Estos tiburones sobrevivieron casi 20 años en el lago de un campo de golf
Llegaron con unas inundaciones y sobrevivieron en agua dulce
Allá por los noventa, en las portadas de muchos periódicos de todo el mundo apareció una noticia a medio camino entre el asombro y la incredulidad. Los socios y jugadores de un campo de golf en Australia comenzaron a alertar de la presencia de tiburones en un pequeño lago junto al hoyo 14. Parecía una leyenda urbana y los jugadores bromeaban diciendo “no vayas a recoger la pelota perdida en el lago si quieres conservar el brazo”.
Sin embargo, la noticia resultó ser verdadera y la confirmación de su presencia en aquel insólito lugar dio lugar a cuestiones científicas muy interesantes: ¿Cómo llegaron allí?, ¿Cuánto tiempo han estado?, ¿Cómo han sobrevivido durante años en un entorno de agua dulce? ¿Qué mecanismos fisiológicos han aflorado para esta extraña adaptación?
Algunas de estas cuestiones podrían tener respuesta gracias a un estudio publicado la revista Marine and Fishery Sciences en 2023 en el que investigadores de la Ruhr-Universität Bochum repasan la historia y analizan la poco estudiada capacidad del tiburón toro para soportar condiciones de baja salinidad.
Nos trasladamos a Australia, al año 1996. Intensas lluvias provocan importantes inundaciones por todo el país. Entre las áreas afectadas se encontraba un campo de golf cerca de Brisbane, próximo a los ríos Logan y Albert que, tras serpentear durante unos 70 kilómetros, terminan desembocando en el océano. Esas aguas subtropicales de la costa australiana son el hábitat de una nutrida población de tiburones toro (Carcharhinus leucas) que nadaron río arriba hasta acabar en el lago del campo de golf que normalmente se encuentra aislado del canal principal del río. Cuando las inundaciones cesaron y el agua se retiró, los tiburones quedaron atrapados en el lago.
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Se contabilizaron un total de seis tiburones que se alimentaban de los peces del lago y de los numerosos regalos que los golfistas y los operarios del campo de golf les arrojaban. Se convirtieron en la mascota no oficial del lugar y vivieron durante años sin aparentes problemas… hasta 2016. En aquel año los avistamientos de tiburones en el lago cesaron repentinamente. La desaparición de los tiburones toro se debió seguramente a la pesca de algunos furtivos que quisieron guardar un trofeo en sus vitrinas. Aun así, los 17 años que aquellos tiburones habitaron el lago de Brisbane suponen un sorprendente récord de adecuación al agua dulce. Conocíamos la capacidad de tiburones toro para sobrevivir durante breves periodos de tiempo en aguas de baja salinidad pero aquella estancia cambió la idea preconcebida que teníamos sobre ellos y los expertos empezaron a considerar la posibilidad de que pudieran vivir indefinidamente en agua dulce.
Ese es precisamente el punto más destacado del estudio publicado y, tal y como afirman los autores, “proporciona información sobre la presencia de tiburones toro durante 17 años, lo que representa la duración ininterrumpida más larga en un ambiente de baja salinidad que jamás se haya registrado en esta especie”.
Contactamos con Juan Ignacio Pérez, biólogo y catedrático de fisiología animal en la Universidad del País Vasco, para intentar descifrar los mecanismos que operan en este curioso caso. “Los autores han adelantado que la clave de la adaptación de estos tiburones a la vida en agua dulce radica en el trabajo que hacen los riñones y las glándulas rectales. En elasmobranquios marinos, los riñones han de producir una orina de alta concentración salina pero tienen limitaciones, por lo que hacen uso de las glándulas rectales para evacuar el exceso de cloruro de sodio”, explica el catedrático. “Ya se sabía que en los especímenes de tiburones Carcharhinus leucas de agua dulce esas glándulas son más pequeñas y están alteradas (sufren una especie de regresión) en comparación con las de los ejemplares marinos. Eso quiere decir que los de agua dulce apenas eliminan sales por esa vía. Además, lo más probable es que sus riñones produzcan una orina con muy poca sal, porque la transportan de la orina a la sangre antes de evacuar aquella”.
Por otro lado, Juan Ignacio Pérez también indica que “dado que una parte importante de las sustancias disueltas en la sangre de los elasmobranquios corresponde a la urea, sospecho que otro mecanismo que utilizan consiste en eliminar casi toda esa urea de la sangre. Es lo que hacen los elasmobranquios de agua dulce que se conocen. De esa forma han de hacer menos trabajo para retener sal y evitar perderla porque la diferencia de concentración osmótica entre la sangre y el agua dulce es menor”.
Más allá de la sorpresa y la curiosidad de tener tiburones nadando en un campo de golf, los propios autores del estudio señalan que “este suceso presenta no sólo otro registro ordinario de tiburón toro en un ambiente de baja salinidad, sino más bien un registro de importancia fisiológica y científica”. Son animales asombrosos y no importan la cantidad de documentales y estudios que se hayan realizado sobre ellos… siempre nos sorprenden.
Referencias científicas y más información:
Gausmann, Peter. «Whoʼs the Biggest Fish in the Pond? The Story of Bull Sharks (Carcharhinus Leucas) in an Australian Golf Course Lake, with Deliberations on This Speciesʼ Longevity in Low Salinity Habitats». Marine and Fishery Sciences, (2024) DOI:10.47193/mafis.3712024010105.
David Shiffman “Water Hazard. We’re scared of sharks. They should be scared of us” Slate
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