En Francia, la difícil campaña de la alianza de Macron en las elecciones europeas

El primer ministro de Francia, Gabriel Attal, en un debate en la Asamblea Nacional, en París, el 3 de junio de 2024 (Ludovic Marin)
El primer ministro de Francia, Gabriel Attal, en un debate en la Asamblea Nacional, en París, el 3 de junio de 2024 (Ludovic Marin)

"¡Nada está decidido!". En la recta final de la campaña de las elecciones europeas, la alianza del presidente centrista Emmanuel Macron busca frustrar los pronósticos que le auguran en Francia un duro revés, ante una extrema derecha en posición de fuerza.

Macron, que llegó al poder en 2017 con una imagen de líder europeísta y liberal, se juega perder influencia en la Unión Europea y ensombrecer el final de su mandato que termina en 2027, en caso de fuerte victoria de la ultraderecha.

"Debemos movilizarnos. Los próximos siete días serán decisivos porque la mayoría de nuestros conciudadanos aún no ha tomado su decisión", aseguró el sábado su primer ministro, Gabriel Attal, en un intento de motivar a su electorado.

El reto parece difícil. Un sondeo del instituto Ipsos publicado el lunes sitúa en cabeza al candidato ultraderechista Jordan Bardella con un 33% de intención de voto, por delante de la oficialista Valérie Hayer (16%) y del socialdemócrata Raphaël Glucksmann (14,5%).

"Hayer está evidentemente vinculada a Emmanuel Macron y al gobierno, que son claramente impopulares en este momento", explica a la AFP Mathieu Gallard, director de estudios de Ipsos.

Además, el partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) logró imponerse desde 2022 como la "principal fuerza de oposición", ante una izquierda dividida, y Macron "no logró explicar" qué "rumbo" quiere dar a su actual segundo mandato, abunda el experto.

- "¡Nada está decidido!" -

El deseo de remontada sobrevolaba no obstante el último gran mitin de campaña de su alianza centrista "Besoin d'Europe" (Necesidad de Europa) el sábado en Aubervilliers, al norte de París con Attal y Hayer, actual eurodiputada de 38 años y poco conocida.

"Hasta el último cuarto de hora, ¡nada está decidido! Hagamos lo que sabemos hacer: ¡Campaña! Campaña entre todos los franceses, en los mercados, en las estaciones, en sus puertas y buzones", jaleó la candidata a los 2.500 simpatizantes presentes.

Pero sobre el terreno, sus militantes se enfrentan también a la indiferencia de los electores, muchos de los cuales no dudan en expresar abiertamente el apoyo al candidato de extrema derecha, algo inimaginable años atrás.

"La gente te dice sin complejos mirándote a los ojos que va a votar Bardella", explica a la AFP Laura Ruano, una militante del partido de Macron de 54 años, mientras reparte octavillas en un mercado de un barrio acomodado de París, donde suelen ganar.

En una mañana gris de principios de junio, Ruano y otros seis militantes, acompañados del diputado oficialista Sylvain Maillard, buscan superar el "interés relativo" de los electores por estos comicios.

"Nuestro objetivo de aquí al final de la campaña es decir lo importante que es Europa para movilizar", asegura a la AFP Maillard.

Pero la principal preocupación que expresan los ciudadanos, según Ruano, es la "seguridad". "Ya no hay autoridad", dice a Maillard un hombre, que lleva gorra y dos 'baguettes' en la mano.

"Todos en mi edificio votarán por Bardella. Estamos ya hartos. Les van a dar una paliza el domingo", agrega el viandante, pese a los esfuerzos del diputado por desmontar el programa del candidato ultraderechista.

- "Mansplaining" -

Para intentar invertir la tendencia, Attal y Macron multiplicaron sus entrevistas en medios de comunicación e incluso el primero aceptó un debate cara a cara con Bardella, causando la indignación del resto de la oposición.

El malestar aumentó el lunes cuando el primer ministro irrumpió en una entrevista a la candidata Valérie Hayer y durante varios minutos habló en lugar de ella, una actitud calificada de "mansplaining" (condescendencia machista), por la candidata izquierdista Manon Aubry.

La oposición también denunció la entrevista en horario de máxima audiencia que el presidente francés debe conceder el jueves con motivo del 80º aniversario del Desembarco de Normandía, a solo tres días de que los franceses acudan a las urnas.

Vista la implicación de ambos en la campaña, un "mal resultado" de Hayer podría "debilitar" a Attal, nombrado primer ministro en enero como "el arma anti-Bardella", y a Macron, cuya influencia podría "reducirse" en la UE y tendría complicado aprobar leyes en Francia, según Mathieu Gallard.

De cumplirse los sondeos, RN podría situarse entre los primeros partidos en número de eurodiputados en el Parlamento Europeo. Muchos temen que esto allane el camino a la llegada al poder de su líder Marine Le Pen en Francia en 2027.

"Me da miedo 2027. Si ella llega al poder, no sé qué pasará", asegura Martine, una jubilada de 67 años en Aubervilliers, quien dice "no atraverse" a pronunciar el nombre de Le Pen y quien asegura que votará por Hayer para "frenar" a la ultraderecha.

tjc/zm