La gran interrogante de si pesará sobre Donald Trump una condena por un delito grave durante la campaña presidencial de 2024 pronto tendrá respuesta
La lista de testigos se va reduciendo. Se espera que los abogados presenten sus argumentos de clausura la semana próxima. Luego, el jurado de la ciudad de Nueva York se reunirá para decidir, en el primer juicio de lo penal contra un expresidente, si Donald Trump será un criminal condenado por un delito grave durante la campaña presidencial de este otoño.
El impacto político que tendrá una de las deliberaciones más trascendentales de un jurado en la historia de la nación no es predecible en absoluto.
“¿Quién sabe?”, opinó Mike Murphy, estratega republicano que ha sido un crítico franco de Trump desde hace tiempo. “La primera víctima de la política basada en la consigna ‘yo estoy bien, tú eres malo’ de nuestros días es la credibilidad institucional. Ya no vivimos en un entorno político que acepte hechos imparciales”.
De cualquier manera, ya sea que el veredicto se convierta en un punto de inflexión político o no, marcará un momento importante en la contienda.
Este caso es el único de las cuatro acusaciones formales en contra de Trump que se espera llegue a juicio y concluya antes del día de las elecciones, aunque los cargos de falsificar registros financieros en relación con el pago secreto a una actriz porno no sean tan graves como aquellos que acusan a Trump de intentar boicotear la transmisión pacífica del poder en 2020.
Es prácticamente una certeza que la base de seguidores de Trump no va a abandonarlo ahora. Lo que está menos claro es cómo procesarían un veredicto de culpabilidad los electores dudosos o algunos de los grupos de electores tradicionalmente demócratas (los votantes jóvenes, negros e hispanos) que recientemente han expresado una menor disposición a apoyar a Biden e incluso han considerado respaldar a Trump.
“Hemos analizado muchas encuestas que indican que una porción considerable del electorado abandonaría a Trump si lo condenan”, señaló Jim Margolis, estratega demócrata veterano y productor de anuncios. “Espero que sea cierto. Pero si el pasado puede darnos alguna indicación, no creo que podamos contar con que eso ocurra”.
El manual de estrategias políticas de Trump antes del veredicto está tan desgastado que es predecible.
La manera en que ha enfrentado varias investigaciones, juicios de lo civil y dos juicios políticos hace pensar que, en caso de ser absuelto o de que el jurado no llegue a un acuerdo, podría declarar su victoria sobre un Estado profundo que, a pesar de estar resuelto a acabar con él, terminó vencido. También da una idea de las tácticas que empleará, de ser declarado culpable, para intentar socavar la legitimidad del proceso: lo describirá como una farsa partidista diseñada para debilitar su candidatura, mensaje que tanto él como sus aliados no han dejado de propagar desde hace meses.
En términos trumpianos, con base en sus declaraciones previas, proclamará una “exoneración total” si lo declaran inocente y denunciará “interferencia electoral” si lo condenan.
En un comunicado, Steven Cheung, vocero de Trump, indicó que el equipo de Trump “combatirá y aplastará los juicios engañosos de Biden en todo el país”.
En general, la campaña de Biden ha evitado hablar directamente acerca del juicio para no dar más leña a las acusaciones incendiarias del Partido Republicano, de las que no ha dado ninguna prueba, sobre la responsabilidad de su administración en el caso de Nueva York. No obstante, su equipo político, que se negó a hacer comentarios, hizo alusión al juicio la semana pasada, pues empezó a vender camisetas con la consigna “Libre los miércoles”, el día que se suspende el juicio, después de que Biden propuso realizar debates.
La campaña de Trump, a la que se le dan los despliegues dramáticos y cuyo calendario de viajes se ha visto limitado debido al juicio, tiene programado un mitin enorme en el Bronx de Nueva York el jueves.
Alex Castellanos, estratega republicano veterano, comentó que el resultado del juicio que está a punto de concluir será un triunfo para Trump o una derrota para Biden.
“Una exoneración lo reivindicará”, dijo en referencia a Trump, “y un veredicto de culpabilidad lo convertirá en un mártir… y las religiones surgen de este tipo de situaciones”.
Castellanos explicó que Trump está protegido contra todas las acusaciones en su contra por su promesa de derrocar las instituciones y normas institucionales que mucha gente en el país cree que no le han hecho ningún bien.
“Puede agarrarles los genitales a las mujeres, puede decir ‘me gustan los héroes que no han sido capturados’ en alusión a John McCain, y podemos pensar que ha llegado su fin, que sufrirá las consecuencias”, explicó Castellanos. “¿Qué nos dice la historia? Que es cierto que puede dispararle a alguien en la Quinta Avenida y no sufrirá las consecuencias. Porque no se trata de él, sino de a quién quiere detener. La razón por la que puede comer criptonita es que fue electo para convertirse en la granada de mano que se introducirá por debajo de la puerta de la clase dirigente”.
Nadie ha hecho una campaña presidencial bajo la sombra de una declaración de culpabilidad; es una situación sin precedentes. Uno de los pocos casos prominentes de un político que fue incluido en una boleta electoral poco después de haber sido declarado culpable de un delito es el del exsenador Ted Stevens, que perdió la reelección por muy pocos votos solo unos días después de haber sido declarado culpable de siete cargos por delitos graves en 2008. La contienda fue tan cerrada que no pudo decidirse hasta que se contaron las boletas de los votantes ausentes.
Sin embargo, incluso en los días en que se ha desarrollado este juicio histórico, el 36 por ciento de los electores dijeron haberlo ignorado por completo o haberle puesto muy poca atención, según un estudio reciente de estados en disputa realizado por The New York Times/Siena College. En cuanto a los votantes independientes, que constituyen un grupo crucial, mostraron aún menos interés: el 45 por ciento indicó que no lo seguía o casi no le ponía atención.
Margolis, el estratega demócrata, afirmó que el ingrediente que ha faltado es tener cámaras de televisión en el tribunal.
“No hubo ninguna transmisión de televisión en vivo; tampoco se han visto videos del testimonio de Stormy ni cambios de plano en que aparezca Trump dormido”, comentó sobre Stormy Daniels, la mujer cuyo encuentro sexual con Trump, que él ha negado, ha sido el núcleo del caso sobre el pago secreto. “Esa es una razón muy importante por la que este juicio no ha causado conmoción en Estados Unidos”.
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