El peregrinaje del hach finaliza con un pico de calor mortal en Arabia Saudita

Arabia Saudita advirtió el lunes contra las temperaturas extremas en La Meca, donde más de una docena de muertes relacionadas con el calor se han confirmado en la gran peregrinación musulmana, uno de los mayores encuentros religiosos del mundo.

Más de 2.700 casos de "agotamiento debido al calor" se registraron solo el domingo, dijo el ministerio de Salud al final de la gran peregrinación.

El lunes las temperaturas alcanzaron los 51,8º C en La Meca, la primera ciudad santa del Islam situada en el oeste del país, donde los peregrinos estaban terminando el hach.

Algunos daban la vuelta a la Kabaa, construcción cúbica en el centro de la Gran Mezquita, mientras que otros realizaban en el valle cercano a Mina el ritual de lapidación de Satanás, delante de estelas que simbolizaban al diablo y sobre las cuales arrojan piedras.

El ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania declaró el domingo que 14 peregrinos jordanos habían muerto "tras sufrir una insolación debido a la ola de calor extremo", y que otros 17 estaban "desaparecidos".

Teherán informó de la muerte de cinco peregrinos iraníes, sin especificar la causa, y Dakar precisó que tres peregrinos senegaleses también habían fallecido.

Por su parte, un funcionario del ministerio de salud de Indonesia, actualmente en Arabia Saudita, dijo que 136 peregrinos indonesios habían muerto durante el hach, incluyendo al menos tres de insolación.

- Un día muy difícil -

"La prevención es importante y los peregrinos no deben salir en las horas más calurosas, a menos que sea necesario, o llevar parasoles", señaló el ministerio de Salud de Arabia Saudita en un comunicado citado por El Ekhbariya.

Este año el hach atrajo alrededor de 1,8 millones de peregrinos, incluyendo 1,6 millones del extranjero, según las autoridades saudíes.

El lunes, en Mina, los peregrinos se rociaban la cabeza con agua mientras las autoridades distribuían bebidas frescas y helados que se derretían rápidamente.

Azza Hamid Brahim, una egipcia de 61 años, afirmó haber visto cuerpos inmóviles a un lado del camino cuando se dirigía y regresaba de las estelas que representaban a Satanás.

"Parecía el Juicio Final, el fin del mundo. Fue un día muy difícil", subrayó.

El hach es uno de los cinco pilares del Islam y los musulmanes que pueden hacerlo deben hacerlo al menos una vez en su vida. Es una fuente de prestigio y legitimidad para Arabia Saudita, cuyo rey lleva el título de "Guardián de las dos santas mezquitas" de La Meca y Medina.

El príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, dirigente de facto del reino, declaró el domingo que su país tiene el deber de "hacer todo lo posible para ayudar a los fieles a realizar su culto con toda seguridad".

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