¿Cómo hacemos que los adolescentes disfruten de la Navidad en familia?

<a href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/latin-family-cooking-turkey-meat-christmas-2391390829" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:Marcos Castillo/Shutterstock;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">Marcos Castillo/Shutterstock</a>

La Navidad es la celebración que más refuerza la importancia de la familia en el bienestar psicológico a lo largo de la vida. Es probable que si nuestras relaciones familiares son cordiales, cercanas, y la familia es para nosotros una fuente de cariño y apoyo, las navidades sean fechas emocionantes y con connotaciones positivas. Si hay tensión, si las relaciones se han enfriado, o existen conflictos sin resolver, estas son las fechas que más los ponen de manifiesto: estamos estresados, incómodos, o deseamos que terminen.

Si las relaciones familiares nos influyen durante toda la vida, es durante la adolescencia cuando adquieren mayor importancia, porque protegen la salud mental en esta etapa determinante de la vida y pueden fomentar la resiliencia y el bienestar psicológico. Aunque el adolescente o la adolescente estén mucho más pendientes y volcados en sus relaciones de amistad, ya que esta es la etapa de la vida en la que necesitan experimentar relaciones sociales fuera del núcleo familiar, las relaciones familiares siguen siendo importantes en su bienestar psicológico.

Pero llegan las navidades y nos podemos encontrar con que aquellos niños (sobrinos, nietos, hijos o hijos de amigos) que tanto disfrutaban de nuestra compañía se muestren aburridos, aislados o directamente molestos con las reuniones “obligatorias” típicas de estas fechas. ¿Por qué? ¿Es inevitable?

La familia sigue siendo clave en la adolescencia

Disfrutar de tiempo juntos en familia y ser tratado de manera justa por la familia aumenta la satisfacción vital adolescente; por ejemplo: la frecuencia con la que los adolescentes llevan a cabo actividades en familia en su tiempo libre y la frecuencia con la que pueden compartir sus vivencias diarias con su familia favorecen el desarrollo positivo.

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Los días de Navidad suponen una oportunidad fantástica para alimentar el bienestar psicológico de los adolescentes, porque tenemos ocasión de compartir muchos momentos en familia. Partiendo del modelo de parentalidad positiva, son seis principios los que promueven el buen desarrollo adolescente y fomentan el bienestar biopsicosocial: vínculos afectivos cálidos, entorno estructurado, estimulación y apoyo al aprendizaje, reconocimiento del valor, capacitación y educación sin violencia.


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Estos principios se pueden aplicar también a las experiencias en familia durante la Navidad, y se pueden derivar claras indicaciones prácticas:

Demostrar cariño y gratitud

Durante las celebraciones navideñas tenemos una ocasión magnífica para demostrar nuestro cariño y gratitud. Las expresiones de los padres y madres son el mejor modelo para que los adolescentes sientan y expresen el amor por su familia.

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Aunque en Navidad pueden manifestarse estos afectos de manera tangible en forma de regalos (por ejemplo, en el día de Navidad o en el día de Reyes Magos) o en forma de cuidados (por ejemplo, preparando nuestras comidas favoritas para las cenas de Nochebuena o Nochevieja), podemos acompañar estas manifestaciones hacia los adolescentes con expresiones de cariño que recuerden lo importantes que son y lo mucho que les queremos.

Para los adolescentes, la Navidad puede ser buen momento para agradecer todo lo bueno que su familia hace por ellos.

Construir tradiciones compartidas

Las celebraciones navideñas implican ciertos ritos y prácticas habituales que se pueden ir sosteniendo el tiempo, favoreciendo en las familias un sentimiento de continuidad en el tiempo. Construir entre todos estas tradiciones permite a los adolescentes sentirse parte de una historia en común que vamos construyendo a lo largo del tiempo.

Esta estructura de prácticas compartidas puede ir ganando en flexibilidad y permitir la participación progresiva de los adolescentes, así como permitir un tiempo creciente para compartir con sus iguales.

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Entre estas tradiciones podemos incluir las reuniones con la familia extensa en el día de Nochebuena, la realización de acciones de voluntariado en familia, visitar las casas de nuestros familiares, participar en competiciones deportivas navideñas, cantar villancicos en familia o llevar un mismo jersey navideño.

Un papel activo en la familia

Para convertirse en adultos responsables y comprometidos con su familia y con su sociedad, los adolescentes necesitan recibir un rol activo en su propio desarrollo y un papel importante dentro de la familia. Durante las celebraciones navideñas, los adolescentes deben de sentirse parte de las decisiones, de la organización y de la realización de todas las tareas y actividades que desarrolle la familia.


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Así, los adolescentes pueden participar de tareas preparatorias de las celebraciones, como montar el árbol o el belén, la decoración del hogar o la elaboración de las comidas. La Navidad de una familia es la Navidad que esa familia construye y comparte, y es única e irrepetible en cada momento de la vida del adolescente.

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Tiempo de calma y comunicación

La Navidad está llena de buenos valores que sembrar en estas fechas e ir recogiendo a lo largo del año, para luego volver a ser renovados. Entre estos valores está la paz. En Navidad podemos volver a encontrarnos y descubrir que es más lo que une que lo que nos haya podido separar.

En estas fechas, debemos de regalar a los adolescentes tiempo sosegado en familia en el que poder reconciliarnos, expresar nuestras preocupaciones y nuestros deseos. Podemos permitirles espacios de diálogo en los que dar protagonismo a su voz y generar nuevos proyectos personales y para la vida en común de la familia en el próximo año.

Los adolescentes pueden así sentir que la familia se está construyendo entre todos y que no están solos, que estamos todos juntos ante las dificultades o desafíos que puedan encontrar.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.

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Diego Gómez-Baya no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.