Caitlin Clark y cómo su llegada a la WNBA muestra la gran brecha salarial entre basquetbol varonil y femenil

Caitlin Clark se ha convertido en la nueva gran figura del deporte estadounidense. El lunes, cuando se llevó a cabo el Draft de la WNBA; vendió más jerseys del Indiana Fever, su nuevo equipo en el basquetbol profesional, que cualquier jugador de la NFL durante su noche de Draft. Su sueldo, no obstante, fue un duro golpe de realidad.

A pesar de haber cambiado el basquetbol colegial por completo y ser reconocida en todos los rincones de la Unión Americana, Clark apenas recibirá un sueldo de 338 mil dólares por cuatro años con el Fever. Para ponerlo en perspectiva, el primer seleccionado en el Draft de la NBA del año pasado, Victor Wembanyama, ganará 55 millones también durante cuatro años.

El fenómeno mediático de Clark, sus ganancias y el de los jugadores de NBA han puesto nuevamente el dedo sobre la llaga: la diferencia en sueldos entre ambos géneros.

Incluso, figuras como el quarterback de los Pittsburgh Steelers, Russell Wilson, y hasta el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, opinaron al respecto, pidiendo mejores sueldos para las atletas.

El fenómeno de Caitlin Clark

La ahora escolta del Fever cerró la semana pasada con una de las carreras en el deporte colegial más espectaculares en la historia. Los partidos de basquetbol femenil de los Iowa Hawkeyes se llenaron en su totalidad, incluyendo un lleno de más de 55 mil aficionados en el estadio de futbol americano de la universidad para el juego inaugural de la temporada.

Clark cautivó a los aficionados del deporte de una manera que pocas veces se había visto. Jason Sudeikis, actor que estelarizó la serie de comedia Ted Lasso, estuvo continuamente en los partidos de los Hawkeyes. Mike Trout, estrella de Los Angeles Angels, se presentó a su partido del 7 de abril vistiendo el jersey colegial de Clark.

Steph Curry, LeBron James, Kevin Durant y Patrick Mahomes están entre los atletas y ex atletas que han alabado su juego, ya sea en redes sociales o en entrevistas.

Pero quizás el mayor reflejo del “Efecto de Caitlin Clark” fueron los números de teleaudiencia durante el Final Four. Desde 2019, la Final femenil de basquetbol colegial solo fue superada en audiencia por partidos de futbol americano, Juegos Olímpicos y el Mundial de futbol. En total, 18.7 millones de telespectadores vieron el partido.

WNBA, una liga en desarrollo

A pesar de su alto nivel de juego, la WNBA aún está en etapa de crecimiento. El aspecto económico es uno de los que se ven más afectados. Por reglamento, las primeras cuatro seleccionadas en el Draft recibirán el mismo sueldo. Es decir, además de Clark, Cameron Brink, Kamilla Cardoso y Rickea Jackson también percibirán 338 mil dólares por cuatro años.

Una manera diferente de ponerlo en perspectiva es que Jaylen Brown, escolta de los Boston Celtics, gana en promedio más del doble por partido que lo que las primeras cuatro selecciones recibirán en cuatro años.

El salario anual más alto en la Liga apenas está por encima de los 250 mil dólares por calendario. En parte, el modelo ayuda a los equipos a ser sustentables con talentos jóvenes y mantener el balance de juego, pero es impensable que en otra liga estadounidense una selección de primera ronda no perciba millones de dólares al año.

Un problema, como suele suceder con ligas que no se han establecido, es una menor entrada económica por conceptos de mercancía, entradas a los partidos y contratos televisivos. Quizás la presencia de taentos jóvenes como Clark, Brink, Angel Reese, y en un futuro Paige Bueckers, ayuden a incrementar la atención sobre la Liga.

Pero eso no borra la abrumadora diferencia en sueldos para una liga femenil que ha contado con estrellas de la talla de Lisa Leslie, Diana Taurasi, Kelsey, Plum, Sabrina Ionescu y Sue Bird, entre muchas otras.

Otro tema es el tamaño de la WNBA. La liga cuenta con solo 12 equipos, aunque el plan es incrementar a 16 para el 2028 ante el crecimiento estable de la organización. Eso genera una cantidad limitada de opciones, tanto de plazas de juego (apenas 144 jugadoras en la liga) como de número de partidos. Eso quiere decir que apenas unas cuantas jugadoras seleccionadas en el Draft verán acción en la Liga profesional.

Clark tiene una oportunidad de oro

Realmente no es solo Caitlin Clark, pero el baloncesto femenil está posiblemente ante la mejor opción de crecimiento en sus 27 años de historia. Nunca antes un fenómeno tan mediático como Clark había llegado a la Liga.

Si bien Sue Bird había protagonizado comerciales al lado de Steph Curry, Clark es una figura reconocida a nivel nacional desde su llegada a la Liga. Como era de esperarse, su mera presencia llevó a que se rompiera la marca de teleaudiencia para un Draft de la WNBA.

El contrato televisivo de la Liga expira al finalizar la próxima temporada, y si los números de televidentes suben podría firmarse un mejor arreglo. En 2023, la Liga tuvo 460 mil televidentes en promedio por partido.

Si Clark y las Hawkeyes superaron los 18 millones de televidentes en el Final Four, ¿por qué no podría lograrlo en un duelo de playoffs ante Taurasi o Ionescu? Bueckers estaría integrándose a la Liga el próximo año, llevando a otra estrella colegial reconocida al profesionalismo.

Tomó la llegada de una estrella generacional para hacer más evidente la desigualdad salarial de género en el basquetbol profesional, pero finalmente se ha dado luz al problema, y con ello, se puede desear un futuro para la WNBA.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Rafa Nadal: "Lo importante fue salir sano del torneo"