La increíble historia de vida de Miguel Ángel, el joven que conmovió con su relato de la Línea 12

Foto: Captura de video Twitter vía @RuidoEnLaRed
Foto: Captura de video Twitter vía @RuidoEnLaRed

Debido a la tragedia de la Línea 12 del Metro en Ciudad de México se han dado a conocer varias historias alrededor de ese fatídico hecho. Entre ellas llamó mucho la atención la de Miguel Ángel Córdova Córdova, de 35 años, quien vive en situación de calle y dormía debajo del tramo elevado que colapsó.

El relato de lo que Miguel Ángel vio se dio a conocer por una entrevista que dio al medio digital Ruido en la Red, el cual se hizo viral e hizo que mucha gente se movilizara para buscarlo y otorgarle ayuda.

Tras ello, Vanessa Farías Maya, periodista del medio, lo buscó nuevamente para entrevistarlo formalmente y conocer la historia de su vida, la cual ha resultado bastante conmovedora.

En la entrevista, Miguel, quien menciona que prefiere que lo llamen Angie, narró que salió de Tabasco cuando tenía solo 6 años, debido a una situación con su padre que no quiso profundizar. Explicó que era del poblado Olcuatitán, ubicado en el municipio de Nacajuca, y que salió de ahí a bordo de un tráiler, que lo llevó hasta el lago de Texcoco.

Recordó que el chofer le dio un billete de 10 pesos y le prometió que cuando se volvieran a verse le iba a comprar su propio tráiler para que lo manejara, pero nunca más volvió a ver al señor.

Angie comentó que desde esa edad aprendió a sobrevivir sin hacerle daño a nadie, por lo que de Texcoco viajó hasta Salamanca, en Guanajuato, donde comenzó a trabajar en un asilo, llamado San Vicente, para personas de la tercera edad.

"Yo llegué y me metieron al área de lavandería. No había lavadoras. En las tinas yo bailaba, con toda la ropa, pipí, popó, de todos los días, de sábanas, bríncale y bríncale, y cámbiale el agua, y cámbiale el jabón y vuelve a lavar y tiende", recordó.

"Viví unos años muy felices ahí, estudié la primaria, y ahí me metía al sótano, porque ahí había una biblioteca, ahí me sentaba a devorar libros, tratando de aprender a leer bien, ahí agarré el gusto por los libros. Me devoraba los libros de Sor Juana Inés de la Cruz o Teresa de Ávila".

A los 16 años salió del asilo y se regresó a la Ciudad de México, luego se fue a Tijuana donde trabajó por dos meses para darle de comer a 90 puercos en un criadero en donde cobraba 10 pesos. Después se fue a vivir a Monterrey, donde conoció a Ana Bárbara, a quien le envió un mensaje:

"Y si me está viendo mi Altagracia, aquí sigo vivo, te dije que este loco no se raja. A ella la conocí en el jaripeo de Monterrey. Mi guapa, hermosa grupera, Ana Bárbara, fue mi gran amiga, y donde quiera que estés, te amo, chula, Ana Barbis, mi Altagracia".

Luego comentó, "Con ella viví experiencias muy hermosas, que lo que no viví en su momento de niñez, ella me los dio y recompensó a los 16 años, con mucho respeto, fue mi gran madre, después de la otra".

A ese mensaje, la cantante Ana Barbara respondió por medio de su cuenta de Instagram: "Mi querido Miguel Ángel, 'Angie', finalmente me llegó tu mensaje, lo cual agradezco mucho. Es difícil dirigirme a ti, porque sé que te reencontré después de una tragedia. Sin embargo, te reencontré, te volví a ver y para mí todos los seguidores, alguien en quien dejé un pedacito de amor en su corazón, pues es también un pedazo de mi alma", y le cantó la canción 'Fruta Prohibida'.

Su último destino antes de asentarse en la Ciudad de México fue en Nayarit, donde vendió pulseras que incluso regalaba. Ya en la capital comenzó a juntar y a vender las latas y botellas de plástico, que le dan el dinero suficiente para comer dos tacos de chile y sal, y un agua con Tang, lo necesario para que él sea feliz.

"La tristeza la llevo por dentro, pero esa nunca se me va a quitar. Porque hay cosas que el cerebro nunca olvida", explicó Angie, quien fue renuente de hablar del pasado con su familia.

Uno de los recuerdos de Miguel más lleno de magia es el que lo ocurrió una noche que llovió y granizó en la ciudad, pues se encontró con una bolsa llena de botellas, las cuales vendió, por las que obtuvo el dinero suficiente para comprar botana y un atole y con el cambió se metió a un café internet donde vio la película 'El coyote emplumado', de la India María.

Finalmente, reveló el sueño que quiere cumplir, "Mi sueño más grande, para retirarme ya, es un trabajo, estacionarme, un cuartito. Mi sueño siempre ha sido pasar mi día trabajando y ver la televisión".

Aunque de su familia no quiso hablar mucho, la periodista Azucena Uresti contactó con un hombre llamado Eusencio Córdova, quien aseguró que es hermano de Miguel Ángel, además relató que la última vez que lo vieron fue el 14 de agosto del 2015.

Pero sin duda lo más impactante fue que dijo que su familia pensaba que ya estaba muerto, pues ellos lo reportaron como desaparecido a las autoridades, y, quince días después la Fiscalía estatal les informó que habían encontrado un cuerpo con las características físicas de su hermano, pues tenía un tatuaje y una cicatriz, que aparentemente coincidían, lo único que no pudieron corroborar fue el rostro, pues ya no se podía distinguir.

Luego de verlo en las noticias, pues su historia se hizo viral, Eusencio y su familia quedaron sorprendidos. "Eso fue a lo que nosotros nos impactó demasiado. Lo dábamos por muerto, estábamos viendo la posibilidad de salir a la Ciudad de México para ir por él. Me enteré que le enseñaron una foto mía y no me reconoce que a la única que reconoce es a mi hermana Cristina. No lo queremos obligar a que venga. Si él no quiere venir, sus motivos tendrán".

Finalmente, le envió un mensaje, "Lo único que queremos es que él se comunique con mi madre, que le hable y que le diga, 'mamá estoy bien'. Me interesaría que él hablé con mi madre".

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