Netanyahu ajusta su vínculo con EE.UU. en plena pulseada por la operación militar en el sur de Gaza
WASHINGTON.– La Casa Blanca informó que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, decidió finalmente enviar una delegación de funcionarios a Washington para discutir alternativas a una operación militar en Rafah, la ciudad en el sur de la Franja de Gaza que se convirtió en el último refugio de millones de palestinos, en un nuevo giro del líder israelí, quien días atrás había suspendido esa misión, molesto porque el gobierno del presidente Joe Biden dejó que se aprobara un llamado al “alto al fuego” en las Naciones Unidas.
“La oficina del primer ministro acordó reprogramar la reunión, por lo que ahora estamos trabajando con ellos para encontrar una fecha conveniente”, reveló la vocera presidencial, Karine Jean-Pierre, en su habitual conferencia de prensa en la Casa Blanca. “Estamos trabajando para fijar una fecha”, afirmó.
Netanyahu había cancelado una reunión prevista entre funcionarios israelíes y norteamericanos en Washington para hablar sobre Rafah luego de la aprobación de una resolución en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el lunes pasado, que llama a un “alto el fuego inmediato” en la Franja Gaza. El documento pasó gracias a la abstención de Estados Unidos, un desenlace que generó un nuevo cortocircuito en el vínculo de la Casa Blanca con el gobierno de Netanyahu, y llevó a la cancelación de la misión de funcionarios israelíes.
Poco después, John Kirby, asesor de Biden para Comunicaciones Estratégicas, dijo que estaban “muy decepcionados” y “bastante perplejos” con la decisión del premier.
La aprobación de la resolución, adoptada con 14 votos a favor y la abstención de Estados Unidos, se destrabó luego de que se cambió el lenguaje del texto al eliminar la palabra “permanente” y, en cambio, se optó por exigir un “alto el fuego inmediato para el mes de Ramadán”, que comenzó hace 15 días, que conduzca a una tregua duradera. Además, la declaración, que no es vinculante, pide “la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes”. Israel rechazó que el documento desligara la liberación de rehenes del alto al fuego.
Un funcionario israelí en Washington, citado en condición de anonimato por la agencia Reuters, confirmó que se estaba organizando una nueva reunión, y dijo que Netanyahu estaba considerando enviar su delegación tan pronto como la próxima semana. De concretarse, la reunión continuará con los encuentros que tuvo el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, en Washington esta semana.
“Acordaron venir y tener una discusión. Es importante”, dijo Jean-Pierre desde el podio de la Casa Blanca. “No podemos pasarlo por alto. No podemos pasar por alto el hecho de que hay un acuerdo para hablar sobre las operaciones de Rafah. Eso es lo que vamos a hacer. El ministro de Defensa de Israel estuvo aquí durante dos días. Durante dos días. Eso estuvo sobre la mesa, las operaciones de Rafah fueron sin duda uno de los temas de la agenda. Eso es importante. Así que se están llevando a cabo conversaciones. Vamos a establecer esta fecha en los próximos días para tener esta reunión sobre la operación en Rafah”, insistió.
Pero la resolución del Consejo de Seguridad marcó el contrapunto más fuerte que han tenido Israel y Estados Unidos desde el pasado 7 de octubre. Fue la primera vez que el principal cuerpo de las Naciones Unidas se pronunció sobre el nuevo conflicto en Medio Oriente desde el ataque terrorista de Hamas, que dejó 1200 víctimas, unos 250 rehenes en poder de Hamas, y llevó a Israel a desplegar una brutal ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado más de 32.000 víctimas civiles, desplazó a millones de palestinos y desató una crisis humanitaria.
La abstención del gobierno de Joe Biden en la votación en el Consejo de Seguridad desgarró la relación entre Washington y Tel Aviv, deteriorada ya desde hace tiempo por el impacto que ha tenido la ofensiva israelí sobre Gaza, tanto en Medio Oriente como en Estados Unidos, donde le ha costado respaldo político a Biden en el inicio de una nueva campaña presidencial. Incluso el propio Donald Trump, férreo aliado de Israel y de Netanyahu, mostró reparos con la operación militar desplegada por Israel.
El apoyo también ha comenzado a menguar entre los norteamericanos. Una mayoría del país, el 55%, dijo que desaprueba la ofensiva militar de Israel en Gaza, mientras que el 36% la aprueba, según el último sondeo de Gallup.
La encuesta muestra un creciente descontento en el país con la guerra en Gaza. En noviembre último, la misma encuesta de Gallup registró que el 50% de los norteamericanos aprobaba las acciones de Israel en Gaza, mientras que el 45% estaba en contra.
Pese al creciente rechazo a su ofensiva en Gaza, Netanyahu y su coalición se han mostrado decididos a avanzar sobre Rafah. El gobierno de Biden intentó disuadir a Netanyahu hasta ahora por todos los medios posibles, y tildó la idea de avanzar sobre esa ciudad como un “error” que provocará un “desastre”, al desestabilizar aún más la región, elevar la cifra de víctimas civiles, empeorar la crisis humanitaria, hundir a Gaza en la anarquía y dejar todavía más aislada a Israel.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo a Gallant que las víctimas civiles en Gaza son “demasiado altas” y que Israel necesita dejar entrar más ayuda para evitar la hambruna, reiterando un mensaje que la administración de Biden ha comenzado a replicar con más volumen.