Llega a Haití equipo de avanzada de la policía keniana. Pudiera seguirle la primera fuerza de seguridad

Un pequeño equipo de avanzada de Kenia estaba el lunes en Puerto Príncipe para preparar la tan esperada llegada del primer contingente de policías de élite de la nación de África Oriental que ayudará a Haití a combatir a las pandillas armadas delictivas como parte de una fuerza armada internacional.

Se esperaba que los kenianos partieran de Nairobi el lunes por la noche para llegar a Puerto Príncipe el martes, según informaron varias fuentes al Miami Herald. Sin embargo, advirtieron que no había nada seguro hasta que los oficiales aterrizaran, dadas las preocupaciones por la seguridad en el conflictivo país.

Previamente el lunes, mandos policiales aseguraron al presidente de Kenia, William Ruto, que los agentes estaban listos y debidamente preparados.

“Estos agentes marcarán la diferencia en la policía haitiana y en la vida de las comunidades haitianas, y marcarán la diferencia y nos harán sentir orgullosos una vez que estén desplegados en esas zonas”, dijo a Ruto el subinspector general de la Policía, Noor Gabow, durante su visita a los agentes en una escuela de entrenamiento policial.

Gabow, en un video difundido por la presidencia, señaló que los agentes, que llevarán sus propias armas a Puerto Príncipe, han sido debidamente equipados para la misión. Según Gabow, se les ha proporcionado botiquines individuales, blindaje y llevan “uno de los mejores calzados” y pueden recorrer largas distancias.

El acto, celebrado a puerta cerrada, fue un ejercicio previo al despliegue con 400 de los 1,000 policías que han sido examinados por Estados Unidos para formar parte de la misión multinacional de apoyo a la seguridad. Durante el acto, Ruto repartió banderas de Kenia. Más tarde usó la red social X para promocionar la trayectoria de su país en el mantenimiento de la paz y su compromiso con Haití.

“Kenia tiene sólidas credenciales en el mantenimiento de la paz y la resolución de conflictos en todo el mundo”, dijo Ruto, compartiendo fotos del acto a puerta cerrada. “La presencia de nuestros agentes de policía en Haití aliviará a los hombres, mujeres y niños cuyas vidas han quedado destrozadas por la violencia de las pandillas. Trabajaremos con la comunidad internacional para lograr una estabilidad duradera en Haití”.

Estados Unidos, que es el mayor contribuyente de la misión de seguridad respaldada por Naciones Unidas tras aportar más de $300 millones para equipamiento, entrenamiento y una base de operaciones cerca del aeropuerto internacional en Puerto Príncipe, y Kenia han mantenido un velo de secreto en torno a la misión. Se han abstenido de discutir cómo funcionará, así como su calendario de despliegue o el tamaño del primer contingente, que ha oscilado entre 200 y 400 personas.

Dos medios noticiosos informaron durante el fin de semana sobre la llegada de la fuerza keniana, lo que suscitó la preocupación de posibles represalias antes de que la fuerza internacional tuviera la oportunidad de afianzarse en la capital.

El contingente keniano está formado por policías especializados de varias unidades de élite, incluidas las que participan en la lucha contra el grupo extremista Al Shabab, que lleva perpetrando atentados terroristas en suelo keniano desde 2011. El resto del personal de la misión, conocida como MSS, procederá de otros seis países, entre ellos Jamaica, que encabeza el contingente caribeño, Benín y Bangladesh.

A plena capacidad, se espera que la misión cuente con 2,500 efectivos de seguridad, aunque ese número pudiera ser mayor o menor debido a las actuales limitaciones de financiación de la misión. Un fondo fiduciario respaldado por Naciones Unidas solo ha reunido hasta ahora $21 millones.

Retrasos en el despliegue

La falta de financiación ha sido uno de los factores que han contribuido a los repetidos retrasos de la misión desde que el Consejo de Seguridad de la ONU la aprobó por primera vez hace casi nueve meses. La misión también se ha visto lastrada por una serie de desafíos legales en Nairobi, donde es muy criticada, un bloqueo republicano en Washington y el cambio de liderazgo en Haití. Después de que el primer ministro Ariel Henry se viera obligado a renunciar tras la insurgencia protagonizada por pandillas contra su gobierno tras la firma a finales de febrero de un acuerdo de seguridad con Kenia para que la misión se desplegara, Ruto anunció una pausa en el despliegue.

Decidió seguir adelante con el despliegue a pesar de otro recurso judicial interpuesto por un grupo de la oposición, que pretende impedir que el gobierno envíe policías a Haití, y de las protestas callejeras de los jóvenes de su país por una serie de nuevos impuestos.

Un militar estadounidense monta guardia el miércoles 15 de mayo de 2024, mientras se descargan suministros de un avión de carga C-17 de la Fuerza Aérea de EEUU en la pista del Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, en Puerto Príncipe, Haití. El avión transportaba suministros para el campamento que se está construyendo para los agentes de policía kenianos que dirigirán una misión multinacional de apoyo a la seguridad en Haití.

Durante los debates a puerta cerrada celebrados el viernes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, funcionarios estadounidenses y kenianos solo dijeron que el despliegue era “inminente”. La reunión fue solicitada por Estados Unidos y Ecuador, coautor de la resolución 2699 que autorizó la misión, después de que el gobierno de Kenia dijera que necesitaba el visto bueno del Consejo para ayudar a Haití.

Aunque respaldada por el Consejo de Seguridad, la misión no es una fuerza de mantenimiento de la paz tradicional de la ONU, lo que ha obligado al gobierno de Biden a buscar contribuciones voluntarias de los países. La semana pasada, tras meses de bloqueo republicano a su financiación por parte del Departamento de Estado, el secretario de Estado, Antony Blink, autorizó $109 millones para financiar la misión, anulando el bloqueo.

Críticas del Congreso

El senador federal Jim Risch, de Idaho, uno de los dos republicanos de mayor rango que bloquearon los fondos tras expresar su escepticismo sobre la misión, criticó la anulación en un comunicado. Risch, miembro de mayor rango de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, calificó la misión de “mal concebida”.

“He expresado muy claramente mis serias y específicas preocupaciones sobre esta misión desde el pasado septiembre”, dijo Risch, a quien se unió en el bloqueo el representante de Texas Michael McCaul, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. “Mis preocupaciones existen en parte debido a la larga historia de intervenciones internacionales fallidas en Haití que han malgastado miles de millones de dólares y han dejado al pueblo haitiano en peor situación”, dijo en un comunicado en respuesta a la anulación.

Risch dijo que trató de entablar “un diálogo real” con la administración para mejorar el proceso de planificación de la misión y establecer reglas claras de compromiso y métricas de éxito.

“Desgraciadamente, la administración dejó muy claro que no podía proporcionar ninguna métrica u objetivo sustantivos. A pesar de ello, ha decidido seguir adelante con la financiación de una misión cuya duración, objetivos y costo siguen sin estar claros. En estos momentos, el contribuyente estadounidense asumirá la inmensa mayoría de esta carga”, afirmó.

Funcionarios del Departamento de Estado afirman que siguen interesados en trabajar con el Congreso y señalan que han ofrecido más de 50 sesiones informativas al personal del Congreso.

El Consejo de Seguridad aprobó por primera vez la misión en octubre de 2023, exactamente un año después de que Henry solicitara ayuda a la comunidad internacional para la policía nacional de Haití. En el momento de la petición de Henry, pandillas armadas bloqueaban el acceso de entrada y salida a la principal terminal de combustible del país, Varreux, en Puerto Príncipe, y desencadenaron una crisis humanitaria que no ha hecho más que empeorar.

Aumenta el poder de las pandillas

En los más de 20 meses transcurridos desde la petición, las pandillas se han hecho aún más poderosas y han sumido a Haití en una crisis aún más profunda. Después de que Haití y Kenia firmaran el acuerdo de seguridad, las pandillas de Puerto Príncipe se unieron y lanzaron una insurgencia armada contra el gobierno. Mataron a agentes de policía, quemaron hospitales y escuelas y liberaron a más de 4,000 reclusos de las dos mayores prisiones del país mientras exigían la renuncia de Henry.

Después de que Estados Unidos obligara a Henry a renunciar, la administración de Biden, junto con la Comunidad del Caribe, ayudó a los líderes políticos y cívicos de Haití a mediar en una nueva transición política con un consejo presidencial de nueve miembros. Al consejo se le encomendó la tarea de encontrar un sustituto para Henry, quien con su nuevo gabinete y el consejo prepararía al país para la llegada de la misión.

En los últimos días, el recién elegido primer ministro, Garry Conille, ha destituido al jefe de la Policía Nacional de Haití y ha nombrado a un jefe previamente despedido, Rameau Normil, para dirigir el organismo. Durante el fin de semana, Conille y los miembros del Consejo pasaron dos días en un retiro para priorizar el programa del gobierno.

Por otra parte, Haití y la Organización de los Estados Americanos firmaron el viernes un Acuerdo sobre el Estado de la Fuerza. El documento es uno de los varios que el Consejo de Seguridad ha solicitado antes del despliegue. Como parte del Acuerdo sobre el Estado de la Fuerza, obtenido por el Herald, los miembros de la misión gozarán de inmunidad judicial en Haití y, si el gobierno haitiano considera que han cometido un delito penal, estarán sujetos a la jurisdicción de sus respectivos países.