El escalofriante relato de la tía de Mario 'N', la mujer a la que confesaron el asesinato de Fátima

Foto: FGJ CDMX y captura de video YouTube vía Milenio.
Foto: FGJ CDMX y captura de video YouTube vía Milenio.

Irma Reyes, la tía de Mario Alberto “N”, presunto homicida de la niña Fátima, de 7 años, narró al diario Milenio cómo se había reencontrado con su sobrino, a quien no veía desde que era un niño de 3 o cuatro años, cómo descubrió que él y su pareja, Giovana ‘N’, eran buscados por el asesinato de una menor y finalmente cómo pudo engañarlos para que la policía los capturara.

Irma contó que su hermano José, el papá de Mario, se había suicidado hace 24 o 22 años, desde entonces había dejado de ver a su sobrino y a su cuñada, por eso le costó reconocerlo cuando llegó a su casa en el municipio de Isidro Favela, Estado de México, el 16 de febrero como a las 16:00 horas, un día después de que fuera hallado el cuerpo de Fátima en una bolsa en la alcaldía de Tláhuac.

“Venía con los tres niños y la chica, y me dijo: ‘Soy yo, su sobrino Mario’. Entonces yo me acordé del hijo de mi hermano Pepe, que en paz descanse, y le dije: ‘Hijo, soy tu tía Irma, ¿te acuerdas?’, dijo la mujer al citado medio.

Entonces su sobrino le preguntó si tenía cuartos en renta y ella les ofreció que se quedarán en su casa, sin embargo él no quiso ya que argumentó que querían estar solos para no causar problemas.

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Por esa razón Irma Reyes les dijo que se podían quedar en unos cuartos en obra negra que eran de sus primos, pero con la condición de que rápido consiguiera trabajo para que encontraran un lugar para alquilar. La mujer les consiguió cobijas, ropa y hasta les llevó comida.

Los días transcurrieron, “El 16 y 17 ya no los vi, ni el 18, pero en la mañana del 19 salgo, me asomo y le grito: ‘Oye, hijo, ¿ya conseguiste trabajo? Porque acuérdate que esta casa no es mía’. Me dijo: Sí, tía, andamos en eso’.

Pero más tarde, ese mismo miércoles 19, vio en la tele la foto de Giovana, pero solo le generó sospechas, sin embargo cuando mostraron la de su sobrino ya no le quedó duda y fue a la casa donde estaban y los encaró, “¿Ustedes hicieron esa infamia? Están en la tele. ¿Ustedes fueron, verdad?”.

Irma explicó que la primera reacción de su sobrino fue decir que él no había sido, sino que su pareja. Entonces Giovanna comenzó a llorar, le pidió ayuda y confesó que en realidad habían sido ambos quienes habían estrangulado a la niña con la ayuda de dos cinturones.

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Entonces la señora le pidió a su sobrino que se llevara a los niños para poder hablar con ella y convencerla para que se entregara, fue cuando confesó todo. Entre llanto, Giovana se hincó y dijo que Mario fue quien la había mandado, “Y me cuenta: ‘Él siempre me decía que quería un regalito, una niña para que fuera su novia y que si no se la llevaba, él iba a hacerlo con mis hijas. Él le hace a la mariguana. Por eso me fui por Fátima. Yo se la llevé’”.

Irma Reyes dijo que Gladys le confesó que, tras el abuso sexual, Fátima lloraba mucho, por lo que ambos se espantaron, entonces Mario decidió que tenían que matarla.

A la tía de Mario la inundó el miedo y no sabía qué hacer, llamó a su sobrino y le dijo que ya había convencido a su pareja a que se entregara, y sin decirle que ya sabía todo, le pidió que la esperaran porque tenía que ir al baño.

“Salgo a la carretera y venían mi hermana y mi cuñado: ‘Manita, que tu esposo me haga el favor de ir por los municipales’. Me dijo: ‘¿qué pasó?’. Le dije: ‘Voy a entregar a Giovanna y a Mario, ellos fueron los que están en la tele’”, contó Irma Reyes a Milenio.

Su sobrino comenzó a sospechar y le dijo a su tía que ya se iba y que se llevaba a los niños. Irma tenía que hacer tiempo, así que les dijo que los acompañaría al monte; mientras caminaban vieron que llegaban las patrullas de la policía municipal. “‘¡Ya, se acabó, hasta aquí llegó!’ Entonces ella se pone a llorar y él quiere irse, yo lo detengo de la cintura y le dije: ‘¡No, tú también tienes que pagar tu delito!’. Y me dijo: ‘¿Por qué me hizo eso, tía?’.

En la entrevista con Milenio, Irma Reyes dijo que se sentía avergonzada, sorprendida, pero no arrepentida por haber recibido a Mario y a Gladys y luego haberlos entregado. También indicó que no está interesada en la recompensa, de 2 millones de pesos, solo quiere que se haga justicia.

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Incluso su declaración final es muy contundente, “Soy mujer, he sido violada. Tiene que haber justicia. Y no quiero lucrar con esto”.

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