Los últimos judíos de Damasco regresan a su sinagoga, vestigio de su comunidad en Siria

Los últimos judíos de Damasco regresan a su sinagoga, vestigio de su comunidad en Siria

Jobar, un suburbio de Damasco que fue bombardeado sin cuartel durante la guerra, vuelve a ser accesible, tras el derrocamiento del régimen del presidente Bashar al Assad a principios de diciembre. La sinagoga Jobar, también conocida como Eliyahu Hanavi, es uno de los pocos monumentos religiosos que aún se mantienen en pie en una zona que antaño fue el hogar de una próspera comunidad judía milenaria.

La población judía de Siria disminuyó drásticamente tras la fundación de Israel en 1948. Hoy sólo quedan nueve judíos confesos en el país, según los datos del líder de la comunidad, Bakhour Chamntoub. La mayoría son ancianos, y se espera que no quede un solo judío en Siria en pocos años.

Chamntoub ha visitado recientemente la sinagoga por primera vez en 15 años. "Esta sinagoga significa mucho para nosotros", ha declarado a Associated Press, con la voz cargada de emoción. Aunque Chamntoub conocía los daños que había sufrido el templo, no estaba preparado para comprobarlos en persona: "Estoy francamente perturbado", expresa mientras observa la pila de escombros entre los que han desaparecido objetos valiosos, muchos probablemente saqueados.

Chamntoub, que ha pasado su vida en Siria, es uno de los pocos que mantienen abiertamente su fe en un país donde el sentimiento antiisraelí a menudo hace que esa apertura sea peligrosa. "Nunca he sufrido discriminación", comenta, explicando que otros judíos mantienen su identidad en privado por miedo a ser etiquetados como espías o colaboradores.

PUBLICIDAD

La sinagoga Jobar fue una vez el centro neurálgico de la vida judía en Damasco, donde Chamntoub y su comunidad rezaban los sábados, una práctica interrumpida por la guerra. La destrucción de la sinagoga es un doloroso recordatorio de la fragilidad de la comunidad. "Era un hermoso lugar religioso", dice Barakat Hazroumi, un musulmán que vivía cerca, recordando cómo ayudaba a los fieles judíos encendiendo velas en Shabat.

Los últimos guardianes de una comunidad milenaria

La historia de la comunidad judía en Siria abarca casi 3.000 años. Ésta comienza, según la leyenda, con la llegada del profeta Elías a Damasco. Después de la Primera Cruzada en 1099, alrededor de 50.000 judíos huyeron de Jerusalén y se establecieron en Damasco, conformando una parte significativa de la población de la ciudad.

A comienzos de la Edad Moderna muchos judíos llegaron desde España, tras la expulsión y posterior represión de la comunidad sefardí en España. A principios del siglo XX, la población judía de Siria ascendía a unos 100.000. Tras la creación de Israel, aumentaron las tensiones y muchos judíos emigraron, sobre todo en el período posterior a 1948.

Bajo el régimen de los Al Asad se permitió a los judíos practicar su fe, pero se impusieron restricciones de viaje para evitar la emigración, en particular a Israel. Estas se suavizaron a principios de la década de 1990, lo que provocó su diáspora definitiva.

Chamntoub ahora celebra la fiesta judía de Hanukkah solo en su casa, cocinando comidas vegetarianas y recibiendo paquetes de carne kosher de familiares que viven en el extranjero. "Soy judío y estoy orgulloso de serlo", dice, expresando su esperanza de que, con la caída de Al Assad, todos los sirios disfruten de más libertades.