El miedo de AMLO ante la posible catástrofe de perder la CDMX, la joya de la corona y "sede de los fifís"

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México |  FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México | FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM

La Ciudad de México (CDMX) es el escenario desde el que Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con sus alianzas, complicidades y traiciones emprendió el camino que hoy lo tiene en la presidencia y en cuatro meses y medio, lo verá partir. Su lugar preferido para festejos y denuncias es el Zócalo. Ahí se autoproclamó “presidente legítimo”. Ahí festejo cuando fue presidente constitucional.

Para López Obrador y seguidores, la CDMX representa la joya de la corona de su poder, conquistada por Cuauhtémoc Cárdenas en 1997 y mantenida hasta el presente por los autodenominados militantes de izquierda, primero del PRD y hoy de Morena. La capital del país contiene para el grupo en el poder un significado simbólico y le ha servido como laboratorio para la instrumentación de sus políticas sociales que, en el gobierno actual, ha expandido al resto de México.

En términos electorales la CDMX representa 7.9 millones votos, solo por detrás del Estado de México, la entidad más poblada del país. Es posible afirmar que, hasta 2021, los autonombrados gobernantes de izquierda dominaron en la capital del país. Los resultados electorales de ese año, en los que el partido Morena perdió 9 de las 16 alcaldías de la CDMX, gobernada por Claudia Sheinbaum, fueron interpretados como un voto de castigo para el gobierno en funciones, pero también, por extensión, para el gobierno de López Obrador.

Ni López Obrador, ni Claudia Sheinbaum, ni Morena vieron venir el voto de los ciudadanos con el que les dijeron ¡Basta! Fue una sorpresa el avance de los opositores. Su falta de autocrítica les negó la visión de la realidad. Los habitantes de la CDMX le cobraron al grupo gobernante el abandono de la infraestructura de la Capital, la falta de mantenimiento del Metro, el deterioro de las grandes avenidas, la escases y acceso al agua. Los robos a casa habitación, el descontrol del tránsito, el mal servicio del transporte urbano, la aparición y avance de la delincuencia organizada, las extorsiones y demás problemas urbanos.

Los resultados electorales de 2021 fueron una afrenta para el gobierno de López Obrador, culpó a los grupos conservadores del poniente de la ciudad, zona que ganó la oposición, responsabilizó de la derrota en la alcaldía Cuauhtémoc al senador Ricardo Monreal. No celebró su triunfo en más de doce entidades del país, lamentó el retroceso en su coto de poder. Fue un aviso. La oposición había actuado.

El avance de la oposición en la CDMX, aparentemente, fue determinante para que López Obrador decidiera adelantar la sucesión presidencial.

La tendencia sobre las preferencias electorales de los ciudadanos son medidas por diversas encuestas. Los resultados presentados por empresas y medios son variables. Sería ingenuo no considerar que desde Palacio Nacional se realizan encuestas que arrojan resultados más precisos. No se divulgan esos resultados. Los consumen unos cuantos que, a partir de ellos, ajustan sus estrategias y se asoman a escenarios no sospechados para otros.

Algunos de esos resultados estarían advirtiendo la existencia de riesgos electorales. Posiblemente a eso se refirió hoy López Obrador, en su mañanera, cuando mostró una encuesta donde la media nacional de aceptación que tiene es de 77 por ciento, pero en la Ciudad de México es de 63 por ciento a favor, sólo por encima de Aguascalientes, donde registra 62 por ciento y es el estado donde menos aprobación tiene.

En su interpretación de los resultados, de manera implícita, significó que, si su aceptación en la Capital es “baja”, en consecuencia, la de sus candidatas y su partido también lo es. En esa misma línea de razonamiento arriesgó una especie de “explicación” sobre posibles escenarios adversos para sus intereses, cuando comentó:

“La Ciudad de México era una ciudad de vanguardia en lo político, siempre. Bueno, aquí me eligieron (en 2000) a pesar de haber nacido, con mucho orgullo, en Tabasco, siempre me han apoyado, siempre, siempre”.

Según López Obrador, la CDMX fue convirtiéndose en un espacio conservador. Explicó que en el proyecto neoliberal “no sólo fue la política económica, fue el afán privatizador en todo. Y esta ciudad tan fraterna y progresista, también tiene el problema de que aquí es donde se concentran los medios de manipulación más importantes del país”.

Otro elemento es que en la capital es donde hay más concentración de clase media, gracias a que es donde se tienen mayores posibilidades de ingreso. “Pero hay sectores, no se trata de toda la clase media, que son muy conservadores y aspiracionistas, Y también aquí pues es la sede de los fifís, ni modo que van a encontrar un junior como Claudio X González en un estado de la República. ¡No!”.

Las palabras de López Obrador se ubican en el contexto de la sucesión presidencial. Esbozan un posible escenario adverso para sus candidatas y desde ahora, como es su costumbre, responsabiliza a los “conservadores”, las clases medias, “los fifis” y los aspiracionistas, cualquier cosa que esto signifique. Algo le dijeron sus encuestas y lo está compartiendo, según su estilo. Malas noticias para Claudia y Clara.

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