Las polémicas que siguen a Caitlin Clark: cómo la popularidad de la novata ha traído controversia a la WNBA

Caitlin Clark, escolta del Indiana Fever, ha tenido un duro inicio de carrera profesional en la WNBA. (Foto: Luke Hales/Getty Images)
Caitlin Clark, escolta del Indiana Fever, ha tenido un duro inicio de carrera profesional en la WNBA. (Foto: Luke Hales/Getty Images)

Desde que llegó Caitlin Clark al Indiana Fever de la WNBA, no es un secreto que el foco de atención sobre la Liga se incrementó de manera considerable. Sin embargo, este enfoque también ha dado luz a narrativas que deben ser preocupantes para la la Liga, sus equipos y espectadores.

A partir de su llegada, la conversación se ha centrado en temas tan diversos como controversiales que pueden leerse así: Clark es la salvadora de la WNBA; recibe trato preferencial porque es blanca, joven y bonita; tiene que ganarse su lugar en la Liga; gracias a ella hay aficionados en las arenas y ha entrado dinero a la Liga; no es la única joven estrella; si ha mejorado las condiciones para jugadoras. Conciliar las opiniones no es sencillo para la organización.

La semana pasada, una falta de Chennedy Carter sobre Clark, lejos del balón, convirtió la conversación en un debate sobre si las jugadoras odian a Clark. Este miércoles se reportó que un individuo esperó al Chicago Sky, club en el que juegan Carter y la novata Angel Reese, y buscó confrontar a Chennedy afuera del hotel del equipo en Washington D.C., sin que el incidente pasara a mayores gracias al equipo de seguridad.

Hace poco más de una semana, en un duelo entre Chicago y el New York Liberty, Jonquel Jones empujó con el hombro a la también novata del Sky, Angel Reese, lejos de la jugada. Reese se levantó riendo tras la marcación de una falta normal, en un contacto similar al de Carter con Clark. Eso sí, sin tanta conversación entre ambas. Poco se dijo sobre la acción.

Esta no es la primera ocasión en que Reese, quizás junto con Cameron Brink, las novatas que más atención reciben después de Clark, recibe una dura falta. La pívot del Sky fue jalada al piso en una jugada peligrosa por Alyssa Thomas. Que la falta de Chenedy haya recibido más atención que la jugada de Thomas es de llamar la atención.

Es cierto que en cualquier deporte las estrellas reciben un mayor interés, y desde luego que la jugadora del Fever no es la culpable. Pero en la comparación de acciones contra Clark y Reese, pareciera que la reacción es desproporcionada ante el impacto a ambas jugadoras.

Reese y Clark tienen una rivalidad particular, luego de enfrentarse en el Juego por el Campeonato Nacional de la NCAA en 2023, con LSU y Reese coronándose. Angel, quien ha tomado un poco el papel de villana desde entonces, ha insistido en que el mérito del crecimiento no es solo de su rival, sino de todas las jugadoras jóvenes que han llegado a la Liga.

¿Privilegio por blanca y ‘bonita’?

Una de las principales críticas hacia el incremento en la cobertura de la WNBA, y en particular de Clark, es que se trata de una jugadora de tez blanca y considerada “bonita”. Cameron Brink, novata de Los Angeles Sparks, quien es blanca, ha mencionado que existe cierto privilegio por ser blanca y jugar en una Liga donde predominan afroamericanas.

Caitlin Clark (22, blanco) y Cameron Brink (22, morado) fueron las primeras dos selecciones del Draft del 2024, y han enfrentado el duro salto del basquetbol colegial al profesionalismo. (Foto: Harry How/Getty Images)
Caitlin Clark (22, blanco) y Cameron Brink (22, morado) fueron las primeras dos selecciones del Draft del 2024, y han enfrentado el duro salto del basquetbol colegial al profesionalismo. (Foto: Harry How/Getty Images)

“Podría profundizar mucho más en esto, pero solo diría que (me gustaría) aumentar la base de aficionados para apoyar a todo tipo de jugadores. Reconozco que existe un privilegio para las jugadoras blancas, más jóvenes de la Liga. Eso no siempre es cierto, pero hay un privilegio que tenemos inherentemente y el privilegio de parecer femeninas” - Cameron Brink, jugadora de los Angeles Sparks

No obstante, esto no quiere decir que no haya quienes buscan algún tipo de retribución. Carter mostró poco aprecio por el juego de la ex estrella de la Universidad de Iowa en redes sociales.

"Y eso es todo, porque además de sus tiros de tres puntos, ¿qué más trae?" - Chennedy Carter, sobre Caitlin Clark en Threads

A la vista de algunos, esto confirmaría que hay veteranas en la Liga que le tienen envidia a Clark, los lucrativos contratos con patrocinadores y el aura de superstrella que trae. En general, jugadoras de la WNBA han negado que sea el caso, señalando que se trata más bien de un juego más físico que el colegial, y eso le cobraría factura a las participantes de primer año.

No obstante, si la Liga permite golpes sucios o fuera de la acción sobre la escolta de Indiana, ¿qué impedirá que más equipos empiecen a hacerlo como sistema de juego o un método de intimidación que fácilemete se puede salir de control?

Sabrina Ionescu, escolta del New York Liberty, es otra de las jóvenes figueras de la WNBA. (Foto: Melissa Tamez/ Icon Sportswire via Getty Images)
Sabrina Ionescu, escolta del New York Liberty, es otra de las jóvenes figueras de la WNBA. (Foto: Melissa Tamez/ Icon Sportswire via Getty Images)

Esto ha generado un amplio debate. Figuras como LeBron James y Charles Barkley han pedido a la WNBA que cuide a la novata. Otras, han cuestionado el tipo de cobertura, señalando que Clark es una jugadora más. Pero la realidad es que por su proyección, no se trata de otra novata convencional, sino de una joven figura para la WNBA.

Es importante mencionar que Caitlin Clark no es la primera estrella blanca de la Liga. Desde hace años, Diana Taurasi y Sue Bird han destacado como profesionales, y más recientemente, jugadoras de la talla de Breanna Stewart y Sabrina Ionescu están entre las figuras de la Liga. Pero ninguna llegó a la WNBA con el mismo cartel, y ese podría ser el principal problema.

Muchos nuevos aficionados al baloncesto femenil esperaban que Clark rindiera de la misma forma en que lo hacía en Iowa, anotando cerca de 30 puntos por partido y dominando partidos prácticamente sola. Pero como suele suceder en cualquier deporte, es difícil generar impacto como novatas.

Las defensivas han sido mucho más físicas con ella de lo que solía enfrentar en la NCAA y la calidad de sus rivales simplemente es superior. En parte, esto se debe a una Liga que aún va en crecimiento y cuenta con demasiada calidad para el total de equipos que juegan en ella. Con apenas 144 lugares, cada jugadora tiene que batallar por conservar su puesto todas las noches. La NBA, por ejemplo, cuenta con 450 plazas.

Angel Reese (10) , de LSU, molesta a Caitlin Clark (22) durante el Juego de Campeonato Nacional de la NCAA en 2023. (Foto: Greg Nelson /Sports Illustrated via Getty Images)
Angel Reese (10) , de LSU, molesta a Caitlin Clark (22) durante el Juego de Campeonato Nacional de la NCAA en 2023. (Foto: Greg Nelson /Sports Illustrated via Getty Images)

Para algunos, la actuación de Clark ha sido decepcionante. Hace unos días anotó apenas 3 puntos ante el Liberty e Indiana tiene 2 triunfos en sus primeros 11 partidos. Pero con 15.8 unidades, 5.1 rebotes y 6.4 asistencias por juego, sus estadísticas son justas para una Novata del Año.

Clark, Brink, Reese y Kamilla Cardoso encabezan la generación del Draft más llamativa en la historia de la Liga. Los aficionados que llegaron con ellas desconocen el estilo de juego previo de la WNBA clocando una mayor presión sobre las jóvenes en su primera año como profesionales.

El crecimiento nunca es sencillo, y la WNBA está en territorio desconocido. La base de aficionados podría incrementarse de manera exponencial en poco tiempo, poniendo a la Liga bajo la lupa como nunca antes. Por ello es importante dejar atrás la polémica y poner atención en el producto sobre la duela.

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