Ministra de Ecuador acusa a vicepresidenta Abad de aprovecharse del principio de paridad
Quito, 6 sep (EFE).- La ministra de Inclusión Económica y Social de Ecuador, Zaida Rovira, acusó a la vicepresidenta y embajadora en Israel, Verónica Abad, de aprovecharse del principio de paridad de género en su denuncia por presunta violencia política de género contra el presidente Daniel Noboa, con la finalidad de “desestabilizar el Gobierno”.
“La denuncia presentada por la vicepresidenta no está fundamentada en lo que se tipifica como violencia política de género, sino que (se basa) en un análisis desnaturalizado del principio de paridad de género para pretender que a través de una resolución administrativa le otorguen iguales facultades que a la Presidencia”, aseguró Rovira en una entrevista con EFE, en Quito.
La titular de la cartera de Inclusión Económica y Social advirtió que la paridad de género exige que se “comparta el poder como un principio fundamental de la democracia que permite la igualdad en la toma de decisiones entre hombres y mujeres, pero no que el presidente y la vicepresidenta tengan las mismas facultades”, explicó.
“Una cosa es el principio de paridad de género y otra la violencia política de género, que en muchos casos pueden confluir”, pero no siempre tienen porqué hacerlo, agregó.
El pasado agosto, Abad denunció a Noboa, así como a otros miembros de su Gobierno, por presunta violencia política de género, una demanda cuya audiencia quedó aplazada después de que el Ejecutivo recusara al juez de la causa, Fernando Muñoz.
Antes de esta denuncia, la vicepresidenta acusó al presidente de liderar un presunto hostigamiento contra ella para forzarla a renunciar y evitar que deba delegarle a ella las funciones presidenciales durante la campaña electoral de los comicios de 2025, donde Noboa buscará ser elegido de nuevo jefe de Estado.
Al mismo tiempo, la administración de Noboa, a través de la asesora presidencial Diana Jácome, contrademandó a la vicepresidenta bajo la misma acusación de presunta violencia política de género.
La violencia política de género
Rovira comentó que para que se dé la violencia política de género deben confluir tres factores, de acuerdo con lo establecido en el Código de la Democracia (ley electoral del país). En este sentido, la que fuera Defensora del Pueblo explicó que, en primer lugar, se tiene que dar una “agresión cometida por una o varias personas contra una mujer por el hecho de serlo”.
En segundo lugar, anotó que esta agresión tiene que “reducir o eliminar las funciones” de la víctima, que, como agregó, puede ser una política, pero también una activista o defensora de derechos humanos.
Por último, aclaró que estos ataques tienen que acontecer “en el marco de las funciones” que ostenta dicha mujer. A este respecto, recordó que es la Presidencia quien asigna las funciones a la Vicepresidencia, y en este caso Noboa envió a Abad como embajadora en Israel con la misión de promover la paz.
Tras esta explicación, Rovira expresó que en la denuncia de Abad no se reúnen estas condiciones, por lo que enfatizó que “no existe ninguna violencia política de género aquí”.
Además, señaló que, en Ecuador, “si el presidente es hombre, le corresponde a una mujer ser vicepresidenta” y viceversa. Es por ello que dijo que la situación en la que se encuentra la vicepresidenta no es porque sea mujer.
No desvirtuar principio de paridad
La también abogada dijo hablar “como defensora de los derechos de las mujeres” y reconoció haber sufrido violencia política de género en diferentes ocasiones.
En 2021, la ministra fue nombrada Defensora del Pueblo subrogante (adjunta) tras las acusaciones de delitos sexuales contra el entonces defensor Freddy Carrión, quien salió de la cárcel el pasado mayo tras una condena de tres años.
Por aquel entonces, un juez tuvo que cesar a Carrión para que Rovira pudiera ejercer sus funciones a la cabeza de la Defensoría.
La titular del Ministerio de Inclusión Económica y Social mencionó, también, otros episodios, como cuando en varias audiencias, en vez de nombrarla por su cargo de defensora del Pueblo, la apelaban como “distinguida dama”.
Recordó así que, cuando aún no se había tipificado la violencia política de género, luchó para que las políticas ocuparan cargos de responsabilidad en alcaldías. En estos casos concluyó que sí se ejerció la violencia política de género por darse los tres factores ya expuestos.
Por último, la ministra llamó a cuidar el principio de paridad, así como el de la violencia política de género, para no desvirtuarlos, ya que son un “pilar fundamental de la democracia” del país, aseveró.
Ane Amondarain
(c) Agencia EFE