¿Y si hay un empate entre Harris y Trump?

¿Qué sucederá si ninguno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump, obtiene la mayoría de votos del colegio electoral necesaria para entrar en la Casa Blanca?

Según la Constitución, sería entonces el Congreso el encargado de designar al 47º presidente (o presidenta) de Estados Unidos. La recién elegida Cámara de Representantes elegiría al presidente y el Senado, al vicepresidente.

Esta situación se produciría si los dos candidatos empataran el martes en número de grandes electores, 269 a 269.

Varios escenarios de votación podrían dar lugar a este reparto de los 538 miembros del Colegio Electoral, el órgano que nombra a quien ocupará la Casa Blanca.

Uno de ellos se daría si la candidata demócrata ganara en los estados bisagra de Wisconsin, Michigan y Pensilvania y el republicano en Georgia, Arizona, Nevada, Carolina del Norte y un distrito de Nebraska tradicionalmente progresista.

Algo así nunca ha ocurrido en la historia moderna de Estados Unidos. Hay que remontarse a las elecciones presidenciales de 1800, que enfrentaron a Thomas Jefferson (Partido Republicano-Demócrata) y John Adams (Partido Federalista), para encontrar un empate en número de electores.

Cabe destacar que en este empate no participó Adams, sino los dos candidatos republicano-demócratas, Thomas Jefferson y Aaron Burr, que obtuvieron 73 votos cada uno.

Los comicios fueron anulados y la Cámara de Representantes tuvo que decidir entre los candidatos, eligiendo finalmente a Jefferson después de... 36 rondas de votación.

Esta compleja situación llevó a la adopción en 1804 de la 12ª enmienda constitucional, que completa el artículo 2 y detalla el procedimiento en caso de ausencia de mayoría en el colegio electoral.

En concreto, ¿cómo se desarrollaría esta votación en la Cámara el 6 de enero de 2025?

“Todos los estados, independientemente de su población, tienen derecho a votar”, dice el Servicio de Investigación del Congreso.

En otras palabras, la elección no se hace por cada representante, sino por delegación mayoritaria en cada estado: el pequeño Idaho (republicano) tiene un voto con sus dos representantes, al igual que la inmensa California (demócrata) a pesar de sus 52 delegados.

La federación estadounidense consta de 50 estados, por lo que la nueva mayoría a alcanzar sería de 26 votos. Los republicanos serían entonces favoritos para conservar la mayoría que actualmente detentan.