Un hombre austriaco se amputa el pene con un hacha después de comer setas alucinógenas
Un hombre austriaco se amputó el pene con un hacha sin filo después de consumir una gran dosis de hongos alucinógenos y guardó los fragmentos en un frasco con tierra y nieve sucia.
Los médicos lograron volver a unir los fragmentos del pene después de desinfectarlos, según un informe sobre el caso extremo publicado en el 'Mega Journal of Surgery'. La psilocibina es un compuesto psicodélico natural que se encuentra en los hongos alucinógenos.
Una vez ingerido el compuesto, el cuerpo los convierte en psilocina, una sustancia química con propiedades psicoactivas que puede provocar alucinaciones, alterando la percepción del mundo y el estado emocional de la persona.
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Aunque suele utilizarse con fines recreativos, la psilocibina se ha convertido en un tema popular en la investigación médica. Se debate su posible uso para el tratamiento de trastornos mentales, como la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT), y actualmente se han completado o están en marcha 20 estudios para probarla en la Unión Europea.
Un estudio reciente publicado en 'Translational Psychiatry' descubrió que la sustancia era útil en el tratamiento de la depresión, ya que aumentaba el estado de ánimo positivo y aliviaba los patrones de pensamiento negativos, mientras que otro estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis documentó cómo la psilocibina podía afectar la percepción del espacio y el tiempo de las personas, haciéndolas más abiertas y flexibles.
Sin embargo, fuera de los entornos controlados de los laboratorios clínicos, la psilocibina puede ser potencialmente peligrosa, especialmente en aquellas personas con trastornos de salud mental preexistentes que causan psicosis.
Problemas psiquiátricos y de abuso de alcohol
El informe, realizado por el departamento de Enseñanza Académica del Hospital Feldkirch en Austria, detalla cómo el hombre caucásico, de 37 años, que tenía antecedentes de depresión y "abuso excesivo ocasional de alcohol", consumió cuatro o cinco hongos mágicos secos mientras estaba solo en su casa de vacaciones.
Poco después de que los hongos hicieran efecto, el hombre se cortó el pene en cuatro pedazos con un hacha, luego, en pánico, ligó el muñón con un paño y guardó los fragmentos cortados en un frasco.
Confundido y desangrándose, fue en busca de ayuda hasta que un transeúnte lo encontró y lo llevó a un pueblo cercano donde llegó una ambulancia, aproximadamente cinco horas después de que ocurriera el incidente.
El hombre no tenía un recuerdo claro de lo sucedido
Tras haber perdido una cantidad importante de sangre y encontrarse en estado crítico, el paciente fue sometido a una intervención quirúrgica. Según el informe, los médicos lograron salvar la punta del pene y 2 centímetros del cuerpo, volviéndolos a unir macroscópicamente.
La cirugía fue en gran medida un éxito, el paciente se curó bien y, cuatro meses después, informó que tenía "un buen flujo urinario y erecciones", aunque hubo que extirparle un tramo total de 5 cm y desarrolló una ligera complicación en forma de hipospadias coronal, en la que la uretra se abre más abajo de lo normal en el cuerpo del pene.
El hombre también fue puesto bajo cuidados psiquiátricos intensivos y se le administraron medicamentos después de seguir mostrando síntomas psicóticos y delirios religiosos.
Un incidente poco frecuente
En entornos controlados, se ha demostrado que la psilocibina es un fármaco terapéutico eficaz para determinadas afecciones de salud mental. Este es el primer caso notificado de autoamputación inducida por psilocibina o síndrome de Klingsor, una afección poco frecuente que implica la amputación del pene autoinfligida, según informó el 'Open Journal of Urology'.
Aunque este es un ejemplo extremo de los peligros de la psilocibina en un solo individuo, el informe de caso destaca los riesgos potenciales que tiene la droga cuando la consumen personas con afecciones mentales subyacentes más graves que implican la presencia de psicosis.
"La terapia con psilocibina se ha probado con éxito en pacientes con trastorno depresivo mayor. Sin embargo, además de sus efectos terapéuticos, en pacientes que consumen altas dosis de psilocibina, se han reportado experiencias de miedo y paranoia en hasta un 31% y un 17%, respectivamente", afirma el estudio.
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"Debido a la falta de protocolos sobre cómo manejar esta entidad poco común, informar estos casos es importante para ganar experiencia", concluye. Sin embargo, en su mayor parte, la investigación sobre drogas psicodélicas, cuando se usan en entornos controlados, sigue mostrando beneficios potenciales prometedores en las afecciones de salud mental.
Un estudio publicado en el 'Journal of Psychopharmacology', que analizó las reacciones adversas relacionadas con los hongos mágicos que dieron lugar a un tratamiento médico de emergencia, concluyó que tales incidentes eran poco frecuentes.
"Los hongos mágicos son sustancias relativamente inocuas y rara vez causan daño al individuo que los consume ni a otras personas. La mayoría de las reacciones adversas son de corta duración y su riesgo se puede minimizar con ciertas precauciones de seguridad".