Diez criaturas gigantes que llegaron después de los dinosaurios
Hace aproximadamente unos 65 millones de años la vida en la Tierra experimentó uno de los mayores cambios de su historia. El desencadenante fue el impacto de un meteorito de grandes dimensiones que provocó la denominada “Extinción masiva del Cretácico-Paleógeno”. Por supuesto, el efecto más conocido fue la desaparición de los dinosaurios que, hasta entonces, poblaban majestuosamente casi todos los rincones del planeta.
Este concepto de extinción masiva se ha instalado en el imaginario popular y tendemos a pensar que las criaturas gigantes se esfumaron, dando paso exclusivamente a especies de pequeño tamaño. Aquel evento catastrófico acabó con la mayoría de los animales de gran tamaño, de hecho se estima que no sobrevivió ningún tetrápodo que pesara más de 25 kilogramos, sin embargo también olvidamos que la evolución es tozuda y que el tamaño es un factor favorable que termina apareciendo como ventaja evolutiva si el entorno es adecuado…
Así pues, tras los dinosaurios llegaron otras grandes especies que han pasado muy desapercibidas para el gran público y que, de conocerlas con más profundidad, también podrían ser las protagonistas de una buena película de Hollywood. Hace tan solo unos días, el prestigioso Smithsonian Institute ha dedicado un estupendo artículo que repasa algunos de los gigantes que aparecieron después de los grandes saurios. Más allá de “Jurasic Park” existió una fascinante colección de reptiles, mamíferos y aves que alcanzaron dimensiones prodigiosas y que también se extinguieron, aunque de una forma mucho más silenciosa que los dinosaurios.
MEGALANIA (Varanus priscus)
Es el mayor lagarto terrestre conocido que haya existido. Una especie de saurópodo ya extinta, similar a lo que hoy sería el gran dragón de Komodo que vivió en la Australia meridional durante el Pleistoceno, hace unos 30.000 o 40.000 años. Estas fechas son muy interesantes porque se estima que la primera ocupación humana del continente australiano tuvo lugar hace unos 60.000… lo que significa que aquellos primeros pobladores aborígenes de Australia podrían haberse encontrado efectivamente con estos colosales lagartos.
Estimar el tamaño mediante los fósiles encontrados siempre resulta problemático, sobre todo en especies donde los restos descubiertos no están completos. Las estimaciones pueden variar según los ejemplares pero se estima que los mayores individuos llegaban a alcanzar los 7 metros y un peso superior a 600 kilos.
BARYLAMBDA (B. faberi)
Apenas unos millones de años después del impacto, un tiempo muy breve en términos geológicos, algunos mamíferos comenzaron a ganar tamaño, libres de presiones depredadoras y con abundante alimento en los frondosos bosques y praderas de la actual Norteamérica y Asia, los herbívoros crecieron hasta llegar a convertirse en verdaderos gigantes. El ejemplo más claro lo encontramos en los pantodontos, un suborden ya extinto de mamíferos herbívoros.
Caminaban lentos, tranquilos y rodeados de recursos algunos de ellos, como el barylambda, llegaron a alcanzar dimensiones espectaculares: casi 3 metros de largo hasta su larga y gruesa cola y 650 kilos de peso, para un mamífero que hoy nos parecería un gran rinoceronte de cabeza pequeña y sin cuerno.
TITANOBOA (Titanoboa cerrejonensis)
Podría ser el título de cualquier película de monstruos de Serie b, luchando contra King Kong o Godzilla, pero lo cierto es que esta impresionante boa ya extinta se considera la mayor serpiente descubierta hasta la actualidad. El nombre de esta especie, Titanoboa cerrejonensis, se compone de una evidente alusión a sus titánicas dimensiones y al lugar donde se encontraron los primeros restos: la gran mina de carbón a cielo abierto del Cerrejón, en el Departamento de La Guajira en Colombia.
Las vértebras conservadas indican que los ejemplares adultos de estas boas podían rozar o incluso superar los 13 metros de longitud con más de 1.100 kilogramos de peso.
BARINASUCHUS (Barinasuchus arveloi)
Otro gran anfibio que campaba a sus anchas por los parajes de América del Sur durante el Eoceno y mediados del Mioceno. Su primera descripción, en 2007, corrió a cargo de los paleontólogos venezolanos Alfredo Paolillo y Omar Linares que encontraron la parte frontal del cráneo incompleto articulado y la mandíbula inferior. Podemos imaginarlo como un gran cocodrilo terrestre, de unos 6 metros de largo. A juzgar por sus largas patas podemos intuir fácilmente que eran un depredador temible y muy veloz.
PÁJARO ELEFANTE (Aepyornis maximus)
Con el aspecto de una enorme avestruz (aunque el Aepyornis está más cercana a los kiwis australianos) esta gran ave no voladora se extinguió hace tan solo unos 1000 años. De hecho, aún se encuentran, fosilizados, algunos de sus impresionantes huevos 160 veces mayor que un huevo de gallina. Este pájaro elefante llegó a ser numerosa en su hábitat natural, en la isla de Madagascar, y con sus 3 metros de altura, son las aves más grandes que han existido.
PELAGORNIS (Pelagornis sandersi)
Se considera que el Aepyornis es la mayor ave que ha existido, sin embargo no volaba. Este imaginario honor corresponde al Pelagornis, un magnífico animal que surcaba los aires hace unos 25 millones de años. Podríamos imaginarlo como un albatros (el ave voladora más grande en la actualidad) pero mucho, mucho más grande… Los Pelagornis podían alcanzar casi los 8 metros de envergadura, medida de un ala a otra.
Una de las curiosidades más geniales de esta especie única es que sus restos se descubrieron por primera vez en 1983, por unos trabajadores de la construcción que estaban trabajando, precisamente, en las obras del Aeropuerto Internacional de Charleston en Carolina del Sur… qué mejor sitio para la mayor ave voladora de la historia.
MEGALODON (Carcharocles megalodon)
El caso del Megalodón es quizá el más conocido por el público, especialmente gracias al cine de los últimos años. Es un buen ejemplo de que, incluso en el tiempo de los dinosaurios, también existían otras especies realmente grandes. Durante el Cretácico superior, los grandes tiburones abundaban con tamaños que superaban fácilmente los 12 metros y siguieron evolucionando hasta mayores dimensiones, como es el caso del gran Carcharocles megalodon que llegaba a alcanzar los 16 metros.
MEGATERIO (Megatherium americanum)
El Megaterio no está en la lista que confeccionado el Smithsonian pero he decidido incluirlo por cuestiones personales. De joven, hace ya bastantes años, en mi primera visita al Museo de Historia Natural de Londres me encontré con este esqueleto real de un Megaterio y, para mí, fue toda una sorpresa… mucho mayor que la estupenda colección de dinosaurios que el Museo ofrece. Lo estudié detenidamente, y a primera vista me parecía algún tipo de mamífero cazador, algo así como un oso gigante. Fue entonces cuando descubrí y mis ojos se abrieron de par en par al descubrir que era un pariente lejano… ¡de los perezosos! Se repartían por toda América del Sur y vivieron desde comienzos del Pleistoceno hasta su reciente extinción hace solo 8000 años.
BALLENA AZUL (Balaenoptera musculus)
La ballena azul es uno de los animales más majestuosos y fascinantes que este planeta ha tenido la suerte de cobijar. Siempre que hablamos de grandes especies nuestra mente, tal y como indica el titular, suele acudir a los gigantescos dinosaurios y olvidamos demasiado a menudo que la ballena azul ha sido, es, y esperemos que siga siendo el mayor animal que jamás ha existido, superando a todos los dinosaurios conocidos hasta el momento. Su tamaño medio oscila entre 24 y 27 metros de longitud, pero se han documentado ejemplares que superan los 30 metros.
Y resulta más que apropiado terminar con ella esta recopilación, recordando que, aunque los dinosaurios siguen emocionando y animando la imaginación del público general, el mayor animal de la historia… aún sigue con vida y, esperemos que nos acompañe durante mucho más tiempo. No dejemos que se extinga como el resto de gigantes de este artículo.
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Referencias y más información:
Riley Black “After Dinosaurs Went Extinct, These Ten Giant Creatures Roamed the Earth” Smithsonian Magazine