El peso de la guerra para las parejas de los reservistas israelíes

Un soldado israelí junto a un vehículo militar cerca de la frontera con la Franja de Gaza, el 29 de mayo de 2024 (JACK GUEZ)
Un soldado israelí junto a un vehículo militar cerca de la frontera con la Franja de Gaza, el 29 de mayo de 2024 (JACK GUEZ)

Desde el inicio de la guerra en Gaza, Sagit Bachner siente "un vacío" en su vida, "como si todo recayera" en ella. Su marido fue movilizado como reservista del ejército israelí y ella debe "ejercer de madre, padre, cuidadora, todo".

Tras el ataque de Hamás del 7 de octubre que desencadenó el conflicto, el gobierno "ha visto a las familias de los rehenes", "ha visto a los habitantes del sur y del norte" evacuados por la violencia en Gaza y en la frontera libanesa.

Pero "nadie nos ha prestado atención a nosotros, a las familias de los movilizados", dice esta emprendedora de 37 años nacida en Buenos Aires, residente en el kibutz Givat Brenner, a una veintena de kilómetros de Tel Aviv.

Al principio del conflicto llovieron las donaciones de particulares para los reservistas, un pilar del ejército junto a los reclutas y los soldados activos, pero estas han ido menguando.

Ahora, Bachner debe ocuparse sola de sus tres hijos, sus preocupaciones y unas finanzas precarias.

Decidió parar temporalmente la actividad de su empresa de juegos de mesa para poder cuidar a sus hijos y, especialmente, apaciguar el enfado de su niño de siete años contra la guerra que se ha llevado a su padre de casa.

El niño finalmente lo entendió. "Papá (en el frente) no se ocupa solo de nosotros, sino de todo el mundo", se lee en un dibujo pintado por él que está colgado de la nevera.

La guerra estalló después del ataque de Hamás contra el sur de Israel, en el que murieron 1.194 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP en base a datos israelíes.

Los combatientes islamistas también secuestraron a 251 personas, de las que 120 siguen en Gaza. El ejército estima que 41 de ellas están muertas.

La acción de Hamás desencadenó una ofensiva militar israelí contra la Franja de Gaza que ha costado la vida a más de 36.500 palestinos, en su mayoría civiles, según los datos del Ministerio de Salud de este enclave controlado por el movimiento islamista.

- Un "parche" -

Según el ejército israelí, 294 de sus soldados murieron en Gaza desde que empezó la ofensiva terrestre, el 27 de octubre.

En Israel, los ciudadanos que hayan hecho el servicio militar (esto es, la gran mayoría de la población judía adulta) tienen la obligación de ser reservistas hasta los 40 años. Debido a la guerra, esa edad límite se subió a los 41 años de forma temporal.

En diciembre, Bachner se unió al Foro de Esposas de Reservistas, creado para facilitar asistencia en cuestiones de derechos laborales y para presionar al Estado para que les apoye más.

Shvut Raanan, una abogada de 31 años, también es miembro. Según ella, el impacto de la movilización puede medirse observando el "estado mental" de las cerca de "100.000 familias" de reservistas llamados al frente, sus parejas y su capacidad de trabajar y también viendo a sus hijos, algunos de los cuales "empezaron a mojar la cama de nuevo, [...] preocupados por su padre".

Según un sondeo divulgado a finales de mayo por ese foro, alrededor de un tercio de los cónyuges preguntados afirmaron haber tenido problemas laborales desde que empezó el conflicto. Entre los reservistas y los cónyuges encuestados, el 6% dijeron que los habían despedido y el 19%, que les obligaron a trabajar sin cobrar.

En enero, el gobierno destinó un paquete equivalente a 2.470 millones de dólares para los reservistas, un "parche", según Bachner, habida cuenta de un "combate tan intenso y tan largo".

- "Mantenernos fuertes" -

También se prolongó el periodo de protección de los reservistas contra el despido y, a finales de mayo, se aprobó una ley para impedir que sus cónyuges puedan ser cesados o que sus condiciones de trabajo empeoren.

"Tenemos que mantenernos fuertes por nuestros hijos" y "cuidar de nuestros esposos, que regresan al cabo de largos meses en el campo de batalla, cambiados, traumatizados por lo que vieron" y que, encima, "son convocados de nuevo", comenta Avital Horev, una especialista en comunicación que tuvo que interrumpir su búsqueda de empleo.

En su opinión, la situación actual "lleva a plantearse nuestra capacidad de continuar", pues "no hay ningún horizonte" visible, con los combates arreciando de nuevo en zonas de la Franja supuestamente conquistadas por Israel y enfrentamientos frecuentes con Hezbolá en la frontera norte.

Un cúmulo de factores que conducen a pensar que la movilización será larga.

Pero "no sería razonable suponer que los reservistas estarán a disposición del [ejército] indefinidamente y a pleno rendimiento", advirtió en enero Ariel Heimann, investigador en el Instituto para los Estudios de Seguridad Nacional (INSS) de Tel Aviv.

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