Ni el país más seguro de Latinoamérica se libra de la violencia que hunde a la región

Es uno de los pocos países del mundo que no tiene ejército. También es el más pacífico de la región (el 38 de todo el planeta) y suele quedar en posiciones altas como una de las naciones más felices del mundo (puesto 23 en 2023). Hablamos de Costa Rica, tradicionalmente un símbolo de seguridad y paz en América Latina. Ahora está empezando a sufrir la violencia que desde hace años asola a esta zona del mundo.

Los datos son contundentes al respecto. La nación tica vive una ola de homicidios nunca antes vista en este país de poco más de 5 millones de habitantes, que además es un gran destino turístico.

Policías patrullando las calles de Costa Rica. (REUTERS/Mayela Lopez)
Policías patrullando las calles de Costa Rica. (REUTERS/Mayela Lopez)

2023 ya se ha convertido en el año más mortífero en la historia de Costa Rica y el número de muertes violentas ya supera todos los registros anteriores. Y eso que todavía quedan más de tres meses para darle la bienvenida al 2024, lo que muestra que la situación actual es particularmente delicada.

En el 2022, este país de América Central acumuló 654 muertes violentas, una cifra que, por entonces, fue bastante alta. Pero este año se han batido los récords, alcanzándose ya el 22 de septiembre los 655 homicidios (un aumento superior al 46%). Las estimaciones de lo que queda tampoco son nada positivas porque el Gobierno espera que se llegue a 900.

Tal y como cuenta France 24, las autoridades han denunciado torturas y asesinatos entre bandas, muy similares a los cometidos por los cárteles mexicanos.

Pero, ¿qué está ocurriendo en Costa Rica que ha pasado de ser un remanso de paz y tranquilidad a un lugar en el que se producen asesinatos con frecuencia? Aunque son varios los motivos, hay uno que sobresale por encima de todos: el país se ha contagiado de la ola de crímenes violentos que asola a toda la región.

La influencia de las bandas criminales

Costa Rica posee una ubicación estratégica en el tráfico de drogas, ya que se encuentra en la ruta entre Colombia, como país productor, y Estados Unidos y Europa, como principales consumidores. De esta manera, prácticamente dos tercios de los homicidios que se han producido en este 2023 se atribuyen a bandas criminales que luchan por el control de las operaciones en el país.

Policías de Costa Rica transportan un alijo incautado. (REUTERS/Juan Carlos Ulate)
Policías de Costa Rica transportan un alijo incautado. (REUTERS/Juan Carlos Ulate)

Algo muy preocupante, teniendo en cuenta que el turismo representa para los costarricenses más del 8% del Producto Interior Bruto y genera más del 15% de los empleos. Es un destino especialmente apreciado por los europeos por la seguridad que presenta en comparación con otros lugares de la región.

Pero si las tasas de violencia siguen aumentando de esta forma, puede resentirse de una manera importante el turismo y los ingresos que se derivan de él. De momento, un estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, una institución estatal, ya señala que los costarricenses creen que la inseguridad y la delincuencia son el principal problema del país en la actualidad.

Ante esta emergencia nacional, las autoridades ya han anunciado algunas medidas, como el aumento de recursos para las fuerzas de seguridad o una mayor presencia policial en las calles. Mientras tanto, se estudian más proyectos para intentar frenar esta ola de violencia, que una vez que empieza, es muy difícil de parar, tal y como han mostrado otros países del entorno.

Costa Rica se enfrenta a uno de sus grandes desafíos de los últimos años. Solo el tiempo dirá si es capaz de mantener bajo control la violencia o si es una víctima más de una realidad que está destrozando el futuro de toda la región.

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