PUNTA DEL ESTE (Enviada especial).– “Fue duro; yo quería encontrarlo porque estuve ayer con la madre y le prometí que lo iba a buscar como sea. No quería que se fuera sin su hijo. Yo soy padre”, cuenta emocionado hasta las lágrimas Diego González, el guardavidas que este mediodía encontró el cuerpo del argentino Franco Toro. Acaba de culminar el rescate.

González tiene 50 años y es guardavidas de La Olla desde hace 31. “Hace días que estamos buscándolo. No solo yo, todos los compañeros. Justo ayer fue un día muy complicado. Hoy tenía un pálpito. Me fui hasta la boca de La Barra, empecé a hacer zetas. Y a la vuelta, a las dos horas de estar en el mar, veo algo blanco a lo lejos. Me acerco y era él”, detalló González, oriundo de Maldonado. Es el guardavidas con más años de experiencia de esta playa.

Algunos de sus amigos contaron a LA NACION la obstinación con la que González buscaba a Toro. “Nosotros le decíamos que dejara de buscarlo, pero él estaba convencido de que iba a aparecer acá. Rastrilló horas y horas, días y días. Hoy estaba él solo buscando con la moto de agua y lo vio a eso de las 12.30. Pidió ayuda, yo fui para asistirlo con la tabla porque trabajamos en colaboración”, contó Juan Malek, director de la escuela de surf de La Olla, luego de salir del agua con su tabla.

No es la primera vez que González participa en rescates de este tipo. “Hace 31 años que soy guardavidas. Tengo varias de estas desgraciadamente. Es una playa muy complicada porque las corrientes son muy variables”, contó.

Fue justamente por estar atentos a los cambios en las corrientes de la bahía que ayer González y sus compañeros comenzaron a calcular que el cuerpo podría estar frente a ellos, a pocos cientos de metros de donde el argentino Toro desapareció hace cuatro días. “A esta playa la conozco como mi mano, sabía que de esta playa no se había ido”, agregó.

“Nací para esto”

Ayer, en medio de una jornada de fuerte oleaje que le imposibilitó entrar al agua con la moto para buscarlo, como había hecho los dos días anteriores, González conoció a la madre de Toro, quien había viajado desde Bahía Blanca hasta Punta del Este tras enterarse de la desaparición de su hijo. “Fue bravo. No tengo idea lo que debe ser perder un hijo, debe ser un dolor espantoso. No quería que se vuelva sin él. Le dije a la madre: ‘El hizo algo que no todo el mundo hace, que es tirarse a salvar una vida, y se tienen que sentir orgullosos –afirmó–. Él tenía el instinto de ayudar y perdió la vida”.

Al ser preguntado sobre las razones por las que buscaba a Toro con tanta insistencia, González respondió sin pensarlo: “Nací para esto, es lo que me gusta”. Dijo también que siente satisfacción por haberlo encontrado.

Según informaron después del mediodía voceros de la Prefectura de Maldonado, hasta que se concrete el reconocimiento del cuerpo no es posible confirmar que se trate de Franco Toro ciento por ciento, pero admitieron que es la única persona desaparecida en el mar de la que se tenga registro.

Alrededor de las 13.30, bajo la atenta mirada de los turistas que copaban la playa, un barco de la Prefectura logró subir el cuerpo entre el fuerte oleaje, con la ayuda de un grupo de guardavidas de la bahía.

Los voceros consultados afirmaron que los próximos pasos a seguir son, primero, la entrega del cuerpo a la fiscalía para que el Instituto Técnico Forense haga su trabajo. “En caso que sea él, se llamaría a los familiares para hacer el reconocimiento final y la entrega del mismo”, sumaron.

Toro, de 30 años y oriundo de Bahía Blanca, había desaparecido a primera hora del miércoles en el mar en la playa Los Dedos, tras ingresar a ayudar a una amiga que no podía salir por sus propios medios. Había llegado a Punta del Este para trabajar por la temporada de verano en un local gastronómico.

En la mañana del 1° de enero, cerca de las 7, se encontraba en esa playa con un grupo de amigos, luego de compartir los festejos de Año Nuevo. Dos de sus amigas, informaron desde la Prefectura de Maldonado, ingresaron al mar donde, por la presencia de piedras y de corrientes de retorno, está prohibido bañarse.

Una de ellas logró salir por sus propios medios, pero la otra no, por lo que dos jóvenes –uno de ellos fue Toro– entraron al mar para intentar ayudarla.

Desde entonces, el bahiense era buscado mediante un operativo del que participaron embarcaciones, guardavidas y buzos.