El presidente de Kenia quiere construir una carretera en un bosque. Los científicos la rechazan

El presidente keniano William Ruto acude a las exequias del maratonista Kelvin Kiptum antes de su entierro, el viernes 23 de febrero de 2024, en Elgeyo Marakwet, Kenia. (AP Foto/Brian Inganga)

MONTES ABERDARE, Kenia (AP) — En una densa capa de verde a varios miles de metros por encima del nivel del mar, árboles de cedro, palo amarillo real y eugenia decoran el paisaje, con heno espeso colgando de sus ramas y líquenes adosados a sus cortezas. Varios riachuelos y ríos fluyen entre ellos, desplomándose desde lo alto de empinadas cascadas. Búfalos, antílopes y monos deambulan en busca de pastizales.

Estos son los montes Aberdare, un bosque y cordillera en el centro de Kenia que representa una de las principales fuentes de agua del país y es un hábitat crucial para la fauna.

Pero podría no permanecer en el estado en el que está.

El gobierno keniano desea construir una carretera de asfalto de 51 kilómetros (32 millas) de longitud con el fin de conectar a dos condados a través de lo que se ha sugerido que la UNESCO declare Patrimonio de la Humanidad, y recientemente la agencia ambiental del país, la Autoridad Nacional de Manejo Ambiental (NEMA, por sus siglas en inglés), emitió una licencia de evaluación de impacto ambiental para el proyecto. La carretera atravesaría 24 kilómetros (15 millas) de bosque denso y probablemente provocaría que el tránsito de vehículos llegue hasta los caminos para animales.

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Los residentes se muestran optimistas de que el proyecto pueda mejorar su vida. Pero científicos y ambientalistas temen que el ecosistema sufra un daño irreparable. Especies de árboles que se encuentran amenazadas podrían ser taladas, los animales podrían ser atropellados por vehículos, la carretera pasaría a través de páramos —áreas frágiles para la captación de agua—, y especies invasoras y contaminantes podrían ingresar al parque en los automóviles.

Los que están a favor del proyecto, incluido el presidente keniano William Ruto, dicen que conlleva beneficios económicos, y argumentan que, al vincular directamente los condados agrícolas de Nyeri y Nyandarua, el camino ayudaría al incremento en el comercio y por ende elevaría los medios de subsistencia. La mayoría de los kenianos viven con sólo unos dólares al día, y en las áreas rurales y agrícolas que las carreteras vincularán, el proyecto propuesto tiene simpatizantes.

Para transportar productos agrícolas y otros bienes desde la ciudad de Nyeri en el condado Nyeria a la localidad de Ndunyu Njeru en el condado Nyandarua y de regreso, Francis Kibue, un conductor de camiones que vive en Nyeri, rodea los montes Aberdare valiéndose de una carretera asfaltada, y cubre una distancia de 190 kilómetros (118 millas). Pero la nueva carretera a través del bosque y parque nacional reduciría el trayecto a 64 kilómetros (40 millas).

“Si usas la nueva carretera, incluso puedes hacer dos viajes. Porque vas, llegas, regresas, recoges más bienes, y vas de nuevo para allá”, señaló.

La carretera asfaltada propuesta, de nombre Carretera Ihithe–Ndunyu Njeru, mejoraría un agotador camino de tierra que suele ser utilizado por las personas que visitan el bosque y el parque, pero rara vez por el público en general.

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En Ndunyu Njeru, un pequeño poblado agrícola lleno de construcciones de una sola planta, la jefa Grace Ngige dice que no tiene “objeción a la carretera. Es desarrollo”. Proporcionó una serie de razones: un mayor comercio entre Nyeri y Nyandarua, mejor acceso de los agricultores al mercado de Nyeri, menos distancia a recorrer por los alumnos que estudian en Nyeri, y más turistas para Nyandarua provenientes del este.

En las dos localidades, los operadores de matatus —minibuses que transportan personas— están emocionados por las perspectivas que proporcionará la carretera: dicen que abrirá nuevas rutas en ambos extremos, trayendo consigo más negocios.

“Estamos muy contentos, y les agradecemos a los gobernantes del país por unirse y decidir abrir esta carretera”, dijo Patrick Maina, operador de un matatu, en Ndunyu Njeru.

Ruto ha dado su firme impulso para que se inicie la construcción. Desde que asumió la presidencia en 2022, en distintas ocasiones ha denunciado la oposición al plan de construirla, insistiendo en que el proyecto proceda antes de que reciba la autorización ambiental por parte de la NEMA y a pesar de las objeciones de los ambientalistas.

“¿Quieren que construyamos esta carretera o que aguardemos hasta que la judicatura nos diga que lo hagamos?”, preguntó en un evento reciente, antes de darle instrucciones a un funcionario del ministerio de caminos de que asigne fondos para su construcción.

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Ambientalistas y analistas políticos dicen que eso equivale a interferencia política y podría haber afectado la independencia de la NEMA en la toma de decisiones.

En respuesta a preguntas escritas, Alí Mohamed, enviado especial de Kenia para el clima, dijo que el mandatario está “comprometido con la sustentabilidad y le da prioridad a asuntos de acción climática y conservación ambiental”.

La construcción propuesta también atrae la atención nacional sobre la tendencia reciente de Ruto de desafiar y criticar a las cortes y otros organismos independientes que toman decisiones en contra de los planes de su gobierno. En repetidas ocasiones ha amenazado con retirar a jueces que acusa de frustrar sus proyectos.

“Es simple intimidación”, dijo Herman Manyara, analista político que vive en Nairobi. “Una vez que tienes instituciones establecidas para asegurar que las normas sean acatadas, esas instituciones deben ser respetadas”.

La licencia, emitida por la NEMA desde que Ruto efectuó sus comentarios, le ha dado a los ambientalistas causa de preocupación. Es válida por dos meses, “tiempo dentro del cual el proyecto debe comenzar”, señala.

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La NEMA dice que el ancho de la carretera debería ser reducido de 40 metros (131 pies) a 25 metros (82 pies). Pero los ambientalistas dicen que cualquier mejora al camino existente para hacer que quede abierto a todo el tránsito sería perjudicial. De acuerdo con la licencia, 75 hectáreas (185 acres) de bambú, 14 hectáreas (35 acres) de bosque montañoso y 14 hectáreas (35 acres) de páramos serían destruidos en la construcción.

Desde hace tiempo, los ambientalistas han pedido que la Autoridad Nacional de Carreteras de Kenia —que por primera vez propuso construir la carretera en 2009— halle rutas alternas a través y alrededor de los montes Aberdare que tengan un impacto ambiental mínimo. Algunos han establecido peticiones en línea.

Al ser uno de los cinco grandes depósitos de agua de Kenia —sitios que absorben y almacenan agua en forma natural y luego la dejan escapar a ríos y lagos—, los montes Aberdare proporcionan la mayor parte del agua que se utiliza en la capital, Nairobi, y también suministran agua a las hidroeléctricas de Seven Forks, cruciales generadores de la energía del país.

La carretera podría atraer asentamientos humanos y, con el tiempo, incendios y pastoreo suprimirían el crecimiento de la vegetación que le permite a los montes Aberdare captar la lluvia, dijo Simon Onywere, profesor adjunto de planeación y manejo ambiental en la Universidad Kenyatta. Llevaría décadas revertir los posibles daños, advirtió.

“El agua es todo. Si dependemos del agua, no debemos añadir algo que reduzca nuestra capacidad para usarla”, señaló.

La reserva boscosa también tiene árboles endémicos como el sicómoro y el ciruelo africano, y especies amenazadas como el parasol chino, el pino de Monterrey y el ciruelo africano. Tiene algunos de los menos de 100 bongos —un antílope de montaña en grave peligro de extinción— que quedan en el mundo, junto con rinocerontes, elefantes, búfalos, leones, leopardos y otras especies.

El Parque Nacional Aberdare de 766 kilómetros cuadrados (296 millas cuadradas) de extensión también atrae a miles de residentes locales y extranjeros que pagan cuotas para ver a los animales. El turismo es una gran fuente de ingresos para el país, con cientos de miles de personas empleadas en el sector.

“Este es el camino que muchas de las personas que vienen a ver la fauna tomarán”, dijo Isabelle Aron, una turista que visitaba el parque. “El convertir eso en algo comercial va a afectar las razones por las que la gente viene a los Aberdare”.

Las áreas de páramos a través de las cuales pasaría la carretera tienen amplias poblaciones de elefantes que “cruzan casi por todas partes”, dijo Christian Lambrechts, director ejecutivo de Rhino Ark, un fideicomiso de conservación, y añadió que el nuevo camino destruiría sus hábitats y les provocaría molestias durante y después de la construcción, poniendo en riesgo tanto a los animales como a los usuarios de la carretera".

Los ambientalistas están exhortando a que el desarrollo no llegue a expensas del medio ambiente.

“La desvinculación entre el hombre y el medio ambiente”, dijo Onywere, “está en que él no es capaz de ver lo que el medio ambiente está haciendo para él”.

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El periodista de The Associated Press Brian Inganga contribuyó a este despacho.

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La cobertura climática y ambiental de The Associated Press recibe apoyo financiero de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido.