Faustino Oro y otra actuación que asombra al mundo del ajedrez
Faustino Oro, el niño argentino de 10 años que asombra al mundo del ajedrez, sigue rompiendo récords y cosechando éxitos impropios para su edad. En el torneo Continental que se disputó en Medellín, Colombia, logró su segunda norma de maestro internacional. Tiene que obtener una tercera norma para conseguir el título definitivo. Además, si lo hace en los próximos dos meses, será el más joven de la historia en conseguirlo.
Oro terminó el torneo invicto, fue el mejor jugador argentino del mismo; en la última ronda derrotó, jugando una partida ejemplar, al gran maestro alemán Georg Meier, que juega bajo bandera uruguaya y es el cuarto jugador en el ranking absoluto latinoamericano. En la tabla final de posiciones vemos que ganó el torneo el colombiano Roberto García Pantoja, con 9 ½ sobre 11 puntos posibles, y luego hubo un empate masivo entre el segundo y el onceavo, todos con 8 ½ ; entre ellos quedó Faustino Oro, que ocupó el octavo puesto final según la aplicación del sistema de desempate. Pero siempre hay que tener en cuenta que siempre estamos hablando de un niño de diez años que está compitiendo contra adultos.
El Continental es un torneo importante porque clasifica a los cuatro primeros a la Copa Mundial, que es un torneo del circuito del campeonato del mundo. Examinando las partidas de Faustino se hace patente que ya mismo tiene un nivel de juego de gran maestro.
Gran madurez para tomar decisiones durante las partidas. Excelente estilo posicional, también insólito para su edad, porque en general los niños talentosos tienen un estilo táctico y atacante, lo que conlleva defectos posicionales, pero Faustino no tiene esos defectos. En este torneo jugó once partidas, de las cuales ganó seis y empató cinco. Tiene una muy buena preparación teórica en las aperturas, por lo que también habrá que dar crédito a sus entrenadores, pero además, y esto hay que recalcarlo, posee un notable criterio para orientarse en la fase más difícil del ajedrez: la transición entre la apertura y el medio juego.
Siempre elige buenos planes y conduce las diferentes posiciones con seguridad. Sólo tuvo una posición delicada de defender en la partida ante el gran maestro cubano Omar Almeida, pero lo hizo con precisión y sangre fría. ¿Qué esperar de este chico? Por lo pronto, Argentina nunca tuvo un ajedrecista tan prometedor. Hemos tenido en el país unos cuantos talentos juveniles, pero ninguno de esta magnitud. Dado que progresa a pasos agigantados, creo que será el mejor jugador argentino absoluto en cuestión de poco tiempo, digamos cuando tenga doce años. Y luego habrá que ver cuánto tarda en llegar a la élite de los 20 mejores del mundo, que ese es un camino espinoso, pero muy a su alcance.
Pero también hay que decir unas palabras acercar de otros participantes argentinos en el Continental. La mayoría de los mejores ranqueados de nuestro país no se hizo presente en la justa. Probablemente, debido al alto costo económico que implicaba participar en el torneo. De quienes fueron, María José Campos, de 25 años, campeona nacional, tuvo un desempeño brutal. Hizo una norma de gran maestra femenina, y venció a dos grandes maestros varones, Alexander Shabalov, de USA, y Osvaldo Zambrana, de Bolivia. Subirá muchos puntos en su ranking Elo. Es una jugadora muy combativa y se puede decir que en este torneo la rompió.
Llan Schnaider tiene 12 años, es otro talento brillante de nuestro ajedrez joven, y también probablemente dará mucho que hablar en el futuro, pero esta vez una derrota de última ronda le privó de las marquesinas. También tuvo una buena performance nuestra número uno femenina, Candela Francisco. Venció al gran maestro brasileño Yago Moura, pero, lo mismo que Schnaider, una derrota de última ronda le privó de un mejor corolario. Sin embargo, hayan ganado o perdido, ellos y ellas juegan muy bien y tengo la esperanza concreta que en pocos años llevarán al ajedrez argentino a los primeros lugares del mundo.
La partida de Faustino Oro ante Georg Meier
En la jugada 27 (posición del diagrama) sacrifica un caballo que recupera de inmediato, para estragar el enroque adversario. La jugada final es una sutileza ya que, si las negras capturan la torre con la dama, entonces las blancas dan jaque en h7 con la dama y luego capturan la dama adversaria. Una partida impecable de principio a fin.
Oro, Faustino (2351) - Meier, Georg (2607)
1.e4 e6 2.d4 d5 3.e5 c5 4.c3 Cc6 5.Cf3 Ad7 6.Ae2 Cge7 7.0–0 cxd4 8.cxd4 Cf5 9.Cc3 Tc8 10.Ag5 Db6 11.Ca4 Da5 12.Ad2 Ab4 13.Axb4 Dxb4 14.a3 De7 15.Cc3 a6 16.Dd2 0–0 17.Tad1 Ca7 18.Ad3 Ab5 19.Cxb5 Cxb5 20.Df4 Dd7 21.h4 h6 22.h5 Ce7 23.Tfe1 Ca7 24.Ch2 Cac6 25.Cg4 Cf5 26.Ab1 Cce7