El Manos de Piedra de la UFC acrecenta su leyenda con una paliza brutal que salva una noche pálida en Utah

Entre decisiones controversiales y actuaciones deslucidas, la UFC 307 se encaminaba al fracaso. Una vez más, sin embargo, Alex “Poatán’’ Pereira vino al rescate y les regaló a los miles de aficionados en Salt Lake City y a los cientos de miles que la vieron por streaming una noche para el recuerdo.

Quizá le costó descifrar a su oponente que en otras ocasiones, pero cuando lo hizo no tuvo piedad de Khalil Rountree, a quien venció por nocaut en el cuarto asalto para retener su faja de campeón en el peso semicompleto y continuar expandiendo su leyenda.

“Puedo decir que ha sido uno de los combates más duros’’, declaró Pereira tras su última victoria cuando fue entrevistado por Joe Rogan. “Me lo esperaba. Yo había visto videos de Khalil. Sabía que había ido a Tailandia a entrenar. Demostró esta noche por qué tiene tanta calidad aquí’’.

Durante dos asaltos pareció que Rountree estaba a punto de sorprender al mundo gracias a movimientos que nunca antes había mostrado y a una explosividad que le permitía tirar andanadas de golpes antes de retroceder en busca de refugio, lejos del poder de Poatán, que en lengua indígena significa “Manos de Piedra’’.

Sin duda alguna, los momentos más destacados de esos primeros dos asaltos correspondieron a Rountree, quien sorprendió al brasileño en el segundo con un gran derechazo después de que el campeón fallara una patada, pero el principio del final se advertía porque cuando el retador llegó a su esquina lo hizo respirado por la boca y algo cansado.

“El plan de acción era dejar que se cansara, he visto muchos de sus combates y he visto que su resistencia empezaba a disminuir en el segundo asalto’’, explicó Pereira durante la entrevista.

“Como saben, mi resistencia no hace más que aumentar con el paso de los rounds’’.

Pereira se dio cuenta de ello y comenzó a venir hacia adelante, presionando, con más confianza en sus golpes y en el tercero arreció los ataques con sus patadas y un jab que penetraba impunemente ante un Rountree que perdía casi toda su movilidad y explosividad.

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De esta manera, los golpes de Pereira siguieron llegando, y el ojo derecho de Rountree empezó a hincharse hasta que sus contornos se reventaron en cortes y quedaba relegado a defenderse pegado a la jaula, donde el campeón le remató inmisericordemente en el cuarto asalto.

El público también premio con una ovación el valiente esfuerzo de Rountree, quien de manera elegante reconoció la superioridad del rey de las 205 libras, que ahora debe esperar por su próximo oponente, después de haber combatido tres veces en la temporada.

“Mi pensamiento al entrar en esta pelea era simplemente estar agradecido’’, apuntó Rountree.

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“Estaba muy emocionado por venir aquí y simplemente disfruté de los momentos. No creo que me sorprendiera en absoluto. Pensé que iba a poder golpearle mucho más. Hizo un trabajo realmente bueno evadiendo los golpes’’.

Una derrota de Poatán habría sido un desastre enorme para la UFC, que ya vio la caída de SeanO’Malley y de Leon Edwards a manos de los menos reconocidos Merab Dvalishvili y Belal Muhammad, pero una vez más Pereira salvó la noche.