Lo que hizo Marruecos con el terremoto no tiene sentido y ha podido costar vidas

En la madrugada del 8 al 9 de septiembre, un terremoto de magnitud 6,8 en la escala Richter golpeó con dureza a Marruecos. Casi una semana después, los equipos de rescate siguen sumando muertos a una lista larga de personas que ya va por miles. Además, hay localidades completamente arrasadas y numerosas personas se han quedado sin vivienda.

Mientras que la lenta reconstrucción empieza, surgen dudas de la manera en la que ha gestionado el país el rescate. Y es que en tragedias semejantes, son fundamentales las primeras horas, ya que se pueden rescatar a más personas con vida. A medida que pasa el tiempo, las probabilidades de encontrar supervivientes entre los escombros se van reduciendo considerablemente.

Los equipos de rescate buscan supervivientes tras el terremoto de Marruecos. (AP Photo/Mosa'ab Elshamy)
Los equipos de rescate buscan supervivientes tras el terremoto de Marruecos. (AP Photo/Mosa'ab Elshamy)

Desde el mismo momento en el que se produjo el seísmo, más de 60 países ofrecieron su asistencia para ayudar en la respuesta a la emergencia. Sin embargo, la mayoría de estas ofertas fueron rechazadas por las autoridades marroquíes.

Solo cinco países han recibido permiso para mandar ayuda. De ellos, cuatro son naciones a las que el régimen marroquí considera "amigas": Catar, Emiratos Árabes, España y Reino Unido. Además, hay que añadir a Argelia, tradicionalmente enfrentando con Marruecos, pero que debido a su cercanía, también ha podido colaborar.

En este sentido, sorprende que las ofertas de Alemania o Francia no hayan sido tenidas en consideración. Y es que tienen equipos muy preparados que se encuentran a menos distancia de Marruecos que, por ejemplo, Emiratos o Catar.

Muchas víctimas se han mostrado críticas con la lentitud de la llegada de la ayuda, especialmente a las zonas más aisladas e inaccesibles. Mientras tanto, los expertos consideran que un factor importante para aceptar unas u otras ofertas pueden ser los motivos políticos.

No es casualidad que cuatro de las cinco naciones que están prestando asistencia en el terreno sean importantes aliados marroquíes. Llama la atención el caso de España, que tras muchos desencuentros en el pasado, presenta ahora una sólida relación con el régimen a raíz del cambio de postura del Gobierno español en el asunto del Sáhara Occidental.

Las tensiones con Alemania y Francia

Precisamente, este ha sido uno de los puntos de fricción que han protagonizado las relaciones bilaterales entre Marruecos y Alemania en los últimos años. En 2021, Rabat llamó a consultas a su embajadora en Berlín por los "actos hostiles" que ponían en cuestión la soberanía marroquí sobre el territorio. Pese a que la llegada al poder de Olaf Scholz ha suavizado la postura germana, lo cierto es que reina la desconfianza entre ambas naciones.

Cabe recordar que el Sáhara Occidental está ocupado por Marruecos a pesar de que, según Naciones Unidas, es uno de los 17 territorios en todo el mundo que está pendiente de descolonización, no reconociendo la autoridad marroquí sobre la región.

Marruecos quiere acabar con el conflicto a través de un plan de autonomía para el territorio, pero el derecho internacional marca que la situación se debería desbloquear con un referéndum vinculante a la población saharaui.

Destrucción causada por el terremoto en la localidad de Tinmel. (REUTERS/Nacho Doce)
Destrucción causada por el terremoto en la localidad de Tinmel. (REUTERS/Nacho Doce)

En lo que se refiere a Francia, también puede haber motivos políticos en la decisión de Marruecos. Durante años, el país africano fue una colonia francesa y ahora las autoridades marroquíes intentan librarse de esa antigua dependencia. Según Pierre Vermeren, historiador especializado en el Magreb, en su entrevista a Le Figaro, "Marruecos no quiere ser percibido como el antiguo territorio que dependía de Francia durante la época colonial”.

Los precedentes no ayudan

Un juego de estrategias políticas cuyas consecuencias las sufren las víctimas del terremoto. Nunca sabremos cuántas vidas extra se habrían salvado con más equipos colaborando, pero otros casos similares muestran que el número de ofertas aceptadas por Marruecos ha sido reducido.

Por ejemplo, en el terremoto de Turquía y Siria de febrero de 2023, se aceptó la asistencia de 49 (sobre 57) equipos, colaborando en el terreno 3.500 personas, además de perros de rescate. En el terremoto de 2011 de Japón tuvieron presencia 24 estados, por lo que los cinco países de Marruecos parecen una cifra limitada.

En defensa de las autoridades marroquíes, hay que señalar el precedente de 2004, cuando se produjo otro fuerte seísmo en el país. Los vuelos de ayuda colapsaron los pequeños aeropuertos locales y los equipos de rescate dañaron las carreteras. En esta ocasión, también está resultando complicado acceder a los pueblos aislados de montaña por caminos pequeños y sin pavimentar.

Rechazar la ayuda internacional puede servir para mostrar la fortaleza actual del país y su capacidad para afrontar tragedias semejantes, pero no es la mejor decisión cuando hay un número de víctimas tan elevado. Habrá que esperar varias semanas para conocer el saldo definitivo del terremoto, pero de lo que no hay duda es de que nos encontramos ante la mayor tragedia reciente que ha sufrido Marruecos.

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