el campamento en 2022, dijo que la zona ha empeorado notablemente con un gran aumento en la delincuencia. Al menos dos veces al mes, su patio comercial sufre robos.

“Si observas nuestra cerca, está todo tapado”, dijo Dolotov el lunes. “Estaban constantemente dañándola. Cortaron cerraduras, cortaron rejas”.

Dolotov destacó que no sabía si los intrusos eran residentes del Campamento Resolución u otros indigentes que se habían sentido atraídos por la zona después de su apertura.

Pero muchos de sus clientes tienen miedo por su seguridad cuando dejan sus vehículos, dijo. A menudo, Dolotov también ve agujas y otros artículos de parafernalia de drogas esparcidos por el vecindario.

“Nadie quiere estar al aire libre en el frío, pero me alegro de que haya una opción para que puedan ir a otro lugar”, dijo. “Es positivo para el negocio, es positivo para el vecindario”.

El cierre del campamento puede significar que la ciudad no intente abrir un Safe Ground nuevamente. Pero con la ciudad enfrentándose a un déficit proyectado de $77 millones para el año fiscal que comienza el 1 de julio y con la financiación estatal y federal no aumentando drásticamente, puede ser el único modelo que pueda permitirse.

El sindicato de personas sin hogar, que está trabajando con Disability Rights California, está intentando conseguir una audiencia judicial el viernes, dijo Anthony Prince, del sindicato de personas sin hogar.

“Hoy es una batalla, pero esta es una guerra”, dijo Prince.

La ciudad todavía está decidiendo qué hacer con el terreno, dijo el portavoz de la ciudad, Tim Swanson.

Sacramento closes Camp Resolution that housed homeless seniors

In a first-of-its kind operation, Sacramento police officials Monday declared a homeless camp a crime scene, enclosed it with caution tape, then broke through a metal gate with bulldozers and welding equipment.

It marked the end of Camp Resolution, a tight-knit camp comprised largely of disabled seniors the city is now calling a “failed experiment.”

After over two years of allowing about 50 homeless people to live in city-issued trailers at city property, the North Sacramento lot is again vacant.

The closure of the camp was relatively peaceful, with most residents leaving voluntarily. Although a handful of protesters shouted at officers, the overall mood was somber. Police cited four people for resisting, obstructing or delaying officers, a misdemeanor, though bystanders said they were not camp residents.

Before closing the camp, the city offered all residents of Camp Resolution a shelter bed. Some accepted them, while others did not, contending they were promised permanent housing, not shelter.

Betty Edwards, 60, accepted a motel room from the city where she could stay indefinitely and bring her two small dogs — not usually allowed in city motels. But her broken down trailer, a gift from her brother full of sentimental items, was still parked inside the gates as tow trucks entered.

“That’s my home! I got everything in there,” Edwards screamed across the police tape as she sobbed to Brian Pedro, head of the city’s Homeless Incident Management Team. “Let me get my trailer outta there! That’s where everything is!”

Others like Satearah Murphy, 35 of Sacramento, were not given the option to keep more than one dog if she goes to a shelter. She didn’t want to have to part with one of her pitbulls, Mississippi and Bane, so she did not go. She will probably sleep in a tent on the sidewalk tonight, she said.

“I won’t part with my dogs,” said Murphy, whose arm is injured from a bullet. “One is my protection and the other my emotional support.”

Other residents were concerned that the trailers and tiny homes at the city’s Roseville Road shelter site do not have electricity for air conditioning or cooking.

Staying in shelters is the best shot at getting permanent housing eventually, however, according to Mayor Darrell Steinberg.

“City crews and representatives of health and service organizations are on site today to get people how are willing into services and shelter,” Steinberg said in a statement Monday. “I certainly hope they accept as this is the surest path to obtaining permanent housing.”

How we got here

Camp Resolution came to be after The Sacramento Bee reported the city had payed $617,0000 to pave and fence a city lot for a homeless shelter that never opened. A handful of homeless women broke in and started camping on the lot.

Instead of clearing them off the property, as the city had in the past, the city got on board. It signed a lease with Safe Ground Sacramento, a nonprofit run by civil rights attorney Mark Merin, which was running a Safe Ground at 12th and C streets. It dropped off trailers from the state that had been sitting empty, for guests to use. Unlike other shelters, which cost several million dollars a year to run, the site did not cost the city anything.

Due to vapor contamination, a state agency allowed people to live in the site in trailers, but not in tents on the ground. The type of contamination that’s present is not harmful to people in vehicles because they’re raised off the ground, the California State Water Resources Control Board has said.

Things went smoothly for over a year.

But in an April letter, the city said there were people sleeping in tents and that the camp would close in May. The city then backed off on that plan after residents begged the City Council for more time, and people stopped camping on the dirt. On May 15, the homeless union sued the city, seeking a judge order barring the city from closing the camp until all residents are in permanent housing. The judge has so far ruled in the city’s favor on that case, but it is still active. Meanwhile, in July, Merin, the lease holder, sent a notice to the city of plans for lease termination, which is effective Monday.

Merin has said that although the lease is ending, it would be up to the city whether to clear the residents off the site. The lease states, “upon the expiration or termination of this lease, lessee shall peaceably vacate the premises and deliver the premises, vacant of all guests to city.”

However since it’s a city property and city trailers, the city could have let the camp stay.

The city posted notices at the camp earlier this month stating the residents were in violation of a state law against trespassing.

Business owner thankful

Although the camp only had about 50 official residents, it attracted unhoused people to camp outside the fence along the bike trail, sometimes who engaged in criminal activity — part of the reason the city soured on the experiment.

Dmitriy Dolotov, the owner of Stellar Built, an off-road vehicle shop two blocks from the camp, said the closure of the homeless encampment will be beneficial for his business.

Since the camp started in 2022, he said the area has gotten noticeably worse with a huge uptick in crime. At least twice a month, his business yard experiences break-ins.

“If you look at our fence, the entire thing is patched up,” Dolotov said Monday. “It was constantly getting messed with. They were cutting locks, they were cutting gates.”

Dolotov stressed that did not know whether the trespassers were residents of Camp Resolution or other homeless people who were attracted to the area after it opened.

But many of his customers are scared for their safety when they drop off their vehicles, he said. Frequently, Dolotov also sees needles and other drug paraphernalia scattered around the neighborhood.

“Nobody wants to be out in the cold, but I’m glad that there’s an option for them to go elsewhere,” he said. “It’s positive for the business, it’s positive for the neighborhood.”

The camp’s ending may mean the city won’t try to open a Safe Ground again. But with the city facing a projected $77 million deficit for the fiscal year that starts July 1, and state and federal funding not drastically increasing, it may be the only model it can afford.

The homeless union, working with Disability Rights California, is trying to get a court hearing Friday, said Anthony Prince of the homeless union.

“Today is one battle but this is a war,” Prince said.

The city is still deciding what to do with the lot, city spokesman Tim Swanson said.