La historia trágica de Ralph Yarl muestra todo lo que está mal en Estados Unidos

Estados Unidos vuelve a vivir una historia trágica. En lo que llevamos de 2023, más de 12.500 personas han muerto en el país a causa de la violencia con armas de fuego, según Gun Violence Archive, lo que da una media de más de 100 muertes diarias por este motivo. Ralph Yarl, un adolescente de 16 años, ha estado a punto de engrosar las cifras por una razón surrealista: llamar a la puerta equivocada.

En Estados Unidos, donde hay más armas que personas (330 millones frente a 400 millones), hace mucho tiempo que la vida individual no solo está en las manos propias, sino también en la arbitrariedad de los demás. Un encuentro equivocado puede terminar en el hospital o en la morgue. Bien lo saben las familias de las más de 20.000 personas que han mueren cada año por armas de fuego en el país.

Manifestaciones en Kansas tras el ataque a Ralph Yarl. (Photo by Chase Castor/Getty Images)
Manifestaciones en Kansas tras el ataque a Ralph Yarl. (Photo by Chase Castor/Getty Images)

Afortunadamente, no ha sido el caso de Ralph Yarl, aunque le espera una larga recuperación tras recibir dos disparos, uno de ellos en la cabeza. Su historia comienza el pasado 13 de abril por la noche cuando fue a recoger a sus hermanos pequeños, que estaban en casa de unos amigos en Kansas City. Hasta aquí algo que podría haber ocurrido en cualquier otro rincón del mundo.

El joven se equivocó de calle. En lugar de llamar al timbre del número 115 de Terrace, llamó al 115 de Street. Un simple error que en Estados Unidos, a veces, puede suponer la fina frontera entre la vida y la muerte. Sin mediar palabra, el propietario de la vivienda, Andrew Lester, de 84 años, disparó dos veces contra Yarl, pensando que alguien estaba intentando acceder a su vivienda. El joven ya ha sido dado de alta y ahora deberá recuperarse en su casa

Por desgracia, no se trata de un hecho aislado. Todos los años hay casos similares a este que demuestran que hay muchas cosas mal en la sociedad estadounidense. Pese a ser la primera potencia económica del mundo y una nación caracterizada por sus derechos y libertades, la seguridad de sus habitantes está muy relacionada con el uso que hagan de las armas los mismos. Algo impensable, por ejemplo, en los países europeos.

Lo primero que está mal es que cualquiera pueda tener un arma y hacer uso de ella, independientemente de los motivos. El único filtro que hay es que los portadores de ellas hagan uso del sentido común y no las utilicen de manera arbitraria. Algo que muchas veces no se cumple, causando víctimas inocentes. Es decir, para evitar este tipo de accidentes habría que controlar más las licencias de armas, pero el lobby armamentístico sigue teniendo mucho poder y la regulación brilla por su ausencia.

Lo segundo es el hecho surrealista en sí de que solo por llamar a tu timbre, hagas uso de un arma de fuego. Desde el mismo momento en el que se da por bueno que un arma se puede usar en defensa propia, estás abriendo la puerta a que cualquiera se pueda sentir amenazado en cualquier circunstancia. Una sociedad basada en la desconfianza mutua, en la que el miedo está muy presente, Y en la que se valora muy poco la vida humana, en el sentido en que es muy fácil perderla en cualquier mal encuentro.

Andrew Lester, el autor de los disparos. (Missouri Sheriff/Handout via REUTERS)
Andrew Lester, el autor de los disparos. (Missouri Sheriff/Handout via REUTERS)

Tampoco se pueden olvidar los motivos raciales. El racismo está presente a todos los niveles sociales y se puede apreciar en numerosos ejemplos. Desde el distinto trato de la policía a blancos o negros, hasta este caso en concreto. El atacante vio a Yarl como una amenaza simplemente porque era negro. Y su reacción instantánea, antes de siquiera preguntar, fue disparar ante el temor de ser robado. Suena crudo, pero es así. Ser negro está asociado en muchos lugares del país con ser un asaltante o delincuente.

Finalmente, ¿cómo es posible que una persona que ha intentado matar a otra no ingrese en prisión de forma inmediata? Lester se entregó a las autoridades unos días después del suceso y fue puesto en libertad bajo fianza horas después. Se le acusa de dos delitos: agresión de primer grado y acción criminal armada, pero ha quedado fuera el delito de odio. No cabe duda que una persona que tiene tan poco aprecio a la vida de los demás y actúa de una manera tan impulsiva, puede ser un peligro para la comunidad. Pero la realidad es que de momento sigue en su casa.

Tradicionalmente, se ha considerado a Estados Unidos como el país de las oportunidades, debido a que cualquiera que llega al país puede progresar y conseguir una de esas historias de éxito tan alimentadas durante años. Pero también se le debería considerar como el país donde la vida humana vale muy poco. Tan poco que incluso puedes morir simplemente por el error de llamar al timbre equivocado.

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