Elecciones en México | Las primeras definiciones de Sheinbaum y un grito que retumbó en las calles
CIUDAD DE MÉXICO.- Las calles se envolvieron con un solo grito: “¡Presi-den-ta! ¡Presi-den-ta! ¡Presi-den-ta!”. Claudia Sheinbaum hizo historia al conseguir anoche un triunfo contundente en las elecciones presidenciales de México que la llevó a lo más alto del poder, y ratificó, además, el rumbo establecido por el presidente Andrés Manuel López Obrador con un fuerte respaldo a su proyecto político izquierdista, la “cuarta transformación”. Las primeras definiciones de Sheinbaum reforzaron su compromiso con la continuidad del proyecto obradorista.
Gracias, gracias, gracias; no les voy a fallar. Vamos a avanzar con el Segundo Piso de la Cuarta Transformación. pic.twitter.com/vwXlA7w54X
— Dra. Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) June 3, 2024
“Vamos a ampliar el acceso a los derechos del pueblo de México; a la educación, a la salud, a la vivienda, a la cultura. Es decir, a seguir construyendo un verdadero Estado de bienestar”, dijo en su primer discurso como presidenta electa, en el búnker oficialista del Hotel Hilton, en el que prometió trabajar para un país " justo y más próspero”.
Y siguiendo la misma línea de López Obrador –a quien llamó “un hombre excepcional, único, que ha transformado para bien la historia de nuestro país”–, Sheinbaum prometió ampliar la infraestructura de trenes, carreteras, caminos, puertos, aeropuertos, promover la soberanía energética, las energías renovables, y aferrarse al principio de “no intervención” en la política exterior.
Ante los fuerte temores a una nueva hegemonía política en México que concentre el poder, socave las instituciones y la democracia, Sheinbaum dijo que quiere un México “plural, diverso y democrático”.
“Sabemos que el disenso forma parte de la democracia y aunque la mayoría del pueblo respaldó nuestro proyecto, nuestro deber es y será siempre velar por cada una y cada uno de los mexicanos sin distingos. Así que, aunque muchas mexicanas y mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz y en armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero”, definió.
“Somos demócratas y por convicción nunca haríamos un gobierno autoritario, ni represor”, prometió.
Sheinbaum, delfín de López Obrador, arrasó en la elección más grande de la historia. Sus primeros mensajes tuvieron la impronta de ser la primera mujer electa para la presidencia, pese a que la inseguridad era la preocupación principal en la mente de muchísimos mexicanos a la hora de dirimir la disyuntiva planteada en la elección: continuar con el proyecto político de López Obrador, la cuarta transformación en la historia del país, o volver a dar un volantazo y retornar a la senda marcada por los partidos tradicionales, el PRI, el PAN y el PRD, que se unieron contra el obradorismo. El propio López Obrador había planteado la elección como un plebiscito a su administración. Y, para los críticos de su gobierno, el futuro de la democracia mexicana estaba en juego en la elección.
El primer discurso de Sheinbaum fue en una sala del Hotel Hilton, la sede elegida por Morena para esperar los resultados, atestada de periodistas, políticos, miembros de su equipo y de su campaña. Unos minutos despuñes, Sheinbaum fue al Zócalo, donde la esperaba una pequeña multitud que esperó durante horas un conteo oficial que pareció interno. Sheimbaun habló bien entrada la madrugada, con la mitad del Zócalo vacío, un cierre con un fervor al que sugirió la amplia victoria en las urnas.
“¡Las mujeres llegamos a la presidencia de la república!” , celebró.
“Este triunfo del pueblo de México es el triunfo de la revolución de las conciencias, y el reconocimiento de nuestro pueblo al mandato de continuar y avanzar con la Cuarta Transformación de la vida pública de México”, dijo, intentando un tono más épico. “Tengo claro que la responsabilidad es enorme, pero cuando se tiene convicción y amor al pueblo, es posible lograrlo todo”, afirmó.
Tomando prestadas frases de López Obrador cuando llegó a la presidencia, Sheinbaum dijo que hará “un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, y le prometió a sus seguidores: “Desde aquí, como siempre lo hemos hechos, me comprometo a que no los voy a defraudar”.
Al final de su mensaje, los fuegos artificiales iluminaron el Zócalo poniendo el broche de oro al triunfo morenista. Parada mirando hacia la Catedral y hacia el cielo, Fernanda Mendez, 37 años, comerciante, miraba sola el espectáculo de luces.
“Feliz”, respondió cuando este enviado le preguntó cómo se sentía con el resultado de la elección. Luego sus ojos se llenaron de lágrimas: “Creo que este es un paso no solo para las mujeres, sino para este país, para saber que nosotras valemos la pena, que no solo servimos para estar en una casa o para educar a unos hijos. Que sí podemos, que sí podemos salir adelante, y que van a haber muchas niñas hoy por hoy en una escuela que van a decir ‘yo quiero ser presidenta, yo voy a estudiar, y yo voy a salir adelante y voy a ser igual que ella’. Eso es algo bueno”.