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Sospechosas y un desafío a la lógica: las cifras de Maduro que nadie cree sobre el Covid-19

CARACAS, VENEZUELA - FEBRUARY 17: Nicolas Maduro President of Venezuela gestures as he speaks in a press conference at Miraflores Palace on February 17, 2021 in Caracas, Venezuela. Nicolas Maduro President of Venezuela announced the country will start vaccinating health workers from Thursday with the Covid-19 Vaccine Sputnik V. (Photo by Carolina Cabral/Getty Images)
Nicolás Maduro se puso la vacuna Sputnik V y los altos funcionarios del gobierno también. Aun la población no sabe cuando le tocará la inmunización (Photo by Carolina Cabral/Getty Images)

Sábado 5 de septiembre, 8 muertos. Domingo 6 de septiembre, 8 muertos. Lunes 7 de septiembre, 8 muertos. Martes 8 de septiembre, 8 muertos. Si el coronavirus ha representado todo un reto al sistema de salud mundial, las estadísticas del régimen de Nicolás Maduro sobre el impacto de la pandemia en Venezuela son un verdadero desafío a la lógica.

La primera defunción a causa del covid19 se anunció en la República Bolivariana el 26 de marzo de 2020. Hasta el 17 de marzo de este año, se ha reportado el fallecimiento de 1.459 personas sobre un total de 147.577 casos confirmados. En promedio, 4,09 decesos al día y una tasa de letalidad de 0,98%. En Venezuela la opacidad es ley. Para no contradecir el relato victorioso que impone la revolución chavista a la población afectada por una emergencia humanitaria compleja, el Banco Central evita difundir los datos básicos de una economía en ruinas, los ministerios no divulgan sus informes de gestión y hasta el despacho de Salud ha dejado de publicar el boletín epidemiológico para silenciar el retorno de enfermedades que ya se daban por superadas.

En medio de esta oscuridad, el balance de las muertes que arroja el covid19 también ha encendido las alarmas de médicos y científicos. Lo ocurrido en aquella primera semana de septiembre no fue una curiosa coincidencia. Al contrario, podría decirse que es la norma. Un ejemplo de tantos: del 1 al 7 de julio cada día se reportaron 3 fallecimientos, salvo el viernes 3 de julio cuando las autoridades anunciaron 2.

¿Casualidad? “Las cifras oficiales del régimen, siempre opacas, siempre maquilladas, no lo reflejan. Pero quienes de alguna manera tenemos relaciones personales o profesionales con miembros del personal de salud de clínicas y hospitales sabemos de la gravísima situación actual en esas instituciones en relación con la pandemia”, escribió en un reciente artículo Gioconda San Blas, expresidenta de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela.

San Blas advierte que “la baja disponibilidad de camas hospitalarias (8,7 por 10 mil residentes; promedio latinoamericano, 30), entre otras deficiencias, pinta un cuadro dantesco para quienes hoy buscan desesperadamente hospitalizar a familiares que así lo requieran”. Y añade otro elemento: “El Global Health Security Index 2019 (Índice Global de Seguridad Sanitaria) ubica a Venezuela en la vergonzosa posición 176 de 195 países, con un promedio de eficiencia de apenas 23%, muy por debajo de Argentina en posición 25, México 28, Colombia 65, Zimbabue 92 o Haití 138”.

No cuadra

El último informe de la Academia de Ciencias, expuesto en febrero pasado, denuncia que el país “sigue manteniendo una capacidad diagnóstica centralizada y limitada, con pocos laboratorios operativos que procesan un número reducido de pruebas PCR-RT”. En el texto señalan que “para el 7 de enero de 2021, en Venezuela se había llevado a cabo un promedio de 17 pruebas PCR-RT x 1.000 habitantes, una cobertura muy por debajo de la reportada en otros países de la región latinoamericana”.

“En Venezuela las discrepancias entre el número de fatalidades por covid19 confirmadas por pruebas PCR-RT y las reportadas en los hospitales debido a infecciones respiratorias agudas sospechosas indican que existe también un subreporte sustancial en los decesos atribuidos a covid19”, asegura la institución.

A los análisis y estimaciones de los expertos, el régimen de Maduro ha respondido con amenazas. En mayo, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, propuso aplicarle a los miembros de la Academia de Ciencias el “tun-tun”, nombre con el que se conoce a la operación policial que ejecuta los allanamientos de residencias y detenciones de los dirigentes de la oposición. Dos meses después, el propio Cabello dio positivo por covid19.

Un techo

Más que una manipulación, la bióloga María Eugenia Grillet observa que la revolución chavista “no está registrando correctamente la pandemia”. “Si uno le pone la lupa a las estadísticas y conociendo la naturaleza del sistema, queda claro que ellos decidieron fijar un tope por encima del cual no reportan más. Están mal informando sobre una variable tan importante como la de las muertes”, explica en entrevista con Yahoo Noticias.

“Las muertes están subregistradas por un criterio que adoptaron desde el principio: en el protocolo de declarar la muerte por covid19, establecieron que debe existir una PCR positiva para que el médico lo registre en el acta de defunción. Si hay problemas de limitación de PCR, no se hacen las suficientes pruebas, distintas regiones no cuentan con el material para tomar las muestras y tenemos pocos laboratorios, todo es un embudo para determinar que una muerte fue por covid19”, describe la investigadora de la Universidad Central de Venezuela.

Grillet recuerda que otros países han enfrentado los mismos problemas de Venezuela, “pero tenían una columna en la estadística sobre muertes sospechosas de covid19. En cambio, aquí no tenemos eso”.

La profesora apunta que la tasa de letalidad del coronavirus en naciones vecinas como Perú, Colombia, Panamá y Chile oscila entre 2 y 3%. Sin embargo, de acuerdo con los números oficiales, en Venezuela no llega a 1%. “Nunca pasan de allí”, subraya. Aferrado a sus cifras, Maduro insiste en atribuirse un triunfo sobre el covid19 y ha llegado al extremo de aseverar: “Venezuela ha conseguido una medicina que anula el 100 por ciento el coronavirus”.

Sin curva

Cuando la República Bolivariana alcanzó entre agosto y septiembre de 2020 su pico de contagios, el número de muertes no creció al mismo ritmo. “Eso es muy sospechoso”, considera Grillet, quien detalla que en el fondo lo que ocurre es que el régimen “tiene una capacidad de diagnóstico muy limitada". A su juicio, “tendría que hacer muchas más pruebas y no tienen la capacidad para seguirle la dinámica al virus”.

La ausencia de datos oficiales confiables dificulta la posibilidad de determinar cuántas personas han fallecido en el país por el coronavirus. Además, la investigadora comenta que las funerarias eluden el asunto por temor a represalias. “Las muertes por enfermedades respiratorias han crecido, pero no todas son por covid19”, aclara.

Tomando como referencia los indicadores globales, Grillet estima que podrían ser unas 4.300 víctimas, tres veces más que las reconocidas por la revolución chavista. Aunque dice que no hay cómo constatar ese cálculo, lo cierto es que voceros oficiales y de clínicas privadas declaran sobre las dificultades que padecen, al tiempo que en las redes sociales abundan los testimonios de familiares y amigos de enfermos que perdieron la batalla contra el coronavirus.

Maduro decretó en octubre una fórmula que denominó “7+7 Plus”, que consiste en alternar una semana de cuarentena radical y otra flexible. Sin embargo, en todo el mes de diciembre y durante carnaval levantó las restricciones para que la gente pudiera celebrar.

Ahora resulta que el gobernante admite su preocupación por el repunte de los contagios, pero culpa de esta situación a la variante brasileña del covid19 que habría cruzado la frontera. A pesar de la alarma, los casos se mantienen en el mismo nivel y las muertes registradas este miércoles 17 de marzo repitieron un dígito conocido: 8.

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