Golpe para Boeing: los astronautas varados en la Estación Espacial recién regresarán en febrero y con SpaceX

En esta fotografía proporcionada por la NASA, los astronautas de Boeing Crew Flight Test Butch Wilmore, a la izquierda, y Suni Williams posan para un retrato dentro del vestíbulo entre el puerto delantero del módulo Harmony de la Estación Espacial Internacional y la nave espacial Starliner de Boeing el 13 de junio de 2024
En esta fotografía proporcionada por la NASA, los astronautas de Boeing Crew Flight Test Butch Wilmore, a la izquierda, y Suni Williams posan para un retrato dentro del vestíbulo entre el puerto delantero del módulo Harmony de la Estación Espacial Internacional y la nave espacial Starliner de Boeing el 13 de junio de 2024

CABO CAÑAVERAL.- La NASA decidió el sábado que es demasiado arriesgado traer a dos astronautas de regreso a la Tierra en la nueva cápsula de Boeing, que tuvo varios problemas, y que tendrán que esperar hasta febrero del año próximo para volver con la empresa privada SpaceX.

Según la agencia espacial estadounidense, los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, que inicialmente habían partido en junio para una misión de ocho días, completarán finalmente unos ocho meses en la Estación Espacial Internacional (EEI). Regresarán a la Tierra a bordo de una misión de SpaceX, empresa del magnate Elon Musk, en febrero.

Los experimentados pilotos están varados en la EEI desde principios de junio. Una serie de fallas en los propulsores y fugas de helio en la nueva cápsula estropearon su viaje a la estación espacial, y terminaron en una larga espera mientras los ingenieros realizaban pruebas y debatían qué hacer con el viaje de regreso. Después de casi tres meses, la decisión finalmente llegó de los más altos rangos de la NASA este sábado.

La cápsula Starliner, de Boeing, vacía se desacoplará a principios de septiembre e intentará regresar en piloto automático. Como pilotos de prueba de Starliner, la pareja debería haber supervisado esta última etapa crítica del viaje, con aterrizaje en el desierto de Estados Unidos.

“Un vuelo de prueba por naturaleza no es ni seguro ni rutinario”, dijo Bill Nelson, director de la NASA. “Y por eso la decisión... es un compromiso con la seguridad”.

“No ha sido una decisión fácil, pero es absolutamente la correcta”, añadió el administrador asociado de la NASA, Jim Free.

La realidad es que había pocas opciones para el regreso. La cápsula SpaceX actualmente estacionada en la estación espacial está reservada para los cuatro residentes que han estado allí desde marzo. Regresarán a fines de septiembre. Su estadía se extendió un mes por el dilema de Starliner. La NASA dijo que no sería seguro meter a dos más en la cápsula, excepto en una emergencia.

La cápsula rusa Soyuz acoplada está aún más apretada, ya que sólo puede llevar a tres personas, dos de ellas rusas que terminan una misión de un año.

Así que Wilmore y Williams esperarán al próximo vuelo de taxi de SpaceX, que está previsto que se lance a finales de septiembre con dos astronautas en lugar de los cuatro habituales para una estancia rutinaria de seis meses. La NASA retiró a dos personas para hacer lugar a los astronautas en el vuelo de regreso a finales de febrero.

La NASA dijo que no se consideró seriamente pedir a SpaceX un rescate rápido e independiente.

Problemas para Boeing

Esta decisión representa un nuevo golpe para Boeing, que se suma a las preocupaciones de seguridad que afectan a la compañía en el sector aeronáutico. Boeing había contado con el primer viaje de la tripulación de Starliner para reactivar el problemático programa después de años de retrasos y costos en aumento. La compañía había insistido en que Starliner era seguro basándose en todas las pruebas de propulsores recientes, tanto en el espacio como en tierra.

Boeing no participó en la conferencia de prensa del sábado de la NASA, pero emitió un comunicado: “Boeing continúa centrándose, ante todo, en la seguridad de la tripulación y la nave espacial. Estamos ejecutando la misión según lo determinado por la NASA, y estamos preparando la nave espacial para un regreso seguro y exitoso sin tripulación”.

Wilmore, de 61 años, y Williams, de 58, capitanes retirados de la Marina con experiencia previa en vuelos espaciales de larga duración, anticiparon sorpresas cuando aceptaron el viaje de prueba de una nueva nave espacial, aunque no en esta medida.

Williams y Wilmore viajaron a la Estación Espacial en el Starliner de Boeing que se lanzó el 5 de junio de este año
Williams y Wilmore viajaron a la Estación Espacial en el Starliner de Boeing que se lanzó el 5 de junio de este año

Antes de su lanzamiento el 5 de junio desde Cabo Cañaveral, Florida, dijeron que sus familias habían aceptado la incertidumbre y el estrés de sus carreras profesionales hace décadas. Durante su única conferencia de prensa orbital el mes pasado, dijeron que confiaban en las pruebas de los propulsores que se estaban realizando. No tenían quejas, agregaron, y disfrutaron de colaborar con el trabajo de la estación espacial.

La esposa de Wilmore, Deanna, se mostró igualmente estoica en una entrevista a principios de este mes con WVLT-TV en Knoxville, Tennessee, su estado natal. Ella ya se estaba preparando para una demora hasta el próximo febrero: “Simplemente hay que aceptarlo”.

Los problemas de Starliner comenzaron mucho antes de su último vuelo.

Un software defectuoso arruinó el primer vuelo de prueba sin tripulación en 2019, lo que provocó una nueva prueba en 2022. Luego surgieron problemas con el paracaídas y otros problemas, incluida una fuga de helio en el sistema de propulsión de la cápsula que frustró un intento de lanzamiento en mayo.

Boeing suma problemas tanto en el sector aeronáutico como el espacial
Boeing suma problemas tanto en el sector aeronáutico como el espacial - Créditos: @Ted S. Warren

Finalmente, se consideró que la fuga era aislada y lo suficientemente pequeña como para no representar un problema. Pero surgieron más fugas después del despegue y cinco propulsores también fallaron. Todos menos uno de esos pequeños propulsores se reiniciaron en vuelo. Pero los ingenieros siguen perplejos sobre por qué algunos sellos de los propulsores parecen hincharse, obstruyendo las líneas de propulsión y luego vuelven a su tamaño normal.

Estos 28 propulsores son vitales. Además de ser necesarios para el encuentro con la estación espacial, mantienen la cápsula apuntando en la dirección correcta al final del vuelo mientras los motores más grandes dirigen la nave fuera de la órbita. Llegar torcidos podría resultar en una catástrofe.

Con el desastre del Columbia todavía fresco en muchas mentes (el transbordador se rompió durante el reingreso en 2003, matando a las siete personas a bordo), la NASA abrazó un debate abierto sobre la capacidad de regreso de Starliner. Las opiniones disidentes fueron reprimidas durante el vuelo condenado del Columbia, al igual que durante el del Challenger en 1986.

Agencias AP y AFP