El Impenetrable: la comunidad que vive con temperaturas que superan los 45° y solo 50 watts de energía

En verano, la población del Impenetrable saca sus colchones a la intemperie para resistir el calor de la noche
En verano, la población del Impenetrable saca sus colchones a la intemperie para resistir el calor de la noche - Créditos: @Matías Avramow

NUEVA POMPEYA, Chaco.— Para dormir en verano, las familias que viven cerca del Parque Nacional El Impenetrable sacan los colchones a la intemperie. Todos hablan de las temperaturas máximas, que en casi toda la provincia pueden superar los 46°C. Pero en aquella región, las mínimas, las que llegan por la noche, rondan los 32°C y hacen imposible conciliar el sueño dentro de las viviendas de ladrillos rojos y techos de chapa.

De un tiempo para acá, la gente de la zona dice que el calor de ahora no existía antes. Y esto se confirma con datos. Tan solo hay que voltear a ver al último verano, uno en el que la organización científica Climate Central puso a la Argentina como el país que sufrió más anomalías de calor en toda la región; todo vinculado al cambio climático.

Es por eso por lo que hoy el hielo se convirtió en uno de los objetos más preciados. En algunos poblados, en donde la red eléctrica llega, los almacenes lo venden en botellas de plástico recicladas de dos o tres litros, a unos $1000. Por semana, una familia de cuatro personas puede llegar a comprar más de 15. No solo es crucial para tener agua fresca, sino para complementar la refrigeración de carne, leche y otros alimentos.

Aymara y Ailin viven en un paraje cercano a Nueva Población, dentro del Impenetrable chaqueño; con su familia, durante el verano duermen afuera para soportar el intenso calor
Aymara y Ailin viven en un paraje cercano a Nueva Población, dentro del Impenetrable chaqueño; con su familia, durante el verano duermen afuera para soportar el intenso calor - Créditos: @Matías Avramow

Dentro de las viviendas no hay ventiladores y mucho menos aires acondicionados. Y aunque los hubiera, no habría electricidad suficiente para que funcionen. Hasta hace unos diez años, las comunidades allí solo conocía la electricidad por los pueblos cercanos que la tenían. Para iluminarse, usaban un candil de kerosene o nafta que improvisaban con una ánfora y un grueso cordón de algodón.

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Al menos 532 familias alrededor del parque nacional siguen enfrentando las consecuencias de la falta de electricidad. Según un relevamiento de 2023 de la Fundación Rewilding Argentina, el 84% cuenta con paneles solares que apenas alcanzan para impulsar un ventilador, tres luces y, con suerte, cargar un celular. Todos ellos son beneficiarios del Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales (Permer), discontinuado al final de 2023 por el Gobierno de Javier Milei. Para los pobladores, es evidente que a pesar de este programa, el acceso a la energía sigue siendo precario. Hay personas incluso, que nunca tuvieron electricidad.

Existen tres tipos de acceso a la electricidad en esa zona. El más constante y potente es el de las personas que tienen conexión a algún tipo de red eléctrica. La energía de red puede provenir de generadores a gas que vienen de Nueva Pompeya, o de la gigantesca represa binacional Yacyretá. Después están los que tienen el Permer, que poseen un panel solar de 50 W. Unos pocos tienen generadores de diésel. Y por último, están los que no tienen ningún tipo de electricidad.

Los quitilipis

Los quitilipis son unos búhos pardos que habitan el norte argentino. Los ojos de estas aves son 100 veces más sensibles que los de un ser humano. Tienen un tejido que se llama tapetum lucidum y que los hacen especialmente reacios a la luz. No salen de día.

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Sabino Pole vive a 6 km de Nueva Pompeya. Él es wichí, vive solo, su casa es de ladrillo y su techo de chapa. Todavía viaja en bicicleta al pueblo para hacer una gran cantidad de cosas como cargar su celular. En tono de broma dijo que tanto él como sus vecinos son quitilipis: “Yo digo que lo somos porque es un ave que vive en la oscuridad, como nosotros”.

Sabino Pole se dedica a fabricar postes de madera para cableado y también para bardas; en ese lugar ha vivido toda su vida
Sabino Pole se dedica a fabricar postes de madera para cableado y también para bardas; en ese lugar ha vivido toda su vida - Créditos: @Matías Avramow

A la casa de Sabino nunca le llegó un cableado de la red a pesar de vivir tan cerca de uno de los pueblos electrificados de la zona. Cuando baja el sol, la casa de Sabino se oculta en el extenso campo sin luz que lo rodea. Lo único que tiene es una pequeña linterna que funciona a pilas triple A. Sabino cuenta que a pesar de que el Permer llegó a casas de parajes cercanos, con él jamás hablaron; tampoco con a sus vecinos.

¿Un programa para la transición?

Según el relevamiento realizado por Rewilding Argentina, en 2023 había 592 viviendas habitadas e instaladas hasta a 30 km a la redonda del Parque Nacional El Impenetrable. Las personas que viven en 532 de ellas, aceptaron ser entrevistadas para este trabajo. Los resultados apuntan a que 84% de la población allí son beneficiarios del Permer y un 7% tiene otro tipo de panel fotovoltaico. Después hay otro 7% que está conectado a la red eléctrica y un 6% que tiene un generador a base de diésel. Hay que aclarar que algunas familias cuentan con más de un tipo de fuente eléctrica.

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Tanto los conectados a la red eléctrica como los que tienen generadores tienen menos problemas tanto con la potencia como con la permanencia de la energía.

El Permer comenzó en 1999, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, para ampliar el acceso eléctrico y fomentar la transición energética en zonas rurales aisladas. Instaló energías renovables en hogares, escuelas, redes comunitarias y proyectos productivos hasta diciembre de 2023, cuando el Gobierno de Milei dejó de ejecutar su presupuesto, financiado principalmente por un préstamo del Banco Mundial que se venía renovando desde el inicio de este proyecto gubernamental. LA NACION contactó al secretario de Coordinación de Energía y Minería de la Nación, Daniel González, para saber si tienen contempladas medidas para este sector de la población, pero al cierre de esta edición, no hubo respuesta.

En junio de 2023, la iniciativa contaba con 229.000 beneficiarios en 19 provincias. Se implementó en 13 miniredes comunitarias, más de 34.000 hogares, 671 escuelas, 836 instituciones públicas y 6860 usos productivos. En Chaco, específicamente en la región de El Impenetrable, llegó a comunidades criollas e indígenas casi 20 años después del inicio del programa. Y el tipo de paneles solares que se instalaron allí son de una potencia mínima.

 

Las heladeras en aquella región chaqueña funcionan a gas y en verano hay que cubrirlas con toallones húmedos y llenarlas de hielo, porque, con el impulso energético que hay, no pueden mantener suficiente frío. Benicio Méndez, que vive en un paraje cercano a Nueva Población, ni siquiera tiene una de esas, por lo que la comida perecedera debe guardarla en la casa de su padre, que vive cerca. Constantemente tiene que comprar hielo.

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Pero a Méndez no le importa tanto tener electricidad para que su heladera funcione, sino para poder comprar un torno y una sierra. Leonel, su hijo mayor, diseña figuras de madera con formas de animales que luego vende al turismo que llega al parque nacional. Además de las pocas cabezas de ganado que tiene, ese es de los pocos ingresos que llegan a la casa.

Este tipo de artesanías son las que Leonel Méndez aprendió a fabricar para vender a los turistas del parque nacional El Impenetrable
Este tipo de artesanías son las que Leonel Méndez aprendió a fabricar para vender a los turistas del parque nacional El Impenetrable - Créditos: @Matías Avramow

Según explica Luciano Gilardon, el último coordinador nacional del Permer, el equipo con el que cuenta la familia Méndez y el resto de los habitantes de la zona es el más pequeño de los que este programa de Gobierno ofrecía. “Cincuenta watts sirven para tres focos, cargar el celular y una radio. Venía también con dos linternas recargables”, describió en diálogo con LA NACIÓN.

Además de ese kit había otro, llamado “hogar” que tenía entre 200 y 300 W de potencia, lo que le permitía iluminar toda la casa y hacer funcionar aparatos “de camping” que funcionen a 12 W. “Tanto como para el más pequeño como para este kit llegaban sin inversor de corriente”, añadió el exfuncionario. Por inversor de corriente, Gilardon se refirió a un aparato que puede convertir la corriente de 12 W a 220. Sin embargo, una heladera o un ventilador grande no arrancarían aún con ese aparato; necesitarían un panel más grande.

Según Gilardon, cada provincia elige su paquete según los costos de mantenimiento, que en general son cubiertos por las administraciones provinciales. Lamentablemente, un panel solar de 50 W no basta para una heladera, herramientas de trabajo o un ventilador que no sea de escritorio. El exfuncionario admitió que, aunque el programa hablaba de impulsar la “transición energética”, al inicio no buscaba el desarrollo social, sino brindar un servicio inexistente en zonas aisladas. “Hay una diferencia abismal entre tener luz y no tener”, destacó.

Eso es claro para Veda Palavecino, que vive muy cerca del paraje de Nueva Población. Cuando LA NACIÓN la visitó, el termómetro marcaba 38°C. Estaba sentada, cebando mates con agua helada en una botella envuelta en un repasador. También tiene el panel del Permer, solo que la batería que debería almacenar la energía solar no es la que vino con el kit. En su lugar tiene una de auto usada que alcanza para encender un solo foco que dura dos horas en la noche. Ella teje bajo aquel foco por el tiempo que la batería salitrada lo permita.

Veda Palavecino es una de las decenas de mujeres tejedoras en esta zona de Chaco; como todos allí, duerme afuera durante el verano
Veda Palavecino es una de las decenas de mujeres tejedoras en esta zona de Chaco; como todos allí, duerme afuera durante el verano - Créditos: @Matías Avramow

Palavecino forma parte de un grupo de mujeres tejedoras que impulsó Rewilding Argentina en la zona y que, como el caso de Leonel, busca producir artesanías para vender a los turistas que lleguen. Se queja de que en el día, el calor entorpece su trabajo y que la noche sería el momento ideal para hacerlo. “Pero no pago la mensualidad del Permer, por eso ya no me cambian la batería”, explicó.

En realidad, la población no paga el servicio a Premer, sino a la empresa distribuidora de energía que cada provincia elige como la que dará mantenimiento a todos los kits del programa. En este caso, es la Cooperativa de Provisión de Servicios Públicos Norte Chaqueño ltda., ubicada en Juan José Castelli, aproximadamente a 150 km de la casa de Palavecino.

Cada mes, todas las familias que cuentan con estos paneles solares deberían pagar 13.200 pesos por el mantenimiento y el eventual reemplazo de baterías. Sin embargo, varios usuarios dejaron de abonar hace mucho. Alegaron que hay demoras en la atención de hasta dos meses. En muchos casos, decidieron comprar una batería propia y ahorrarse el monto mensual.

La cooperativa confirmó que muchos usuarios, especialmente en la zona cercana al parque nacional, dejaron de pagar el servicio, principalmente por su costo y por desconocer la obligación de pago, acumulando deuda. Aunque la cooperativa admite demoras en la atención durante la pandemia, asegura que ya fueron resueltas. Sin embargo, los habitantes entrevistados destacaron que las fallas operativas persisten. Las personas están desesperadas por una corriente constante y suficiente, es por eso que más que un panel, buscan que instalen un tendido eléctrico.

La espera por los cables en el cielo

A finales de septiembre de 2022, la administración del exgobernador de Chaco, Jorge Capitanich (PJ) otorgó licitaciones a dos empresas para llevar la red eléctrica a los parajes cercanos a la ruta provincial 3 en dos tramos: uno desde Juan José Castelli hasta La Armonía y otro desde Nueva Pompeya hasta Nueva Población.

Hoy, desde el sur, se ven postes con cables que llegan casi hasta La Armonía, pero sin conexión ni corriente. Desde el norte, la situación es peor: solo hay postes sin cableado.

Benicio contó que había llegado Ignacio Sandoval a su paraje, un ingeniero y el jefe de la obra de tendido eléctrico encabezada por la empresa de energía, Electroluz. Uno de los dos proyectos licitados por el Gobierno de Capitanich.

Electroluz lleva a lo largo y ancho de todo el país con proyectos de infraestructura eléctrica. En este caso trabajaron hasta octubre de 2023. “Sandoval nos dijo que iban a ponerlo hasta nuestra casa, y luego salió con que no. Habían dejado el material, cerca de la ruta. Pero se llevaron todo”, describió Benicio.

De izquierda a derecha, Ailin, Roxana, Evelyn, Aymara, Benicio y Leonel Méndez
De izquierda a derecha, Ailin, Roxana, Evelyn, Aymara, Benicio y Leonel Méndez - Créditos: @Matías Avramow

Sandoval explicó a LA NACIÓN que para los últimos meses de 2023, en el proyecto del tramo norte se había avanzado al 42%. “La empresa ganó una concesión y había pagado todo el material por adelantado. Empezamos la obra en febrero y en octubre se paró porque el Gobierno de Coqui [sobrenombre de Capitanich] nos debía plata”, explicó.

Según Javier Fontana, gerente de la empresa, la obra costaba 806.987.656,68 pesos, equivalentes a 3.127.132 dólares en ese momento. “Sin embargo, este precio aumentaba conforme la inflación crecía. Ese ajuste nunca nos lo pagaron”, denunció. LA NACIÓN intentó contactar a la empresa responsable del otro tramo del cableado, sin éxito, aunque testimonios de la zona apuntaron a una situación similar.

En aquella época, el ministro de Energía y también de Infraestructura era Santiago Pons (PJ) quien aseguró que para ese proyecto se le otorgaron poco más 242 millones de pesos a la empresa Electroluz, lo que equivale a un 30% de la obra. Además, afirmó que se le pagó a la empresa los tramos certificados —los que se terminaron y que el Estado avaló— hasta octubre.

“Lo que el gobernador [de ese entonces, Capitanich] dijo es que no pagáramos nada en noviembre por la transición de Gobierno”, indicó. En cuanto a la deuda que Fontana dijo que el Gobierno tiene, Pons explicó que la redeterminación de precios —que se refiere a actualizar el monto a pagar ajustandolo a la inflación— le corresponde a la nueva administración. “El proceso de solicitud para esta redeterminación lleva tiempo, y ellos seguramente lo hicieron tarde”, detalló el exministro. Desde la empresa señalaron que hasta octubre enviaron nueve solicitudes y que no recibieron respuesta de provincia.

En julio de 2024, el Gobierno de Leandro Zdero (UCR) se reunió con los vecinos en Nueva Población. “Dijeron que no perdiéramos las esperanzas, que más adelante nos iban a instalar la luz. Hasta ahora nada nos pusieron”, recordó Benicio. LA NACIÓN contactó al subsecretario de Energía de Chaco, Joaquín Sabadini, pero no obtuvo respuesta sobre este tema.

Estos son los postes de madera que quedaron del proyecto de Electroluz
Estos son los postes de madera que quedaron del proyecto de Electroluz - Créditos: @Matías Avramow

Fontana explicó que el Gobierno provincial les comunicó que no tiene fondos para continuar las obras. También mencionó que la llegada de Zdero a la gobernación coincidió con la de Milei a la presidencia, lo que significó un ajuste a la provincia y a los proyectos en ella. Electroluz, según su gerente, mantiene un diálogo fluido con el Gobierno provincial y espera retomar el trabajo, aunque no será con el mismo proyecto planteado por Capitanich. “Lo que nos dijeron es que van a cancelar el proyecto hasta el tramo que terminamos en octubre. Ahí se cerraría la obra. El resto, en principio, van a licitarlo más adelante”, afirmó.

Hace unas semanas, vecinos cercanos a La Armonía vieron a trabajadores eléctricos que retomaron la obra que en 2023 había quedado abandonada; el tramo que va de Castelli a La Armonía. Los pobladores sospecharon que la electricidad solo llegaría al parque nacional porque las obras estaban empezando allí. Esta suposición provocó que los vecinos corrieran a los obreros de la zona.

El viernes 14 de marzo, Sabadini viajó a aquel paraje para hablar con los vecinos sobre la falta de obras y de energía eléctrica. Así lo confirmaron a este medio tanto Sabadini como varios de los habitantes de La Armonía. Según los vecinos de esta localidad, el actual Gobierno provincial había afirmado que la electricidad llegaría eventualmente, pero varios tramos de estas dos obras iniciadas durante la gestión de Capitanich seguirán congeladas por falta de fondos.

LA NACIÓN quiso confirmar esta versión con Sabadini, sin embargo, no recibió respuesta. Hasta ahora, ningún habitante cercano a El Impenetrable está conectado a la red eléctrica. Por su parte. Gilardon advirtió que los paneles del Permer están por llegar al final de su vida útil y, al no existir más el programa nacional, “el recambio es imposible de obtener desde el Gobierno nacional. Esa gente no podrá tener equipos nuevos en este momento, a menos de que la gestión provenga de la provincia o del sector privado”.

Este artículo fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina