Petro nombra gestores de paz a temidos exjefes paramilitares en Colombia
BOGOTÁ (AP) — El presidente colombiano, Gustavo Petro, nombró “gestores de paz” a los principales exjefes paramilitares que dejaron las armas hace dos décadas; esta es una figura que no les da beneficios judiciales, pero permite que ayuden en acercamientos con actores armados ilegales.
En un decreto divulgado el martes, el presidente autoriza a 18 exjefes paramilitares para actuar como gestores de paz dentro de su política de “paz total”, con la que adelanta diálogos simultáneos con grupos armados ilegales en el país.
En la lista figuran quienes fueron los principales cabecillas paramilitares, autores de miles de delitos —la mayoría por línea de mando—, algunos de ellos incluso extraditados a Estados Unidos y condenados por delitos de narcotráfico.
La designación como gestores de paz será de seis meses y sus actividades serán desarrolladas en las “condiciones excepcionales”, donde defina la oficina de paz del gobierno, sin que se modifique su "situación jurídica, ni las medidas de aseguramiento vigentes, o su régimen de libertad, ni conlleva beneficios judiciales”, indica el decreto.
El documento no da más detalles sobre cuáles serían sus tareas específicas, sus atribuciones y su alcance, o si habría un presupuesto designado para que las cumplan.
Los nombramientos llegan un mes después de que Petro propuso reactivar la mesa de paz que se había abierto con los paramilitares a inicios de los 2000 al considerar que “el proceso no ha terminado", asegurando que falta reparación para las víctimas de la violencia.
Colombia lidia con estructuras armadas de herencia paramilitar, como el cártel Clan del Golfo, y también con disidencias de la antigua guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no se acogieron al proceso de paz firmado con el Estado en 2016.
Los nuevos gestores de paz se desmovilizaron de los grupos paramilitares entre 2003 y 2005, años en los que el Estado adelantó un proceso de paz con las Autodefensas Unidas Colombia, creadas para combatir a las guerrillas de izquierda. Luego se sometieron a una justicia especial para paramilitares denominada Justicia y Paz, por lo que sus sentencias se redujeron a un máximo de ocho años de prisión por desmovilizarse.
Entre los paramilitares desmovilizados está Hernán Giraldo Serna, conocido con los alias de “El señor de la Sierra” o “El Taladro”, nombre que le daban por abusar sexualmente de las niñas cuando era jefe paramilitar. En 2021 fue deportado a Colombia luego de purgar una pena por narcotráfico en Estados Unidos.
También figura Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”, quien además de paramilitar fue narcotraficante e hizo parte de los Perseguidos por Pablo Escobar, dedicados a atacar a traficantes asociados al capo narcotraficante Pablo Escobar, quien fue finalmente abatido por la policía en 1993. Murillo fue condenado por narcotráfico en Estados Unidos en 2009, donde continúa recluido.
El decreto señala que en el caso de quienes continúan en prisión se “solicitará a las autoridades penitenciarias y carcelarias brindar las medidas necesarias” para que cumplan con sus tareas de gestores de paz.
Petro abrió la puerta para que los exjefes paramilitares ayudaran en la búsqueda de la paz en Colombia con Salvatore Mancuso, otro de los exjefes paramilitares de la AUC, a quien nombró gestor de paz cuando aún se encontraba en Estados Unidos esperando su deportación a Colombia, tras cumplir una condena por narcotráfico.
El exparamilitar volvió a Colombia en febrero de este año, tras ser deportado de Estados Unidos, y meses después salió de una cárcel de Colombia para ejercer como gestor de paz.
La Comisión de la Verdad, entidad extrajudicial encargada de esclarecer los hechos ocurridos durante el conflicto en Colombia, concluyó que los paramilitares fueron responsables de más de 205.000 homicidios, 63.000 víctimas de desaparición forzada y 9.500 secuestros.