Los niveles de plástico en un lago suizo-francés son tan altos como los de los océanos del mundo

FOUNEX, 25 ago (Reuters) - El lago Lemán, enclavado al pie de los Alpes, ha sido considerado durante mucho tiempo una masa de agua casi virgen, pero una nueva investigación ha descubierto que sus niveles de contaminación por plásticos son tan altos como los de los océanos.

Oceaneye, una organización sin ánimo de lucro con sede en Ginebra que lleva más de una década recorriendo los mares para recoger fragmentos de plástico, ha centrado su atención más cerca de casa, en la Suiza sin salida al mar.

"Comparamos los niveles con los datos oceánicos y llegamos a la conclusión de que la contaminación por microplásticos en la superficie de los lagos es del mismo orden de magnitud que en los océanos", declaró Pascal Hagmann, fundador y director de Oceaneye.

Hablaba desde la popa de un velero que arrastraba un dispositivo de recogida de muestras por el lago más grande de Suiza.

"Nos pareció interesante porque a menudo tenemos la imagen del lago Leman como un gran lago alpino de aguas cristalinas, pero en realidad no es así", dijo.

Este lago en forma de media luna es el mayor de Europa occidental, con 580 kilómetros cuadrados que comparten entre Francia y Suiza, y se alimenta en parte de los glaciares alpinos. Desemboca en el río Ródano, que a su vez acaba en el Mediterráneo.

Los cantones limítrofes de Suiza tratan el agua y la envían a los hogares como agua potable. Una de las ciudades ribereñas del lago, Evian, en la parte francesa, es también el nombre que recibe una marca de agua embotellada procedente de un manantial natural.

Los microplásticos proceden de la descomposición de diversos residuos plásticos industriales y de consumo a lo largo del tiempo, y sus concentraciones se acumulan en los océanos del mundo. Se han encontrado incluso en muestras de sangre de bebés nonatos y los científicos intentan comprender los riesgos que este fenómeno entraña para la salud de personas y animales.

Hagmann se mostró preocupado por el hecho de que el aumento del consumo de plástico a lo largo del tiempo provoque que más basura acabe en los sistemas acuáticos. "Estamos viendo que la curva de crecimiento aumenta muy rápidamente. Las previsiones son pesimistas si no hacemos nada", dijo, aunque reconoció que al menos la concienciación sobre el problema iba en aumento. "Cuando empezamos a trabajar en esto hace 12 años y hablábamos de fragmentos de plástico en el agua, la gente nos tomaba por chiflados y ahora es un problema reconocido".

(Información de Denis Balibouse y Cecile Mantovani; redacción e información adicional de Emma Farge; editado por Sharon Singleton; editado en español por Javi West Larrañaga)