San Lorenzo espera a Huracán, envuelto en problemas económicos internos y con la incertidumbre por los refuerzos

Sin contabilizar triunfos en la Liga Profesional (un empate, tres derrotas y el segundo tiempo del 1-1 pendiente con Godoy Cruz), le resulta algo incómoda a San Lorenzo la pronta reanudación del certamen para el sábado. Es que enfrente estará no sólo la pesadez de necesitar ganar en el Nuevo Gasómetro, sino también nada menos que Huracán, el puntero del torneo. Así está viviendo las horas previas, con una incertidumbre clave que empieza a rondar en la cabeza de su entrenador Leandro Romagnoli.

La pretemporada hecha en Uruguay generó en su andar, por un lado, preocupaciones y, por otro, algo cercano a la serenidad. Pero, al menos hasta ese sábado de clásico, da la sensación consecuente de que los síntomas son los mismos a los de hace más de un mes: un día, 45 minutos de un encuentro o apenas un rato, San Lorenzo parece estar despierto, pero enseguida se encarga de contrastarse notoriamente.

El primer amistoso ante Progreso, en suelo charrúa, fue totalmente negativo, aunque jugado con suplentes: la derrota fue por 0-2. Sin embargo, a los pocos días llegó la calma por el 2-0 a Peñarol con los titulares en el campo de juego. ¿Los goles? Iván Leguizamón y Matías Reali, el muchacho de la insólita película que se atrevió a protagonizar San Lorenzo, con la posterior denuncia de Independiente Rivadavia de Mendoza sobre comprobantes truchos con los que aseguraban que el pago del pase no existía. Ya pasó. Quedará, al menos por ahora, como una increíble anécdota. No obstante, el nuevo refuerzo sigue estando en el foco, pero ahora junto al resto de nuevos nombres.

Porque, en la misma línea, el club que comanda Marcelo Moretti debe hacerse cargo de las deudas arrastradas desde la gestión anterior por pagos de ciertos futbolistas, por lo que padece una inhibición que debe destrabar mediante un abono cercano a los U$S 3.000.000 para que FIFA le levante la prohibición de incorporar jugadores. En este sentido, la plata que ingresa por las ventas de Agustín Giay a Palmeiras, de Brasil, (7.500.000 de dólares brutos) y de Adam Bareiro a River (4.500.000 netos de la misma moneda) son de gran ayuda, aunque claro, los números no ingresan completamente…

Romagnoli espera poder recibir en las próximas horas la buena noticia por la que el mundo azulgrana se desespera de cara al clásico. Es que además del delantero platense, el mánager Néstor Ortigoza y la dirigencia se encargaron de tener cerradas, además, las incorporaciones de Nicolás Tripicchio, proveniente de Defensa y Justicia, para ocupar –justamente- el lugar que deja Giay en el lateral derecho, y el regreso de Andrés Vombergar para suplir al ‘9′ paraguayo. Además, también regresó Agustín Martegani, tras el préstamo en el fútbol italiano.

Espera a Santiago Rodríguez, delantero de Instituto: son concretas las negociaciones, al punto de que estaban por cerrarse favorablemente, pero en las últimas horas aparecieron algunas trabas y malentendidos que mantienen al jugador en Córdoba. Aunque, en realidad, lo que más aguarda la institución de Boedo es lo ya mencionado: abonar urgentemente y ver lo más rápido posible el pulgar arriba de la entidad madre del fútbol para, primero, calmar las aguas turbulentas de este mes que pasó; y segundo, utilizar a sus refuerzos rápidamente frente al Globo: Reali y Tripicchio serían titulares.

¿Otras salidas? Así como volvió, el delantero Alexander Díaz volvió a irse cedido, por cuarta vez: Regatas, de la segunda división de Brasil, cortó el préstamo antes de tiempo (tenía un año y lo dejaron ir a los seis meses) y, por ese motivo (además de que Pipi no lo tiene en cuenta), aceleró para que se ponga la camiseta de Deportivo Riestra. Club en el que el “Tanque” será compañero de otro jugador que deja el Ciclón por ser también prestado: el zaguero zurdo Jeremías James. Después de su pequeño paso por Barracas Central y un regreso a San Lorenzo casi sin minutos, se va al “Guapo” a intentar encontrar continuidad desde aquella rotura de ligamento cruzado que sufrió hace dos años.

San Lorenzo se prepara, con los refuerzos en el césped de entrenamiento que comanda Leandro Romagnoli, pero con la incertidumbre de saber si podrá o no contar con ellos en un duelo ante Huracán en el que se jugará más que un clásico. Adentro, pero también afuera, en las tribunas y sus humores ante varios descontentos.