El suplicio de ser periodista y ser castigado cubriendo a AMLO
En cumplimiento de su programa de trabajo el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo actividad el pasado fin de semana en Sonora. Para 10 reporteros la rutina se rompió cuando la camioneta en que viajaban de Navojoa a Ciudad Obregón volcó. Ocho de ellos sufrieron lesiones menores y contusiones, dos presentaron fracturas. Todos fueron trasladados y atendidos en el hospital del IMSS en Obregón.
Al regresar a la Ciudad de México, terminada la gira, en el aeropuerto de Hermosillo, Sonora, el presidente López Obrador coincidió con algunos de los reporteros accidentados a los que expresó su solidaridad y comentó que el accidente era parte de los riesgos de la cobertura informativa. Los reporteros preguntaron al presidente si habría medidas para mejorar las condiciones de traslado, a lo que López Obrador respondió: “ya no es como antes, no podemos pagar los gastos”. (La Crónica, 28 de octubre de 2019)
En su conferencia de prensa matutina en presidente López Obrador ofreció que revisarían las condiciones en las que viajan lo periodistas que cubren sus giras.
Propuso que los medios que tienen corresponsales en los estados cubran con ellos la información y buscar mecanismos de otros tipos. “Los eventos públicos se transmiten en vivo y por práctica yo no hablo más que en los actos públicos”.
Recordó el presidente que el trato de su gobierno con los medios “ya no es como antes que había una atención especial, se gastaba mucho en eso, estamos procurando ahorrar en todo”. (La Jornada, 28 de octubre de 2019)
Cuando el presidente López Obrador decidió cerrar la residencia de Los Pinos como lugar de trabajo y cancelar la Guardia Presidencial, aunque no se dijo, también canceló el espacio destinado a los reporteros de los medios que cubrían las actividades presidenciales y con ello el privilegio que representaba acompañar al mandatario a sus giras por el país y al extranjero disfrutando del apoyo y comodidades de traslado, hospedaje y alimentación que proporcionaba la Dirección de Comunicación Social y el Estado Mayor presidencial.
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Por muchos años los reporteros de la fuente viajaron en el avión presidencial, fueron hospedados en hoteles de lujo y tomaban sus alimentos en restaurantes de excelencia.
Viejos reporteros y fotógrafos acreditados en la fuente de Presidencia narran anécdotas sobre el trato que se les otorgaba, como la costumbre de que no faltaran en el avión presidencial tortas de milanesa o la ocasión en la que un presidente fanático de las guayaberas los llevó de improviso a una gira y ante la falta de vestimenta adecuada para la ocasión, mandó que se abriera una tienda de autoservicio para que los reporteros tomaran lo que les hiciera falta.
No fueron pocas las ocasiones que el Estado Mayor presidencial, a cargo de la seguridad de los reporteros, se hizo cargo de las cuentas en los bares de los hoteles cuando se excedían en el consumo. Quienes asistían a las giras al extranjero sabían que al regresar no pasaban por la aduana y podrían traer “fayuca” para regalar, hacer negocio o cumplir un encargo. Las giras por los estados de la frontera norte representaban la oportunidad para que los reporteros metieran al país un auto “chocolate” que luego legalizaban con el apoyo de las autoridades de Hacienda.
Estar en la fuente de Presidencia para muchos reporteros fue un privilegio que los puso en contacto con la información de los eventos del mandatario, les dio fama pública, acceso a los “apoyos” financieros que mejoraban los salarios de sus medios y un abanico amplio de relaciones políticas, con empresarios y los medios artístico y cultural del país. Estar acreditado en la fuente de Presidencia era estar premiado.
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En el gobierno de López Obrador, las relaciones con los medios de comunicación han cambiado para continuar con la tendencia de poner límites a los “apoyos” que los reporteros recibían del poder presidencial, iniciado en el sexenio de Carlos Salinas, hasta llegar al momento actual en el que se terminó con la fuente de Presidencia. Los medios que desean cubrir la información deben acreditarse en Palacio Nacional y llegar de madrugada para asistir a la conferencia de prensa matutina del presidente.
El accidente que sufrieron los periodistas en Sonora pone en evidencia que las relaciones de los medios con el Poder Ejecutivo sufrieron un cambio que no solo pasa por el retiro de apoyos para los periodistas, sino que también incluye el fin de los contratos por publicidad oficial con los que muchos medios se financiaban, algunos de los cuales están en crisis y a punto de cancelar sus operaciones. La experiencia actual indica que para los reporteros cubrir las actividades presidenciales se convirtió en un castigo.