Desinformación y falta de educación sobre lactancia afectan la salud mental de las mujeres


En una mañana cálida Mariana se acomoda en la mecedora de su sala sosteniendo con ternura a su recién nacido. Mientras el bebé se alimenta de su pecho, una sensación de paz y conexión los rodea. Esta escena, habitual en muchos hogares del mundo, representa un pequeño ejemplo de la lactancia materna. Sin embargo, la dinámica de la maternidad es mucho más compleja.

La atención sanitaria durante el embarazo, el parto y posparto, así como los cuidados posteriores, se ha centrado principalmente en los aspectos físicos, tanto en la salud de la madre como del bebé, pero ha dejado la salud mental sin el apoyo y la atención que requiere.

“Culturalmente hemos aprendido que la lactancia es una de tantas cosas por las que seremos evaluadas para ver qué tan buenas madres somos. Entonces, representa una especie de ‘logro’ que en el camino pueda generar mucha ansiedad”, refiere Natali Rodríguez en su libro Disfruta la experiencia de amamantar. “Esta etapa será grata si cada madre logra vivirla sin mirar a los lados. Si cada una entiende y respeta su bebé, su pecho y su dinámica familiar que dan la pauta a su producción y marcan el ritmo de ese bebé”.

De acuerdo con la fundadora de Lactancia SOS y psicóloga perinatal con 15 años de experiencia en el apoyo familiar durante el posparto, “aceptar que la maternidad no necesita ser perfecta para ser extraordinaria es un avance significativo hacia el bienestar emocional”.

DEPRESIÓN Y ANSIEDAD

Según el sitio Pospartum, se estima que una de cada cinco mujeres a nivel global padece algún trastorno de estado de ánimo y ansiedad perinatal (periodo que comprende desde la semana 28 de gestación al séptimo día de vida del bebé fuera del útero materno) que ocultan o minimizan.

En México, dos de cada diez mujeres desarrollan depresión durante el embarazo y durante el primer año tras el parto, y 75 por ciento de ellas no son diagnosticadas.

La falta de atención adecuada afecta el desarrollo emocional, cognitivo y social del recién nacido, así como el apego madre-hijo. Esta situación causa sufrimiento a las mujeres, quienes lo ocultan por desconocimiento y por temor a ser estigmatizadas.

“ES CRUCIAL PONER ÉNFASIS EN LA EDUCACIÓN PARA QUE TODOS COMPRENDAN SU RESPONSABILIDAD”

Por esta razón, todas las acciones en donde debemos caminar están relacionadas con la prevención. En el ámbito de la salud, la atención primaria se refiere a las actividades que podemos realizar en cualquier área para anticiparnos a posibles dificultades. La educación es la clave para que todos entiendan su papel y cómo pueden tomar medidas que favorezcan tanto la lactancia como la salud mental, que están íntimamente relacionadas, a tenor de Rodríguez.

“Esto abarca desde los jefes en el entorno laboral hasta la familia que forma parte del círculo cercano de la madre, así como la sociedad en general que envía mensajes que pueden causar frustración a las madres cuando no cumplen con ciertas expectativas sociales”, comenta en entrevista con Newsweek en Español.

Existen factores que aumentan el riesgo de desencadenar depresión como el bajo nivel de escolaridad, desempleo, abortos previos, miedo al parto, embarazo no deseado, ser madre soltera, mala relación de pareja, violencia de género, prenatal u obstétrica, y eventos estresantes en los últimos seis meses.

Natali Rodríguez Lactancia SOS
Natali Rodríguez, fundadora de Lactancia SOS. (Cortesía)

Estas mujeres comúnmente sienten desesperanza de que las circunstancias las rebasan, que sean incapaces de ocuparse de las necesidades de su bebé o que sus tareas sean agobiantes. Incluso a veces experimentan sentimientos negativos por quienes les rodean, incluido su hija o hijo.

“El embarazo brinda a la madre un tiempo para procesar los cambios que vendrán y poder prepararse. Sobre estos cambios, concretamente la transición a la maternidad, el psiquiatra Infantil Martín Maldonado Durán afirma que la mujer tiene la tarea psicológica de convertirse en madre, un proceso llamado ‘parentificación’ o ‘parentalidad’ y, en ese sentido, cita al psiquiatra francés Serge Lebovici, quien señala que con el nacimiento del bebé nace también la madre”, apunta la consultora internacional de lactancia materna Natali Rodríguez.

DESINFORMACIÓN SOBRE LA LACTANCIA DE LAS MUJERES

Gracias a la prevención, en palabras de la psicóloga perinatal, las madres pueden estar informadas sobre sus derechos y el entorno que las rodea. Por ejemplo, pueden saber si en su lugar de trabajo existen lactarios, es decir, espacios asignados que sean dignos, privados, higiénicos y accesibles para que las mujeres en periodo de lactancia puedan amamantar o extraer y conservar su leche de manera adecuada durante su jornada laboral.

Además, también pueden informarse sobre cómo distribuir el tiempo que legalmente tienen para realizar estas actividades. La leche materna es el alimento natural e idóneo para niñas y niños desde su nacimiento y hasta los dos años. Además de proporcionar todos los nutrientes y la hidratación necesarios, la lactancia materna ayuda a prevenir infecciones gastrointestinales y respiratorias, obesidad, diabetes, leucemia, alergias, cáncer infantil, hipertensión y colesterol alto.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los menores que son alimentados del seno materno tienen menor riesgo de mortalidad en el primer año de vida que quienes que no lo son.

A pesar de eso en México solamente uno de cada tres bebés recibe leche materna como alimento exclusivo hasta los seis meses. A tenor de Unicef, muchos reciben alimentos o líquidos adicionales desde su primer mes de vida como fórmulas, leche de vaca u otro animal y bebidas azucaradas.

El Convenio sobre la Protección de la Maternidad de la Organización Internacional del Trabajo (Convenio 183 de la OIT) establece en su artículo 10 lo siguiente:

  • La mujer tiene derecho a una o varias interrupciones por día o una reducción diaria del tiempo de trabajo para la lactancia de su hijo.

  • Estas interrupciones o la reducción diaria del tiempo de trabajo deben contabilizarse como tiempo de trabajo y remunerarse en consecuencia.

SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA

—Otro de los puntos es la desinformación sobre la lactancia materna. En México, uno de cada tres bebés recibe leche materna por la publicidad de las fórmulas, falta de espacios para amamantar, discriminación, ¿qué podemos hacer como sociedad ante ese panorama? —le preguntamos a Natali Rodríguez.

—Los nuevos lineamientos están encaminados a que la lactancia deje de verse de manera reduccionista como solamente vender los beneficios para el bebé. Debemos asegurar la relación de la madre con el bebé; ese vínculo seguro es lo que va a hacer que el niño se desarrolle después como un adulto sano y, por ende, tener en un futuro sociedades fortalecidas.

“Es una lucha constante, pero debemos encontrar un equilibrio, especialmente por la salud mental de las madres. En ciertos momentos algunas madres pueden necesitar utilizar fórmula como apoyo, especialmente durante periodos de transición, cuando se requiere una lactancia mixta para regresar eventualmente a la lactancia materna exclusiva, debido a riesgos para el peso del bebé u otras dificultades. Los discursos extremos pueden perjudicar la salud mental de la madre, especialmente cuando la ausencia de leche materna se debe a factores externos como enfermedades”, indica.

En esa vía, hace dos años la OMS publicó una nueva “Guía para la integración de la salud mental perinatal en los servicios de salud maternoinfantil”. En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que cada año se celebra del 1 al 7 de agosto, Natali Rodríguez apunta que a ninguna mujer se le puede negar el derecho a amamantar, independientemente de la causa.

Por lo anterior, el Estado debe fomentar la eliminación de barreras sociales, laborales y culturales que dificulten o desmotiven esta práctica, así como crear condiciones que la faciliten.

“La reflexión que deseo es: si a tu alrededor el ambiente no genera bienestar, la lactancia será cuesta arriba. El camino se trata de que reconozcas tus fortalezas y debilidades para poder identificar lo que necesitas y buscarlo con anticipación. No permitas que la mala experiencia de otras madres genere temor en ti. La lactancia es una experiencia individual”, concluye. N

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