Liverpool, Manchester United y Manchester City, los tres clubes que se reparten los últimos 50 años de fútbol inglés
Liverpool, Manchester United y Manchester City. En ese orden, y con un estricto respeto a los momentos de aparición y apagado de cada uno, han llenado con sus nombres el último medio siglo del fútbol inglés. Pocos campeonatos en el mundo pueden presentar un registro de épocas, o casi podría decirse eras, tan marcadas por el dominio de un solo club; menos aún, unos límites tan claros para determinar el comienzo y el final de cada una.
Es verdad que en 50 años ha habido algunos paréntesis breves en los que brillaron el Arsenal y el Chelsea, un momento todavía más corto en el que destacaron Leeds United, Everton, Aston Villa o Nottingham Forest, y hasta algunas temporadas en las que levantaron el título clubes outsiders, como Blackburn Rovers, Leicester o Derby County. Pero una primera mirada basta para darse cuenta del incuestionable dominio de los reds de Anfield Road, los red devils de Old Trafford y los citizens de Maine Road.
Los números
52 torneos de liga inglesa se disputaron desde la temporada 1972-73 a la 2023-24, ya sea como torneo de Primera División, hasta 1992, o de Premier League. El historial indica que entre los tres clubes obtuvieron 33 campeonatos y 26 subcampeonatos en ese largo período. Pero más que las cifras totales, lo llamativo son los muy evidentes períodos de dominio de cada uno.
Así, entre 1973 y 1991 (19 ligas), el Liverpool ganó 11 y quedó segundo en 7. Solo bajó del podio en la de 1980-81, aunque en esa ocasión levantó la Copa de Europa. Inmediatamente después, en la temporada 91-92, la gloria fue para el Leeds, pero el Manchester United fue subcampeón, dando el paso inicial de un abrumador control que se extendería hasta 2013. De las 22 ediciones disputadas en ese lapso, el United obtuvo 13, fue escolta en 6 y tercero en las 3 restantes. Por fin, los dos años finales del reinado de los de Old Trafford se solaparon con el inicio del mandato de sus vecinos. La etapa del City comenzaría con el célebre gol del Kun Agüero cuando agonizaba la temporada 2011-12, se mantiene en vigencia a través de 13 temporadas y amenaza con continuar. Suma 8 campeonatos (los 4 últimos, de manera consecutiva), 3 subcampeonatos y un tercer puesto. Apenas abandonó el podio en 2016 (fue cuarto).
La gran diferencia entre ellos, por el momento, se encuentra en el ámbito internacional. Mientras en sus tiempos de mayor gloria el Liverpool conquistó 4 Copas de Europa y una Copa de la UEFA, y el Manchester United festejó 2 Champions League y 1 Recopa, el City sólo puede enseñar la Champions ganada al Inter de Milán en 2023.
Los líderes
También en este punto, el equipo blue se distingue de sus dos antecesores. Porque si bien es innegable la importancia y el peso que ha tenido en sus éxitos la contratación de Josep Guardiola como entrenador en 2016, el verdadero giro a la historia del Manchester City había ocurrido ocho años antes.
El 1º de septiembre de 2008, el Abu Dhabi United Group for Development and Investment de Emiratos Árabes Unidos abonó 250 millones de euros para adquirir el paquete accionario del club y comenzó su transformación en una potencia del fútbol europeo con ramificaciones y propiedades en todo el mundo a través del City Group.
En su caso, el jeque Mansour bin Zayed Al-Nahyan como inversor principal y el catalán Ferrán Soriano como director ejecutivo son los artífices de la consagración de una entidad habituada hasta entonces a transitar por la parte media y baja de la tabla de posiciones. Solo después se sumaría Guardiola para darle contenido futbolístico al negocio.
El contraste con el desarrollo de sus competidores es evidente. Si bien tanto Liverpool como Manchester United son formalmente semejantes al City en su estructura económica (en Inglaterra todos los clubes son sociedades anónimas), ambos edificaron sus triunfos a partir de gente que “olía a pasto”. Entrenadores/managers que con sus conocimientos sobre el juego y su capacidad para conducir vestuarios fueron armando y rearmando planteles para prolongar la supremacía de los suyos a través de las décadas.
Bill Shankly, y sobre todo Bob Paisley, fueron los hacedores del Liverpool que maravilló a Europa en los 70 y 80; Alex Ferguson, el cerebro mágico que devolvió a los de Old Trafford a la cima en los 90 y la primera década de este siglo.
Liverpool: festejos y tragedias
Bill Shankly fue contratado por los reds en 1959, y suyo fue el mérito de rescatar al equipo que se encontraba en Segunda División. Mito del fútbol británico, Shankly modificó todo el funcionamiento interno del Liverpool y le dio al club la mística que lo sigue acompañando. Él fue el responsable de incorporar a la primera gran estrella que culminaría la transición de los de Anfield rumbo a la gloria. En 1971 fichó a un joven Kevin Keegan para convertirlo en líder del equipo y figura mundial. Con Keegan al mando, Shankly logró celebrar su último título de liga -el primero de la larga serie- en 1973. Al año siguiente le dejaría su puesto a Paisley, que reforzó la senda ganadora, coronada con el doblete Copa de Europa/Liga en 1977.
Con esos títulos debajo del brazo, Keegan se marchó al Hamburgo alemán al final de esa temporada, y Paisley lo reemplazó con otro jugador que se convertiría en ídolo: el escocés Kenny Dalglish, autor del gol que significó retener el máximo certamen continental ante el Brujas belga al año siguiente. Entretanto, el Liverpool tampoco aflojaba a nivel local, alternando campeonatos y subcampeonatos. Luego de la conquista de la liga 82-83, Paisley decidió retirarse, y otra vez el testigo pasó a su asistente, Joe Fagan, aunque nada cambiaría hasta un par de años después.
La barbarie de Heysel, protagonizada por los hooligans ingleses durante la final de la Copa de Europa 1985 ante la Juventus dio lugar al comienzo del declive. Los de Anfield perdieron 1-0 aquel partido que nunca debió disputarse, los equipos ingleses fueron marginados de Europa y Fagan renunció a su cargo. Dalglish pasó a ser entrenador y jugador a la vez, alcanzó a sumar un par de títulos más con jugadores de la talla de John Barnes, Steve Mc Manaman o Ian Rush, pero la tragedia de Hillsborough en 1989, en la que murieron 95 hinchas reds, anticipó el final de una etapa irrepetible.
El Liverpool alcanzó a ganar la liga 89-90 y arañó la 90-91, que perdió con el Arsenal por diferencia de goles, para hundirse en un ostracismo que duraría más de diez años.
Manchester United: el imperio de Sir Alex
Promediaba la temporada 86-87 y los red devils de Old Trafford, que llevaban más de un lustro sin asomarse a los puestos de cabeza, navegaban por la parte baja de la tabla. El club decidió entonces despedir al técnico Ron Atkinson e ir a buscar a un escocés que enseñaba sus cualidades en el Aberdeen de su tierra natal. Era Alex Ferguson, cuya imagen quedaría ligada al Manchester United tanto con las de los legendarios Matt Busby (manager general de la posguerra, entre 1945 hasta 1969) o Bobby Charlton.
Ferguson fue reacomodando las piezas. Al principio con un estilo puramente británico, basado en la fiereza de gente como Steve Bruce y Paul Ince, y los goles de cabeza de Mark Hughes acarició el éxito en la temporada 91-92, cuando escoltó al Leeds, y volvió a gritar campeón en la siguiente, la del estreno de la actual Premier League. Nadie podía adivinar que era el nacimiento de un imperio.
El United repitió con doblete en la 92-93, conquistando también la FA Cup, pero lo mejor estaba por venir. Un grupo de chicos que habían ganado la Copa Juvenil inglesa pedían cancha, y Ferguson vio en ellos la llave para abrirle las puertas al futuro. Para la 95-96, los de Old Trafford se desprendieron en Ince, Hughes y el ruso Andrei Kanchelskis para darles paso a los Paul Scholes, David Beckham, Nicky Butt y Ryan Giggs, los “novatos de Fergie”. Ellos, con el aporte inicial inestimable del francés Eric Cantona y más tarde de cracks como Ruud Van Nistelrooy, Wayne Rooney o Cristiano Ronaldo, marcarían una época inigualable.
Los red devils ganaron el triplete, con dos goles en tiempo de descuento, para quitarle la Champions League de las manos al Bayern Munich en la final de Barcelona, y mantuvieron una regularidad insuperable en la Premier (nunca bajaron del tercer lugar) que se prolongó hasta la liga obtenida en 2013, cuando solo los ya veteranísimo Giggs y Scholes permanecían en el plantel.
Ferguson dejó su puesto tras esa temporada y su huella ha sido tan profunda que nadie pudo sustituirlo con éxito. Desde entonces, el Manchester United no ha vuelto a festejar a lo grande.
Manchester City, del Kun a Pep
El “único equipo de la ciudad de Manchester”, como lo definen sus hinchas, nunca había alcanzado la estatura de gigante del fútbol inglés. Apenas dos ligas y cuatro FA Cup decoraban sus vitrinas antes de la llegada de los capitales árabes. La revolución producida a fuerza de petrodólares comenzó a dar sus frutos con tres argentinos en sus filas. Sergio Agüero, autor del agónico tanto que le dio la Premier en la 11-12, Carlos Tevez y Pablo Zabaleta, conducidos por el italiano Roberto Mancini en el banco y el español David Silva en la cancha, inauguraron la nueva era.
Los blues repitieron conquista en la 13-14, con el ingeniero Manuel Pellegrini al timón, pero los árabes entendían que hacía falta algo más para lanzarse a la conquista de Europa y el mundo y no dudaron. En 2016 fueron a buscar y convencieron al mejor de todos, Pep Guardiola. Lo que pasó a partir de allí y hasta esta cuarta liga consecutiva que establece un récord en la casa de los inventores del fútbol, es historia reciente y mucho más conocida.