Rubén Magnano, uno de los autores intelectuales de la Generación Dorada, anunció que dejará de entrenar

Magnano, en la cúspide: el triunfo en los Juegos Olímpicos de Atenas con la Generación Dorada
Magnano, en la cúspide: el triunfo en los Juegos Olímpicos de Atenas con la Generación Dorada

Resulta todo un impacto. A los 69 años, entendió que era el momento de correrse de la escena, pero su figura es indeleble, porque la gloria olímpica en Atenas será eterna y su impronta como uno de los autores intelectuales de la Generación Dorada del básquetbol lo ubica en un lugar único. Rubén Magnano, el cordobés de trato duro y exigente, un maestro de maestros, le puso punto final a su aventura fantástica como entrenador: “ No dirijo más. Estoy en un momento en el que no pretendo tener distracciones que me saquen el valioso tiempo que hoy tengo para mi familia. Por eso cuelgo los botines ”, afirmó en una entrevista con Super Deportivo Raio, en la Televisión Cooperativa.

Supo domar la furia y los egos de Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Fabricio Oberto, Andrés Nocioni, Juan Ignacio Sánchez, Alejandro Montecchia, Rubén Wolkowyski. Dejó su huella en la Liga Nacional, en la Liga de Italia, en la ACB de España. aceptó los desafíos de las selecciones de Uruguay y de Brasil, siempre intenso, siempre directo, de palabras justas y sin corrección política.

Justo 20 años después de la medalla dorada en Atenas, cuando el mundo se puso de rodilla ante él y la Generación Dorada, Magnano fue contundente: “Ni me puse a pensar qué cosas serían seductoras hoy para que volviera a dirigir. No me tomo el tiempo a pensar en eso. Aparte, porque estoy en una etapa de mi vida, que no pretendo tener distracciones que me saquen el valioso tiempo que hoy tengo para mí y familia. No es negociable ese tiempo, porque se que si vuelvo a dirigir, voy a tener que sacar ese tiempo que hoy considero valioso. Esos los motivos de esa decisión, pero me retroalimento con cosas de básquet”, dijo el DT.

En una charla íntima, Magnano, fiel a su estilo, dejó palabras que permiten comprender de qué se trató semejante figura deportiva: “¡ Qué me recuerden como lo hacen hoy! Estoy viviendo de manera, sencilla normal. De manera muy humana. Estoy viviendo un momento de gratitud muy grande. Ese reconocimiento me fortalece. Que me recuerden como una persona que ha tomado como bastión algo que en esta sociedad no se está tomando con la seriedad que tendría que ser. Que me recuerden por haber llevado a algún lugar por el trabajo. Que me recuerden trabajando ”.

Su recorrido fue extenso y trató con jugadores de elite. Todos lo respetaron como un auténtico educador, como un cultor de la concepto de equipo. Siempre intentó dejar una marca y buscó nutrirse de los deportistas que lo rodearon, pero Magnano fue muy claro en el repaso de los años de trabajo qué jugador representó mejor su forma de entender el deporte y como conductor: “Tengo que hacer una división que es la convivencia. Hay jugadores que me han tocado vivir un largo período de tiempo. Si es por permanencia y dilatada en el tiempo Marcelo Milanesio me representó como entrenador. Me representó como entrenador”.

“Por como soy, no hubiera encajado en la NBA como entrenador
“Por como soy, no hubiera encajado en la NBA como entrenador", reconoció Magnano - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Sin rodeos y con la claridad de siempre, Magnano explicó que su carrera como entrenador estuvo siempre ligada a lugares en los que él entendió que podía desarrollar sus ideas y que como conductor podía aportar algo. Entonces, cuando lo consultaron acerca de por qué nunca intentó acceder a la NBA, explicó: “Por como soy, no hubiera encajado en la NBA como entrenador. No me veo en la NBA. No lo ví como un atractivo dirigir la NBA, pero también debo aclarar que nunca tuve la posibilidad de hacerlo. Ni siquiera ser el 5to asistente del entrenador principal. No veo NBA, no es de mi paladar. Veo las definiciones, los play off, pero no es que me ocupo. Es más, si me pongo a ver un partido, no lo termino de ver”.

Rubén Magnano nunca ocultó su temperamento, no escondió su dureza a la hora de conducir, incluso, en una charla con LA NACION, reconoció que tal vez eso lo alejó de volver a tener una chance de dirigir a la selección argentina, después de la gesta de Atenas y de ser el líder del subcampeonato del Mundial de Indianápolis 2002. “Ni siquiera sonó el teléfono para preguntarme si quería volver. En 2015, cuando se cambió el entrenador full time por el part time, ni siquiera estuve entre los tres nombres postulados. No tengo idea por qué me despreciaron. A la vista están los hechos y las actitudes que marcan los comportamientos de las personas”.

Tras la noticia, Julio Lamas, quien fuera su asistente en la selección nacional se manifestó en las redes sociales: “ Todos de pie. Se retira Rubén Magnano. Nos llevó a la gloria en Atenas 2004 y a ganarle al Dream Team. Siempre creía que se podía ganar el próximo partido y los preparaba al detalle como nadie. Una persona fundamental en la historia de nuestro básquet. Gracias, Rubén ”.

En Atenas en 1990 inició el camino, obtuvo 9 títulos, incluyendo logros internacionales como la Liga Sudamericana de Clubes, el Panamericano y el Sudamericano. Dejó su huella en Luz y Fuerza de Posadas en la temporada 1994/95. Con la selección argentina, Magnano fue campeón del Sudamericano y el Panamericano con la categoría Sub-21 y con la mayor alcanzó la gloria en el Sudamericano y FIBA Américas (2001), obtuvo la medalla dorada en Atenas 2004 y la plateada en Indianápolis 2002. Se quedó con el recuerdo de las victorias sobre los Estados Unidos, que significó ser la primera selección en derrotar a un Dream Team, compuesto por 12 jugadores NBA. Fue nombrado como entrenador del año en la Liga Nacional 1999/2000, ganó el Premio Konex de platino como mejor director técnico de la década en la Argentina (2010) e ingresó al Salón de la Fama de la FIBA en 2021.

El final de la historia de Rubén Magnano como entrenador implica un legado imborrable. Sólo reverencias para el hombre que supo domar a todos su condujo a un grupo de “humildad inteligente” al firmamento del básquetbol argentino.