Mariana Rodríguez, la influencer a la que Samuel García 'cortó' un día porque hacía tutoriales de maquillaje

Samuel García y Mariana Rodríguez festejando el triunfo estatal en Nuevo León, en 2021. (REUTERS/Daniel Becerril)
Samuel García y Mariana Rodríguez festejando el triunfo estatal en Nuevo León, en 2021. (REUTERS/Daniel Becerril)

Samuel García ha conseguido la licencia que tanto soñaba para contender por la candidatura presidencial de Movimiento Ciudadano. Y emprenderá una gira por México, de precampaña, junto a Mariana Rodríguez, su esposa, y Mariel, su hija. El permiso del Congreso de Nuevo León le fue entregado del 2 de diciembre de este año al 2 de junio 2024. Durante ese tiempo, aunque todavía MC no define a su candidato, García recorrerá todo el país junto a su familia.

La estrategia puede entregar desde ya una conclusión: sabe que sus posibilidades reales de competir se sustentan en gran medida en el apoyo de Rodríguez. Ella fue clave para que su esposo ganara la gubernatura hace dos años. Las redes sociales, en donde es influencer, le dieron al vuelta a una elección en la que tenía todo en contra. En agosto de 2020, García contaba apenas con el 8% de intención de voto, según una encuesta de El Financiero. Diez meses más tarde, todo fue diferente: obtuvo un 36.7%.

Con apenas 33 años en ese momento, García era ya gobernador de Nuevo León —luego de haber sido diputado y senador, siempre muy estridente y mediático—. Pero en los meses previos, el factor diferencial fue la campaña de Rodríguez en redes sociales. Ahí se marcó el camino de la victoria. Mientras García no se cansaba de acumular errores, como un comentario machista que le hizo a su propia esposa en una transmisión de redes sociales —le dijo: "Me casé contigo pa' mí, no pa' que andes enseñando"—, Rodríguez remontó los números en las encuestas gracias a una intensa labor propagandística con el sello contemporáneo: memes, videos cortos, historias en Instagram, cercanía total con su aforo.

La estrella, más bien, fue Mariana Rodríguez y no Samuel García. De manera increíble, que no insólita porque ha pasado muchas veces antes, con Peña Nieto y Angélica Rivera como exponentes más recordados, la torpeza, natural o fingida, de García comenzó a verse con simpatía para muchas personas —o al menos con indulgencia—. Aunque en una entrevista de 2019 con Roberto Martínez consideró que un sueldo de 50 mil pesos era poco dinero, y de que su desconexión con el México real era y sigue siendo notoria, el impulso en redes pudo más. García ganó, pero el cerebro detrás de su victoria fue Mariana Rodríguez —también ayudó el desplome de Clara Luz Flores, candidata morenista vinculada a la secta NXIVM—.

La exposición en redes sociales no pasó por alto para nadie. Ni para el INE, que multó con 55 millones de pesos a García por las publicaciones que hizo su esposa en Instagram. Finalmente, la sanción fue revocada por el Tribunal Electoral: dijo que el INE no tomó en cuenta el factor de espontaneidad y el vínculo matrimonial existente entre ambos. Rodríguez dejó claro que era una experta en redes sociales, aunque también esa vocación le haya jugado en contra.

Pasó así cuando la pareja publicó fotografías de un bebé que habían tomado del DIF Estatal, supuestamente para adoptarlo por un fin de semana. La acción, ilegal, fue expuesta por ellos mismos, a más no poder, en redes sociales. La condena fue total pero no hubo ningún castigo. Igualmente Rodríguez fue captada en cámara el año pasado mientras callaba a un niño del DIF, porque ella estaba haciendo una videollamada y quería silencio. Pese a esas acciones, la popularidad de Rodríguez no ha menguado. Y ella ha dicho que no está fuera de sus planes competir por un cargo público en el futuro.

Las cosas pasan así. García llegó a terminar su relación con Rodríguez cuando eran novios porque no le gustaba que ella subiera videos de maquillaje a sus redes: “Samuel me corta cuando empecé con las redes sociales. (dijo) ‘Yo no estoy de acuerdo con lo que estás haciendo, maquillándote’ y ya sabes y dije: ‘sabes qué, yo no le estoy haciendo daño a nadie y me esta funcionado. Entonces bye", contó en plática con La Chávez. Ahora, gracias a la fama de Rodríguez, él puede perseguir ese nebuloso e incierto sueño de alcanzar la presidencia de la República.

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