NABATIEH, Líbano.- Cuando las Fuerzas de Defensa de Israel lanzaron el miércoles sus ataques aéreos más intensos contra el Líbano desde el inicio del conflicto en octubre, dijeron que varios de sus objetivos eran sitios asociados con la fuerza de élite Radwan de Hezbollah.

Durante mucho tiempo apenas conocidos, sus combatientes montaron un programa el año pasado para periodistas locales y extranjeros que fueron invitados a una gira de medios de comunicación de uno de sus campamentos de entrenamiento en un agradable día de primavera en el sur del Líbano.

En una colina cerca de la aldea de Aaramta, a unos 24 kilómetros de la frontera israelí, el grupo llevó a cabo lo que su canal llamó “Juegos de Guerra de Hezbollah”. Aviones no tripulados que portaban las banderas de Hezbollah y el Líbano sobrevolaban la zona mientras los paramilitares disparaban explosivos contra objetivos, luchaban mano a mano y simulaban ataques transfronterizos contra puestos de avanzada israelíes simulados.

El espectáculo de combatientes, todos con pasamontañas, tenía la intención de demostrar públicamente el músculo militar de Hezbollah. Eran miembros de la Fuerza al-Hajj Radwan, una unidad de lucha de élite dentro de Hezbollah.

¿Qué es la Fuerza Radwan?

La unidad fue creada para lanzar ataques ofensivos, incluidas incursiones en Israel, dijo un funcionario cercano a Hezbollah a The Washington Post.

Se cree que la unidad participó en los combates a lo largo de la frontera entre el Líbano e Israel desde el siete de octubre. Los funcionarios israelíes llevan mucho tiempo analizando lo que creían que sería la fuerza de mando de cualquier futura incursión de Hezbollah en Israel.

Israel estima la unidad es capaz de efectuar miles de operativos. Su objetivo, según las declaraciones de oficiales de Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en un video reciente, es “conquistar la Galilea israelí.”

“Desplegado a lo largo de la Línea Azul entre Israel y el Líbano”, la frontera vigilada por las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU, “la unidad Radwan vigila de cerca el norte de Israel y siempre está recopilando información”, dice Tzahal.

¿Qué es lo que lo hace una unidad de elite?

La Fuerza Radwan ganó prominencia por su desempeño en la lucha brutal para arrebatar territorio en el Líbano y Siria del grupo Estado Islámico (EI). Hezbollah envió combatientes a Siria para ayudar a apuntalar al presidente sirio, Bashar al-Assad. El mandatario y su régimen son parte de lo que Irán llama su “eje de resistencia”, gobiernos y grupos militares cuyos intereses se alinean con los de Irán y que se oponen a Israel. También incluye a Hamas, los hutíes en Yemen y las milicias chiitas en Irak.

“La mayoría de los combatientes lucharon en Siria”, según el funcionario cercano al grupo, que habló bajo la condición de anonimato para discutir el tema sensible. “Lucharon en condiciones duras: desierto, montañas, nieve”, dijo. Como resultado, “su entrenamiento es de un calibre más alto; su experiencia es mejor”, agregó.

El funcionario dijo que se considera que el grupo demostró su capacidad de lucha contra EI en varios lugares de Siria: en Qusayr, cerca de la frontera libanesa; en la antigua ciudad central de Palmira, como un aliado clave para ayudar a Al-Assad a recuperar la zona; y en Bukamal, una zona oriental fronteriza con el Irak.

¿Por qué estamos escuchando hablar de esto ahora?

Desde el 7 de octubre, los líderes militares israelíes trataron de crear conciencia de la Fuerza Radwan. Las FDI identifican a su líder como Haytham Ali Tabatabai.

El Departamento de Estado dijo que Tabatabai “comandó las fuerzas especiales del grupo en Siria y Yemen” y trabaja como “parte de un esfuerzo mayor de Hezbollah para proporcionar entrenamiento, material y personal en apoyo de sus actividades regionales desestabilizadoras.”

El Departamento de Estado agregó a Tabatabai a su lista de terroristas globales especialmente designados en 2016 y ofreció una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información sobre él. El asesinato a principios de enero de un comandante de la Fuerza Radwan, Wissam al-Tawil, atrajo más la atención del grupo. Fue la primera muerte de un comandante anunciada por Hezbollah desde el 7 de octubre.

El asesinato fue inusual ya que Israel reclamó públicamente el crédito. El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yisrael Katz, dijo en una entrevista televisada que su país había matado a Tawil como “parte de la guerra”. Israel rara vez anuncia o incluso confirma su participación en asesinatos selectivos en el extranjero.

Una semana antes, el alto funcionario de Hamas Saleh al-Arouri y otras seis personas murieron en un ataque dirigido precisamente contra un barrio residencial muy concurrido a las afueras de Beirut. Hezbollah y Hamas culparon a Israel; Israel no ha reconocido un papel en el ataque. Tawil está lejos de ser el único miembro de la fuerza de Radwan que ha sido asesinado desde el siete de octubre en la frontera libanés-israelí, donde Hezbollah e Israel han estado intercambiando fuego diariamente.

Casi 50 combatientes de la Fuerza Radwan han sido asesinados desde el 7 de octubre, según el oficial cercano al grupo. Entre ellos se encuentra Abbas Raad, hijo de Mohammed Raad, miembro de Hezbollah en el Parlamento libanés. Un recuento de anuncios de muerte de Hezbollah indica que 172 miembros de Hezbollah fueron asesinados en Siria y en el Líbano durante ese tiempo.

¿Cuál es el significado de la Fuerza Radwan?

La existencia de la unidad, “con su cadena de mando independiente y sus propias brigadas y batallones, apunta a cómo el sofisticado Hezbollah se ha convertido militarmente, más allá de su avance en armas,” dijo Amal Saad, profesora de política y relaciones internacionales en la Universidad de Cardiff que investiga a Hezbollah.

Rara vez las fuerzas armadas irregulares o los actores no estatales tienen operadores especiales tan sofisticados, dijo Saad. La unidad es una de las razones por las que la fuerza militar de Hezbollah es vista como un actor híbrido, una fuerza irregular que se está volviendo cada vez más convencional.

Israel parece compartir esa opinión. “Uno de los signos claros de la transición de la guerrilla a un ejército es el desarrollo de amplias formaciones ofensivas, y no solo un ataque específico o defensivo”, señaló el teniente coronel Shlomi Binder. “Esto no es necesariamente malo para nosotros. Cuanto más se convierten en un ejército y producen patrones regulares, más crean objetivos para que ataquemos. Un ejército necesita moverse, reunir fuerzas. Deja rastros”, concluyó.