DeSantis no está para darle lecciones ni a AMLO ni a nadie sobre cómo gobernar

Ron DeSantis es una de las figuras más reconocidas del republicanismo en Estados Unidos. Su ascenso ha sido meteórico en los últimos años y se ha convertido en la principal alternativa a Donald Trump para desafiar a Joe Biden por la Casa Blanca. Todavía no ha anunciado oficialmente su candidatura a las presidenciales, pero aparece en todas las quinielas como una de las miembros principales de la formación.

El político de Jacksonville lleva cuatro años como gobernador de Florida, un periodo corto de tiempo en el que, sin embargo, ha logrado arrasar en el estado y convertirse en un líder a nivel nacional. Detrás de su popularidad, un montón de leyes polémicas que han dividido absolutamente a la sociedad.

Precisamente, la última de ellas ha hecho que DeSantis tenga un cruce de declaraciones con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El político estadounidense ha impulsado una ley contra la inmigración ilegal, que hará que quien transporte, albergue o proteja a alguien que ingresó ilegalmente en Estados Unidos se pueda enfrentar a hasta cinco años de prisión y a cuantiosas multas.

El líder mexicano se preguntó en una de sus conferencias matutinas qué pasaría sin la mano de obra latinoamericana en Florida, a lo que DeSantis respondió con dureza. "Tiene un desastre en sus manos. Tiene cárteles que dirigen su país y todos los millones de personas que entran en nuestro país, todos pasan por su país, manifestó.

Un cruce de declaraciones entre ambos en el que el líder estadounidense no se ha mordido la lengua, pero en el que quizás, dado su historial, debería haber sido más prudente. Y es que habla del desastre que supone México, olvidando que su mandato en Florida ha sido profundamente criticado en el país debido a una serie de medidas que han hecho retroceder derechos a sus ciudadanos.

Más allá de la polémica ley de inmigración, un tema en el que AMLO tiene razón al afirmar que hay millones de indocumentados (entre 10,5 y 12 en 2019) que están sosteniendo parte de la economía estadounidense con sus empleos irregulares, hay muchas otras controversias en las que ha caído el gobernador de Florida.

Pese a que al inicio de su mandato, en 2019, empezó con políticas moderadas, pronto dejó ver su verdadera cara. Sin duda, uno de los principales puntos de inflexión fue en 2020, cuando se opuso a los controles por el coronavirus y relajó las medidas de distanciamiento social en un momento de explosión de los casos.

Otro de los momentos más señalados del republicano fue su polémica ley titulada 'derechos de los padres en la educación', conocida popularmente como 'no digas gay'. Consiste en que los maestros no pueden hablar de orientación sexual en las escuelas primarias. Una medida que ha causado una honda indignación en la sociedad, ya que supone un retroceso en los derechos LGTBI adquiridos. Los docentes que no cumplan, pueden ser suspendidos.

Otra medida que ha ocupado titulares es la cruzada del gobernador contra los libros LGTBI y antirracistas. Esta ley obliga a revisar los libros en los colegios y lucha contra el adoctrinamiento. Así, los padres pueden presentar quejas si consideran que alguno de los volúmenes habla de cuestiones como identidad de género. Las imágenes de estanterías vacías o tapadas dieron la vuelta al mundo y supusieron una vuelta atrás para Florida.

Tampoco se puede dejar fuera que, a partir del 1 de julio, los residentes de la Florida podrán portar armas ocultas en espacios públicos sin necesidad de tener un permiso emitido por el gobierno, algo que antes no ocurría. Tanto los demócratas como las organizaciones por el control de armas han puesto el grito en el cielo, pero la medida será efectiva en apenas dos meses.

Otras polémicas incluyen su enfrentamiento con Disney, la reducción de la prohibición de abortar de las 15 semanas de antes a las 6 semanas de ahora o la mayor facilidad para que se condene a muerte gracias a una ley suya, promulgada tras la matanza de Parkland.

La carrera presidencial

Un currículum extenso y lleno de momentos controvertidos que no le convierten precisamente en la figura más adecuada para hablar y valorar a un país extranjero. Y pese a toda lo expuesto anteriormente, no se puede negar que el tirón mediático de DeSantis es enorme. En las elecciones a gobernador celebradas en 2022 le sacó 20 puntos a su rival demócrata, aumentando su base electoral en casi todos los grupos demográficos.

Pero, ¿es suficiente ser un gobernador muy mediático para vencer a Trump y Biden? Las encuestas dicen que, de momento, no. En un eventual enfrentamiento contra el magnate, los sondeos le dan una horquilla de entre 28 y 37 puntos de ventaja a Trump, mientras que DeSantis no pasaría, en el mejor de los casos, del 28%.

En el caso de superar al expresidente, algo improbable hoy en día, la lucha con Biden estaría igualada, aunque el actual presidente repetiría mandato por un estrecho margen. Pero antes de llegar a estos escenarios, DeSantis deberá deshojar la margarita y decidir si se presenta como candidato o no.

De momento, ya ha tenido un sonoro enfrentamiento con México, algo de lo que sabe bien su posible rival en las primarias republicanas. Y es que una de las principales medidas de Trump era construir un muro en la frontera, algo que tensó las relaciones entre ambos países.

A falta de saber qué pasará, bien haría el gobernador de Florida en centrarse en su estado antes de intentar dar lecciones a nadie sobre cómo gobernar. Y es que él mismo está lejos de provocar un amplio consenso sobre su mandato.

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