La oposición armenia amenaza a Pashinián con una campaña de desobediencia civil

Ereván, 10 may (EFE).- La oposición armenia lanzó hoy una campaña de desobediencia civil con el fin de lograr la dimisión del primer ministro, Nikol Pashinián, al que acusan de realizar concesiones territoriales a Azerbaiyán.

"Esto tiene que terminar. Cada vez cedemos más y más. Estamos en el mismo escenario que cuando perdimos Artsaj (Nagorno Karabaj)" en septiembre pasado, comentó a EFE Ani, una mujer de 40 años.

Huelga y cierre de carreteras

Columnas de opositores comenzaron el día bloqueando varias calles de la capital armenia, acciones que fueron reprimidas por la policía, que había advertido de que utilizaría todos los instrumentos legales en su poder para impedir alteraciones del orden público.

La policía detuvo en Ereván a ocho personas, una de ellas bajo sospecha de llevar un arma blanca, y a cuatro más en otras regiones del país.

Los activistas, que se oponen al acuerdo de delimitación de la frontera alcanzado a mediados de abril con Azerbaiyán, sí lograron bloquear la carretera que lleva a la frontera con Irán, a la altura de la región de Siunik, según informan los medios locales.

La oposición también animó a sus partidarios a convocar huelgas en sus puestos de trabajo, pero se desconoce si esos llamamientos tuvieron éxito.

Los universitarios se suman a las protestas

El líder del movimiento de protesta, Bagrat Galstanián, arzobispo de la región de Tavush, lideró esta mañana una marcha de cientos de personas hacia las universidades para "despertar a los estudiantes".

El comité de estudiantes de la Universidad Estatal de Ereván informó de que al menos en esa institución las clases habían sido suspendidas y que los universitarios se habían sumado a la huelga y a las protestas antigubernamentales.

"No deseo que regalen mi patria a pedazos a los turcos. Yo los considero mis enemigos. Deseo vivir bajo la tricolor armenia, no bajo la media luna", comentó a EFE Anna, una estudiante de 21 años.

Otra de los participantes tenía motivos personales para demandar la renuncia de Pashinián, ya que es oriunda del Karabaj, territorio abandonado el pasado año por más de 100.000 armenios tras una exitosa operación militar azerbaiyana.

"El Gobierno actual regaló mi patria. No quiero que el destino del resto del territorio armenio sea el mismo. Por eso participo, porque quiero regresar a Artsaj", señaló.

El arzobispo no quiere ser primer ministro

Por la tarde, Galstanián volvió a dirigirse a los miles de personas congregados en la plaza de la República, donde el jueves pidió la dimisión del primer ministro.

Vestido de blanco y con una cruz en el pecho como la víspera, el religioso anunció que tres partidos opositores están dispuestos a iniciar en el Parlamento el proceso de impugnación contra Pashinián.

"Tres fracciones parlamentarias. Esa es la vía legal a través de la que se puede lograr un voto de censura", proclamó.

Eso sí, rechazó el ofrecimiento para encabezar el nuevo Gobierno, aduciendo que "no tiene ni el deseo ni la ambición" política para ello.

"Yo creo en la voluntad de Dios. Creo en ese camino. Así fue toda mi vida", señaló Galstanián.

Al respecto, Artavazd, un pensionista de 75 años, expresó su fe en que el arzobispo pueda unir al pueblo armenio y pronosticó que si logra demostrar que no tiene vínculos con ningún dirigente político, "estoy seguro de que aquí habrá un millón de personas".

El domingo, la oposición ha convocado un nuevo mitin en la plaza, donde se encuentra el edificio del Gobierno, que estaba hoy protegido por numerosos efectivos policiales.

Precisamente, los ministros de Exteriores armenio y azerbaiyano celebraron el viernes consultas en la ciudad kazaja de Almaty para la firma de un tratado de paz, conversaciones que continuarán el sábado.

En una demostración de que la paz aún está lejos, el líder azerbaiyano, Ilham Aliyev, advirtió hoy de que si Francia y otros países como Grecia e India siguen armando a Armenia, Bakú adoptará represalias, en clara alusión a una nueva campaña militar.

Beatriz Arslanián

(c) Agencia EFE