Jorge López y los New York Mets: la moraleja para todos sobre la presión que cargan los atletas profesionales

El pitcher puertorriqueño Jorge López, fue puesto a disposición por los New York Mets tras arrojar su guante al público luego de ser expulsado. (Foto: Jim McIsaac/Getty Images)
El pitcher puertorriqueño Jorge López, fue puesto a disposición por los New York Mets tras arrojar su guante al público luego de ser expulsado. (Foto: Jim McIsaac/Getty Images)

Los New York Mets han sido un desastre, y el episodio con Jorge López es quizás el punto más bajo para una organización llena de problemas. López lanzó su guante al público tras ser expulsado ante Los Angeles Dodgers y luego puesto a disposición por el equipo tras un aparente malentendido en una entrevista.

Las acciones del serpentinero no fueron las más profesionales e, incluso, ameritaban una sanción. Pero conforme han avanzado los días pareciera que los Mets, y el mundo del beisbol, sobre reaccionaron ante un hombre que simplemente llegó a su límite a la vista de todos.

El miércoles fue uno de los peores días como profesional para el lanzador diestro de 31 años. Primero, permitió un cuadrangular masivo a Shohei Ohtani que le dio la ventaja a Los Angeles Dodgers de 9-3 en la octava entrada.

Ante Freddie Freeman, el siguiente bateador, se pidió la revisión de un swing arrepentido, y cuando el ampayer de tercera, Ramón de Jesús, indicó que Freeman no cruzó, López perdió la cabeza por completo.

De inicio, entró en una acalorada discusión con de Jesús, quien terminó expulsándolo. En su camino hacia el dugout, se desfajó la camisola y aventó el guante por encima de la red de protección, como souvenir a los aficionados.

Durante su estancia con los New York Mets, el relevista Jorge Lopez tuvo promedio de carreras limpias de 3.76 en 26.1 innings de labor. (Foto: Frank Jansky/Icon Sportswire via Getty Images)
Durante su estancia con los New York Mets, el relevista Jorge Lopez tuvo promedio de carreras limpias de 3.76 en 26.1 innings de labor. (Foto: Frank Jansky/Icon Sportswire via Getty Images)

Ya en el vestidor, atendió a la prensa y cuando le preguntaron si se arrepentía sobre aventar el guante, algo que el manager Carlos Mendoza calificó como inaceptable, el pitcher respondió de esta manera.

“No me arrepiento. Creo que haber sido peor compañerode equipo de toda la maldita MLB. Lo que tenga que pasar, pasará. Si me quieren aquí, aquí estaré” - Jorge López, pitcher

Desafortunadamente, hubo un error en la interpretación del entrevistador ante la brecha del idioma, y en lugar de compañero, se reportó que calificó a los Mets como el "peor equipo". Para el día siguiente, el puertorriqueño no solo fue puesto a disposición por la franquicia, sino que fue ampliamente criticado en el mundo del beisbol. Analistas destrozaron su "actitud" ylo señalaron como un mal problema en el vestidor.

Una vez que el equipo designó al veterano para salir del club, López encaró nuevamente a la prensa e intentó aclarar lo que dijo. El pelotero explicó que se refería a que se sentía como “el peor compañero de equipo” y que nunca fue su intención atacar a los otros jugadores de los Mets, pero el daño ya estaba hecho.

Es importante mencionar tambièn que esta no es la primera vez que un pelotero hace un berrinche. Solo esta semana, Bryce Harper destrozó un bat en el dugout de los Philadelphia Phillies, en una acción común. Incluso ahora, el exabrupto de Carlos Gómez despedazando la hielerea hace 5 años es un clásico. En la NBA, Patrick Beverley aventó un pelota a aficionados, y hace unos años Steph Curry golpeó a un espectador tras arrojar el protector bucal. Esas reacciones suceden en el deporte.

Jorge López ha sido un pitcher cumplidor, si bien poco espectacular a lo largo de su carrera. Con promedio de carreras limpias de 5.43 en 9 temporadas, no es una figura. Sin embargo, por momentos ha sido eficiente. En 2022 fue elegido para representar a los Baltimore Orioles en el Juego de Estrellas.

El originario de Caguas, no obstante, ha batallado a lo largo de su carrera con la presión. El año pasado, los Minnesota Twins le dieron una licencia de 15 días para trabajar en su salud mental después de que indicara que le costaba trabajo controlar su frustración cuando las cosas no iban bien dentro del diamante.

En los Orioles, López se integró de inmediato al ambiente familiar del club y era una de las figuras más queridas dentro del mismo, cuyo único tema de actitud era la presión que ponía sobre sí mismo.

Pero el principal problema para López ha sido la salud de su hijo, Mikael, quien cumplió los 11 años de edad ese mismo miércoles fatídico. Mikael padece de un extraño desorden que le causa molestías físicas y requiere visitar el hospital regularmente, así como una serie de trasplantes. Es imposible no considerar el peso que sentía sobre el montículo ese día.

Más allá de lo sucedido en el campo, los Mets como organización no ayudaron a López. Cuando el lanzador se enfrascó en la discusión con el ampayer, nadie se acercó para tranquilizarlo, o en su defecto, llamar la atención de los jueces. ¿En cuántas ocasiones se ha visto a Aaron Boone discutir con los ampayers y ser expulsado para evitar que alguno de sus jugadores salga del partido en los New York Yankees?

Si bien es cierto que López siguió discutiendo aún cuando Mendoza fue por él, no se ve que alguien intente tranquilizarlo. Para un jugador que suele poner tanta presión sobre sí mismo, contar con el respaldo de alguien más hubiera sido ideal.

Pero esa no fue la única falla de los Mets. En sus anteriores equipos, López ha sido reconocido como un buen compañero. Nunca ha tenido problemas en la casa club y ha sido particularmente exigente consigo mismo. Quizás el club pudo explorar lo que sucedía con el lanzador antes de explotar a medio partido, o manejar de una manera distinta su reacción.

Carlos Mendoza y los New York Mets pudieron actuar de una manera distinta ante el exabrupto de Jorge López. (Foto: Adam Hunger/Getty Images)
Carlos Mendoza y los New York Mets pudieron actuar de una manera distinta ante el exabrupto de Jorge López. (Foto: Adam Hunger/Getty Images)

Otro factor es que el pitcher estuvo frente a la prensa solo, sin el apoyo de algún compañero, representante del club o intérprete. Aunque el boricua suele dirigirse a la prensa en inglés, en una situación de tanta presión, es claro que hubo una falla en la comunicación -e interpretación- de sus palabras.

Es importante mencionar que en este último aspecto aficionados y prensa también juegan un papel importante. López fue criticado duramente por lo sucedido el miércoles y si bien, lo que pasó en el campo es reprobable, el rápido juicio a sus declaraciones, que además fueron parte de una falla en la comunicación, ha sido demasiado severa.

Sin lugar a dudas, Jorge se equivocó. Pero lo sucedido el miércoles fue un colapso atribuible a un hombre bajo una inmensa presión. Los Mets no lo respaldaron; los analistas no lo entendieron. Quizás sea el momento perfecto para recordar que nadie está exento de explotar en un día desastroso.

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